Este espanto lo es aún más viendo quien lo firma: Ridley Scott, quien debe tener un lugar de cierta importancia en el mundo del cine por haber realizado Los duelistas, Alien, Blade Runner o Thelma & Louise, y que sin embargo también es frecuente autor de engendros difícilmente explicables como La teniente O’Neil, Blackhawk derribado, 1492, El reino de los cielos, o este Gladiator, uno de los mayores fiascos de los últimos tiempos.
Lanzada con una machacona campaña de publicidad, con presupuesto inmenso y con el pretencioso objeto de resucitar el género ‘de romanos’ o peplum, que había vivido su época más hegemónica en los sesenta, Scott se acuerda de La caída del Imperio Romano de Anthony Mann y Samuel Bronston, de 1964, y le copia el tema, eso sí, con todavía menos rigor histórico, que se dice pronto.
La supuesta grandeza de la película se queda en más bien poco. Unas conseguidas escenas de acción, alguna interpretación reseñable (sobre todo, Richard Harris, Joaquin Phoenix y el fallecido en el rodaje Oliver Reed) y algún momento de tensión bastante acertado, es lo único salvable de esta superproducción que cuenta con Russell Crowe como protagonista, toda una decepción en sí mismo.
Los personajes son planos y están bastante mal definidos, la pretendida grandeza sucumbe en una narración sombría y oscura y que representa una Roma de videojuego, y la historia queda reducida a una vulgar y manida cuestión de venganza ciega, al estilo de los peores westerns. Los momentos emotivos son más bien blandorros y la transformación psicológica del protagonista, su búsqueda irreflexiva de la muerte como forma de unirse a su familia asesinada apenas queda apuntada. En resumen, mero entretenimiento completamente vacío de contenido y de encantos limitados.
Capítulo aparte merecen las famosas pifias de esta película, las bombonas de camping-gas que mueven los pesados carros de guerra de la primera batalla, el tipo en pantalones vaqueros que aparece por ahí sin venir a cuento, las banderas del Coliseo, que pese a estar distribuidas en círculo, todas ondean al viento con la punta hacia el centro de la arena, el empeño en representar el norte de África como culturalmente árabe en los comportamientos, la apariencia y la vestimenta, y la música: esa guitarra flamenca cuando aparecen los trigales de Hispania, es para denunciarlo al Tribunal de La Haya.
La pretendida resurrección del género ha continuado con subproductos aún más pretenciosos y todavía más horripilantes, como Alejandro Magno o Troya. En cualquier caso, es lo normal en un género que, salvo contadas excepciones, siempre ha pertenecido a la serie B y al programa doble.
Acusado: Ridley Scott
Atenuantes: los grandes presupuestos hacen que los directores no sepan cómo gastarlos
Agravantes: sabe hacerlo muchísimo mejor
Sentencia: culpable
Condena: puesta en libertad bajo palabra de ver Espartaco hasta que aprenda a hacer peplums, y de leer Historia de Roma, de Indro Montanelli.
Vaya tostón de película. Yo la alquile y ni la termine. Qué espanto, que desatino, que intragable.
Lo único que me animaba era la mirada de Joaquin Phoenix, uno de los mayores activistas por los derechos de los animales en la actualidad. Es él quien ha puesto la voz a uno de los más escalofriantes documentales sobre el maltrato animal. Y como curiosidad. Joaquin que un vegano total, no quiso que su ropa de gladiador fuera de piel autentica. Se le hizo una ropa sintética, que son estupendas y nadie sufre por ellas. Esa noticia tuvo mucho impacto y la venta de material ecológico ha subido un montón.
Bueno, que me enrollo, Hoy estoy completamente de acuerdo contigo. Ya sabes, unos días discutimos y otros no.
Condena: Historia de Roma, de Indro Montanelli.
Bravisimo post. Bravisimo!!!
