La invención del cine, por mucho que los norteamericanos se lo adjudiquen a su adorado Thomas A. Edison, inventor de muchísimas cosas, algunas de ellas aparatos y sistemas para proyección de películas, corresponde a los famosos hermanos Lumière, que consideraban su invento como una curiosidad, pero no susceptible de explotación comercial. Los Lumière no eran una lumbrera, precisamente.
Pero los primeros pioneros del cine eran creadores de documentales, o más exactamente, se limitaban a reflejar en película de celuloide escenas de la vida cotidiana, de las personas, hechos o acontecimientos que encontraban a su alrededor. Sólo entusiastas como George Méliès (puedes leer sobre él aquí), secundados por devotos del nuevo invento como el aragonés Segundo de Chomón, que colaboró con él en varias ocasiones, vieron en la nueva invención un instrumento para contar historias, para el drama y las aventuras, y tardaron bien poco en dar rienda suelta a todas sus ilusiones y ponerlas en película. Eso sucede con Viaje a la Luna, de 1902, que sigue sorprendiendo al tiempo por su gran ingenuidad y por su enorme derroche imaginativo y técnico para la época.
me encanta Méliès pero su problema era que trataba la cámara de forma estática, y por lo tanto pensó en fantásticas obras escénicas de teatro pero no exactamente en cine.
hasta que no llegue griffith…
En efecto, tienes razón, Jio, Griffith inventará después la forma y las técnicas adecuadas para narrar bien. De hecho, inventa casi todo. Por otro lado, su posicionamiento ideológico y su intolerancia (perdón por el juego de palabras) le colocan en una difícil tesitura: sus películas son obras maestras técnicas pero ideológicamente horrorosas.
En cuanto a Méliès, la época en Francia de momento no daba para mucho más. Sin embargo, en USA si, porque “Asalto y robo de un tren”, mucho más dinámica y ya muy indicativa de por dónde van a ir los tiros (pido perdón de nuevo por el juego de palabras), también es de 1902.
Iremos hablando de todo ello.
Saludos
sí, griffith fue un genio racista. ni siquiera contrató negros, sino que pintaba a los blancos de negro. 😛 y por supuesto eran los malos. el cine de griffith es bueno por todo lo que mencionas, y el de melies con toda la originalidad fantástica.
Y no nos olvidemos de los alemanes y los rusos, que ya por entonces estaban haciendo cosas interesantes. Lo de Griffith tiene delito. Su final, fue, o podría ser, un ejemplo de justicia poética.
Saludos
esta pagina tan podrida