Si algún día hay una sección en este blog para elevar a los altares en vez de criticar, tarde o temprano deberá aparecer Joaquin Phoenix, quizá de lo mejorcito que hay ahora mismo en el cine USA, aunque no siempre haga cosas que merezcan la pena, cosa verdaderamente difícil por allí.
En cuanto a la condena, se trata de que hagan algo para redimirse. Si Scott lee a Montanelli, quizá si se le ocurre repetir algo con romanos sepa de lo que habla.
Muchas gracias, y besos.
Yo no puedo compartir tu análisis. No sé si el director fracsó o si los actores o la historia eran intragables. Sólo sé que me dormí antes de los cinco minutos. ¿Puede calificarse de un película ansiolítica?
Salud,
Chesús
Efectivamente, creo que incluso lo recetan. Yo con la película que más pronto me he dormido es «Terminator», absolutamente recomendable en casos de insomnio severísmo.
Un abrazo
Hola.La primera vez que vi gladiator no me pareció una mala película,es más,me gustó.Pero cuando se tienen ocho años(que son los que tenía yo por aquel entonces)no te fijas en si son fieles a la historia o no.Lo que me llamó la atención son las partes de lucha bastante impactantes y la historia bueno,me gustó.Pero cuando pasaron los años y después de estar obligada a verla unas siete veces más,empecé a odiarla.Me di cuenta de lo aburridísima que es y de lo mal que está hecha.No es que desees no haberla visto pero casi.Lo que recomiendo a la gente cuando las navidades que vienen la vuelvan a poner de cine de sobremesa,es que quiten el volumen a la tele y pongan música,cambiad de canal,apagad la tele o iros a leer un libro.Yo por lo menos tengo suficiente con ver una película de ese tipo una vez.
Un abrazo.
Me ocurrió más o menos como a ti, aunque yo no tenía ocho años, sino algunos más (tampoco demasiados, no exageremos).
Estoy completamente de acuerdo con tu apreciación.
Abrazos
ahhh me parece muy raro leer todo esto! yo amo esta peli, y casi toda la gente que la vio me ha dicho lo mismo, que le encanta, sera que no sabemos mucho de historia romana, pero la verdad
que no la veo taaaann defectuosa como el que la critico, me pa que se le fue la mano, o se repente tiene bronca porque no quedo en el casting no se, jaja buen igual sobre gustos no hay nada escrito, yo no tengo mucha idea de historia pero amo el cine y me la paso viendo pelis, a mi me hizo llorar mucho, ¿ sera que soy demasiado suceptible? no se, espero sepan explicarme porque es tan mala, denme una justificacion valida, no me convencio lo que lei, besotes!
Clo, bienvenid@ y gracias por tu comentario.
¿Te parecen pocos motivos los que expongo más arriba? ¿Te parecen poco los comentarios que otros lectores han hecho en esta entrada?
Lo de la historia romana es lo de menos, es un detalle que, para mí, siendo importante, no es decisivo para calificar mal una película. Es mala porque cinematográficamente lo es: pretenciosa, aburrida, maniquea, facilona, sombría, burda, plana, vulgar… Entiéndeme, tiene virtudes innegables, pero muchos, muchísimos defectos que la hacen caer.
Si esperabas algún argumento que haga que la película te deje de gustar, no lo vas a encontrar, porque aquí no se trata de criticar los gustos de nadie, sino de señalar aquellos bodrios que nos son vendidos como grandes películas y que no lo son, como ésta.
Dices que te gusta mucho el cine… Sospecho que es por el mero gusto personal y porque te emociona, pero nada de eso se critica aquí. En cualquier caso, cuanto más cine ves, cine clásico, cine de verdad, no videoclips como este, más difícil se hace apreciar películas como «Gladiator». Por cierto, que si te gusta mucho el cine, habrás visto otras películas de Ridley Scott (las antiguas, no ese bodrio llamado «El reino de los cielos»). Si es así, habrás notado por qué «Gladiator» es tan mala.
Te recomiendo que, si no las has visto, eches un vistazo a «Los duelistas», «Blade Runner» o «Thelma & Louise» y dejes aparte el cine de Ridley Scott que menos merece la pena, todas esas otras películas que cito en el primer párrafo.
Un abrazo
como se ve k no saben apreciar una pelicula y mas con ese actor k esta bueniiiiiiiiiísimo es una chulada vaya no me he perdido ni una sola de sus películas y es un exelente actor al menós mara mi SI.
Aliz, el actor es buenísimo cuando lo hace bien, y malo, malísimo, cuando lo hace mal, que es casi siempre. En cuanto a la película, tienes razón, no sé apreciarla: no he encontrado razones para tal cosa.
cuantas grandes peliculas me perdido por culpa de los criticos y sus perjuicios….esta fue una…te guste o no hay un moton de buenas frases como el Dialogo de Comodo y Marco Aurelio.
COMODO ES LLAMADO POR SU PADRE, ESPERA QUE LE PROCLAME EMPERADOR.
MARCO – Estás dispuesto a cumplir tu obligación hacia Roma? COMODO – Sí, padre. MARCO – No serás emperador. COMODO – Qué hombre más sabio y más viejo va a ocupar mi lugar? MARCO – Entregaré mis poderes a Máximo. Roma volverá a ser una República. COMODO – Máximo… MARCO – Sí. Mi decisión te disgusta? COMODO – Una vez me escribiste una lista con las cuatro virtudes principales: Sabiduría, Justicia, Fortaleza y Templanza. Cuando leí la lista supe que no poseía ninguna de ellas, pero tengo otras virtudes, padre. Ambición. Puede ser una virtud cuando nos lleva a superarnos. Ingenio. Valentía, quizás no en el campo de la batalla, pero… existen muchas clases de valentía. Devoción a mi familia y por ti. Pero ninguna de mis virtudes figuraba en tu lista. Ya entonces me parecía que no me querías como hijo. MARCO – Estás exagerando. COMODO – He acudido a los dioses buscando la forma de complacerte, de que te sintieras orgulloso de mí. Una palabra cariñosa, un abrazo sincero con el que me acercaras a tu pecho y me apretaras con fuerza… Habría sido para mi corazón como el brillo del sol durante mil años. Por qué me odias tanto? Lo único que he querido es ser digno de ti, César, padre. MARCO – Cómodo, tus defectos como hijo son mi fracaso como padre. Ven… COMODO – Padre! Arasaria el mundo porque que tu me amaras!..(Mientras le mata)
No se puede como pretendéis hacer una OBRA MAESTRA cada cinco minutos. Ridley Scott es un GRANDIOSO director. Cervantes escribió un solo Quijote no treinta cinco.
Estimado Peperoni, andas equivocado en casi todo. En primer lugar, se dice «prejuicios», y significa juzgar algo a priori, no a posteriori, como es este comentario de la película, tras haberla visto, no una, sino tres veces. Segundo, no soy crítico, estoy bastante de acuerdo contigo, a veces los críticos nos conducen a ver verdaderos bodrios, como me pasó a mí con éste, por hacer caso a la crítica. Por lo demás, éste es un buen diálogo; precisamente habrás leído que anoto como salvables las actuaciones, precisamente de Richard Harris y Joaquim Phoenix.
Y sobre esa tontería que comentas en tu segunda intervención, yo no pretendo hacer ninguna obra maestra porque no soy autor, me limito a señalar las banalidades que algunos quieren colarnos como tales. Por otro lado, no estoy juzgando a Scott, del que hablo en otras partes de este blog en sentido muy diferente, sino de esta película en concreto; pero te apunto que Scott era un gran cineasta, ahora es «tan solo» un buen director, aunque dirija banalidades y cosas convencionales, muy alejadas de la frescura y el impacto de «Los duelistas», por ejemplo, por no mencionar sus grandes obras.
Por otro lado, no sé qué pinta la referencia a Cervantes: «El Quijote» inventa la Literatura, no habría nada sin él, o lo poco que habría sería muy diferente. El 90% de los libros escritos tras él pueden ir a la basura perfectamente. La comparación está fuera de lugar; si quisiéramos trasladar una comparativa al mundo del cine sería más bien en términos de Murnau, Griffith, Stroheim, Eisenstein, Lang, Pabst, incluso Chaplin o Keaton. Un solo «Quijote» vale más que millones de estupideces.
Yo solo comento el tuyo, básicamente que no estoy de acuerdo en esta opinión, en otras si y ya esta. Ahórrate el sarcasmo, que no pasa nada, no somos enemigos mortales ni nada de eso. Ten más templanza.
Y me parece muy bien que no estés de acuerdo, para eso se publica. Mi comentario no es sarcástico, sino proporcional al tono de tu primera intervención.
Me parece increible la que habeis montado con la película. Evidentemente, el tono de la crítica original huele a snobismo por los cuatro costados, lo que no se si será el caso, a veces olemos algo y no estamos en lo cierto. Olvidamos a veces que, pese a quien pese, el cine nació como entretenimiento, como feria ambulante, y fueron nombres como Murnau, Chaplin, Lubitsch, Eisenstein, etc, los que lo convirtieron en arte. Lo que me parece increible, a estas alturas, es la decepción causada porque «nos han intentado colar un bodrio». Ya deberíamos estar al tanto de que una campaña de publicidad proveniente de Hollywood no es, ni mucho menos, una garantía de «calidad» -término que merecería también otra disertación aparte. Gran presupuesto, grandes contratos, grandes efectos especiales y grandes actores no dan a entender que vayamos a asistir a una tesis doctoral sobre el sistema de alcantarillados en Roma. La época dorada de Holliwood, señores, ya pasó, y cualquiera con dos dedos de frente ya se hace una idea de qué pie cojea tal o cual película solo con leer un poco entre líneas en el trailer, el cartel promocional, la corriente que tal o cual crítico sigue… En lo que a mi respecta, voy al cine a entretenerme, ya sea activando la mente, tensándome o destensándome, y disfruto por igual de Cazafantasmas que de el Año pasado en Marienbad. Evidentemente, ni se me ocurre ponerlas en el mismo saco. Como tampoco pondría Gladiator y una excavación arqueológica a las afueras de Roma.
Asertyu, quizá el mayor esnobismo sea hacer pasar esta película por obra maestra, como uno tiene que leer por ahí, cuando está llena de imperfecciones, banalidades y lagunas. Me parece perfecto que haya quien vaya al cine por mero entretenimiento, es su problema y a su inconsciencia en cuanto a lo que va a ver y a los motivos por los que ve ciertas cosas es por lo que el mundo del cine vive la crisis creativa que vive, en la que desde hace años todo el mundo quiere ser Spielberg en lugar de querer ser John Ford. La cuestión es que películas como «Marienbad» ya no se hacen y petardos como éste sí. Y me consta que no falta talento para hacer cosas mucho mejores. Donde falta talento, por desgracia, es en una parte del público, que acepta determinadas cosas Y eso no es esnobismo, sino una constatación fácilmente comprobable acudiendo a cualquier sesión de fin de semana. Por otro lado, no se trata de que las películas históricas sean tratados sociológicos de una época: basta con que los personajes históricos tengan una moral y una forma de pensar que encaje con su tiempo (como obras maestras como «Espartaco», aunque no está libre de problemas a ese respecto) y no con el de un americano medio, y que si un emperador como Cómodo murió ahogado en una bañera tras el fracaso de su envenenamiento tras doce años de reinado, no venga un señor de Hollywood a inventarse un final más del gusto del público para él tras haber caricaturizado de manera infame un personaje repleto de matices no todos relacionados con lo sanguinario.
La finalidad de la sección es que películas como ésta nunca estén en el saco de «El año pasado en Marienbad», sino en el de «Los cazafantasmas», como debería ocurrir con el 90% del cine promocionado en telediarios, y que nadie se deje engañar. El problema es que a veces el entretenimiento es una coartada para la mediocridad, como sucede con esta película.
Cuando hablaba de «entretenimiento», no me refería a dejar descansar la mente, se puede crear entretenimiento activo. Leer «El Conde de Montecristo» entretiene, además de ser una gran obra. ´Leer a Sartre, por ejemplo, será -además de un gran aporte cultural- «entretenido» para el que llegue a un nivel intelectual que le haga posible disfrutarlo -si le gusta, obviamente-. Y es a lo que voy: si le gusta. Porque a lo mejor a Chomsky no le gusta Espartaco, o sí, que no lo se, y no creo que esgrima razones para defenderse -aunque bien pudiera-. De todas formas, creo que en el fondo de la cuestión estamos de acuerdo; el nivel cultural de hoy día, en el que todo es de consumo rápido, hace que para la mayoría de los espectadores «Gladiator» sea una obra maestra, porque «es de Roma» y porque «es larga» y porque «está guapa». Pero ahí ya entraríamos en una cuestión más peliaguda que seguramente nos llevaría a la LOGSE, a la televisión, a los partidos políticos y al dinero. Así está el mundo.
Creo que en el último comentario apunta un argumento interesante que es precisamente del que parte esta sección y el que muchos lectores no han comprendido. La diferencia entre calidad y gusto personal, lo objetivo y lo subjetivo, lo que está bien hecho y lo que me gusta o no independientemente del grado de profesionalidad con que está fabricado. ¿Quién no tiene «bajas pasiones» cinematográficas que no coinciden con los niveles de calidad que quizá debieran? El problema es que mucha gente considera la crítica a un producto la crítica personal a quien disfruta de él, cuando son dos mundos separados con un argumentario distinto y que atañen a cuestiones diferentes.
En cuanto a la situación que padecemos, es otro de los objetivos de la sección. No realizando un sesudo estudio de la degradación de las exigencias del público, sino señalando de vez en cuando las cosas que se le venden como buenas en aras de la apología de lo inmediato y del éxito fácil y deseable igual a alta recaudación, y que en el fondo aumentan la decadencia de un arte que en sus mejores manifestaciones es sublime, aunque la mayoría del público, por desgracia, no haga el esfuerzo ni tenga quizá la oportunidad de apreciarlo.
Bueno, la he visto…es entretenida pero lo que tú dices, recordando el bombo que le dieron en su estreno, es decepcionante por todas razones que tú das. Nada se aprende y recordando Spartaco, de la que también copia conceptos pero sin emoción (el compi negro, el indulto y lanzamiento del arma a la tribuna) es un puro pasatiempo sin profundizaciones psicológicas salvo la realizada a Cómodo, sin tensiones políticas, sin ese estudio de las personalidades que suponía la de Kubrick. Y luego, lo material, esas máscaras y yelmos de los gladiadores que parecen futuristas y algunos de plástico…Chico, yo esperaba otra cosa. También los podemos condenar (amable condena) a leerse todos lo cómics de Asterix para que aprendar a ambientar Roma.
Nada, es más divertido e instructivo ejercicio leer la biografía de Cómodo en la Wikipedia ésa.
De hecho, como tantas veces ocurre, el personaje que tiene una película es Cómodo, no el guaperas de turno. Una película sobre este emperador cabrón valdría mucho más la pena; al menos sería más interesante que una historia plana y vulgar de venganza tan previsible y tonta.
Para colmo, además, demostraron ayer en el programa de Luis Alegre, cómo habían comprado los derechos de la banda sonora de Zulú y hacían pasar los gritos de guerra de las tribus africanas por los los de los germanos. ¡Al loro, que hace falta ser cutre!
Pues sí, es otro de los gazapos innumerables que contiene esta película tan sobrevalorada por crítica y público que hay que preguntarse si es que todos están ciegos. Por cierto, el programa de Luis Alegre no es más que un refrito que se emitió ya en ETB.
Efectivamente, una película de lo más plana e insustancial y con la que Joaquin Phoenix sale bastante mal parado, prácticamente en la misma línea que el inerme Russell Crowe (al que jamás he visto ni una sola buena interpretación). ¿Qué queda de esta Roma de videojuego – como muy bien señalas – ? Pues una historia hecha como si fuese una telenovela barata en la que sólo cabe destacar una interpretación aceptable de Connie Nielsen, una buena (para lo poquito que sale, el pobre) de Cla-Claudio, ups!, perdón, jeje, quería decir Derek Jacobi y la interpretación bestial y enorme del tristemente fallecido Oliver Reed, que se come al resto cada vez que sale. No entiendo que con lo buen actor que fue este hombre y la gran presencia que tenía, Hollywood no lo fichara entre sus filas. Misterios de la vida…
Ayer tuve la grandísima suerte de ver una de las poquísimas incursiones suyas en EEUU, una película dirigida por Dan Curtis, titulada «Pesadilla diabólica» (el título español se las trae), que pudiendo parecer de serie B no tiene nada que envidiar a la A, y me encontré con un estupendo precedente de nada menos que «El terror de Amitvylle» y, sobre todo, «El resplandor» (que, dicho sea de paso, ha envejecido fatal), para darme cuenta que ésta les da, desde su humildad y bajo presupuesto, mil vueltas a ésas dos y todo lo que vino después sobre casas encantadas. Además, no sólo cuenta con un Reed en un papel totalmente inédito – y desprendiendo, como siempre, un gran morbo – sino la presencia de la grandísima Bette Davis. Vamos que me lo pasé pipa viéndola y con una recta final que quita el hipo de lo angustiante que resulta.
Cine de terror psicólogico sutil, del que nada ves salvo en los cambios producidos muy poco a poco en sus inquilinos pero sí sientes que algo malsano ocurre. Vamos, lo casi nunca visto en el género, un tratamiento elegante, cadencioso y atemorizante para una película que tristemente ha pasado desapercibida y de la que tanto han bebido otras posteriores. Ya se sabe, unas cardan la lana y…
Saludos!!
Digamos que el bueno de Oliver era bastante difícil de tratar, que tenía muy malas pulgas y era demasiado aficionado al bebercio. Menudas juergas se corrían por los garitos de Londres Richard Burton, Richard Harris y él mismo, dejando seco un local antes de pasar al siguiente… No obstante, los otros dos tuvieron más predicamento en Hollywood que el pobre Oliver, cuyos trabajos internacionales fueron mayoritariamente en coproducciones, aunque algún intento de consolidarse en Hollywood sí hizo. Gladiator es un despropósito inflado por la publicidad y un público que recuerda lo peor que tenía el peplum de los cincuenta y sesenta, pero olvida lo mejor que puede dar de sí una buena historia sobre Roma o, en general, sobre la Antigüedad, si además es pretenciosa como esta.
A mí Pesadilla diabólica no me parece para tanto, aunque es un artefacto por momentos efectivo. De esas que ponerse cuando apetecen sustos, pero creo que no soporta muy bien un segundo visionado. En tal caso, Bette es mucha Bette.
Saludos!
Sí, las cogorzas que cogía debían ser de aúpa. Leí por algún sitio que el último local en el que se emborrachó, durante obviamente el rodaje de Gladiator, en Malta, lo bautizaron posteriormente con su nombre. Qué pena y qué derroche de talento perdido en litros de alcohol, pero como tú muy bien dices, Burton y cía. también tenían lo suyo. En «Becket», por ejemplo, se puede apreciar a lo largo del metraje al binomio Burton-O’Toole borrachos como cubas en muchos tramos. Ahí es donde se aprecia la ironía de la situación: actorazos interpretando en estado de embriaguez y que sigan resultando unos fenómenos de la interpretación, mientras que hoy actorcillos totalmente sobrios, no llegan ni de lejos a la altura de éstos.
Respecto a «Pesadilla diabólica» a mí si me parece una estupenda película por varias razones. Está claro que es de serie B y se nota, pero yo no veo los manidos sustos a los que hoy en día nos tienen acostumbrados sino a una lenta pero progresiva sugestión por medio de una música que no enfatiza sino que acompaña, detalles que van apareciendo poco a poco (el cansancio en el personaje de Davis, la locura y alucinaciones de un doloroso pasado apareciendo en el personaje de Reed y el desplazamiento – y esto es lo que más desazón causa – del personaje de Black). Sí se echa de menos una cierta ambigüedad pero lo que a mí más me atemoriza de la película son dos cosas: la primera es cómo un espacio físico (en este caso una casa) puede afectar a una familia (y esto por desgracia yo lo he vivido, tanto de manera positiva como negativa, por eso la película me ha removido por dentro) y, lo más aterrador, la destrucción de una pareja. Porque lo que yo veo en este film es el retrato de una mujer que primero manipula a su marido, luego lo rechaza, después no acude al entierro de su tía (desgarrador), llora ante una fuente rota accidentalmente por su hijo mientras se enfada con él y, finalmente, busca la muerte de ambos. Es la locura emergiendo de manera sutil y la fotografía de la descomposición de una familia, de ahí que para una servidora este film de segunda le parezca más siniestro y triste que otros de mayor presupuesto.
Saludos!!
Hombre, es que más efectivo que el terror de ahora, cualquier cosa… A mí lo que me parece verdaderamente terrorífico es aquello que asociamos a lo que, para mí, son los auténticos terrores: la soledad, la locura, la desaparición y la muerte por la propia mano. Esto es lo que más terror me produce; cuando veo monstruos, seres del más allá y demás mandangas, nunca entro en la historia, asisto en la distancia, para mí es más de aventuras góticas que de terror puro. En ese sentido, a mí la película sí me interesa y me parece acertada. Otros extremos me parecen algo más forzados o sobados. No obstante, todavía pertenece a un tiempo en que las convenciones del género no estaban agotadas, y sin duda es superior a las películas que vinieron después, como las que citabas anteriormente.
Saludos!!
Y se me olvidaba señalar que la razón principal por la que esta película me ha conmovido tanto es, precisamente, porque el personaje de Oliver Reed está enamorado de su mujer y por ella accede a cosas que, de otro modo, declinaría. Es el retrato de un hombre que ansía el cariño de su mujer (fíjate en la cantidad de veces que él le manifiesta su amor) y ésta lo acaba arrojando a la desconfianza. Puedo entender que hoy día esta película, para algunos, parezca terror anticuado, pero para mí la veo como un drama en toda regla y que sólo, en último momento, se asemeja al terror.
Un abrazo.
Efectivamente, la explotación de lo cotidiano como hecho terrorífico, a eso me refería antes. El terror, para funcionar, tiene que estar dentro, no fuera, bajo tierra o más allá. En ese sentido, la película funciona, en efecto. No me parece, sin embargo, anticuada; ya quisieran hacerlas ahora así…
Saludos!!
Plenamente de acuerdo contigo en esto último que señalas. Hay todo un mundo por descubrir debajo de nuestra piel y qué pena que el cine de terror de hoy día no lo explore, con tanto material bajo nuestro subconsciente.
Saludos mil y felicitaciones por tu último libro publicado. Espero tenerlo pronto entre mis manos.
Un abrazo.
¡Gracias! 🙂