NICK: Recibí dos balazos en el Tribune.
NORA: He leído que te disparó cinco veces en los tabloides.
NICK: No es verdad. No se acercó a mis tabloides.
La película de W. S. Van Dyke titulada en España La cena de los acusados, rodada en 1934, supone el éxito del humor inteligente, ágil, de los diálogos afilados, irónicos, agudos y vertiginosos, es una orgía constante de ingenio. Poca importancia tiene que la premisa sea una novela de Dashiell Hammett basada en su propia relación con la escritora Lillian Hellman, que la trama sea confusa, sin sentido, enrevesada hasta decir basta, porque lo verdaderamente interesante es el combate de inteligencias y la acidez de las situaciones y diálogos de esta estupenda película de entretenimiento.
Esta exitosa cinta, rodada en dos semanas y que recaudó más de dos millones de dólares de la época, puede considerarse la fundación de un subgénero en las comedias de detectives, la pareja, el matrimonio que investiga, dando inicio a una serie de otras cuatro películas, series radiofónicas y de televisión, incluso sirvió de inspiración a muchos productos televisivos (MacMillan & wife, Hart & Hart, Remington Steele, etc.). Van Dyke, impresionado por la efectiva química entre William Powell y Myrna Loy en El enemigo público nº 1, decidió repetir pareja protagonista (añadiendo un simpático fox terrier como complemento imprescindible al dúo de sabuesos) para crear el primer equipo investigador del cine, un matrimonio que además de lanzarse ácidos dardos de ironía, se quieren y se desean sin resultar empalagosos ni cursis.
La historia es endeble y confusa. Nick (Powell) es un detective retirado al que una conocida (Maureen O´Sullivan) contrata para investigar la desaparición de su padre, un excéntrico inventor (el hombre delgado del título en inglés). Sin embargo, en el caso hay más de lo que parece, y la amante del desaparecido, su ex-mujer, y el actual marido de ésta (César Romero), contribuyen a crear un puzzle desconcertante de ambición y avaricia, todo ello aderezado con la presencia del crimen organizado, varios gángsters, la policía, las chicas que los acompañan y los secuaces de todos ellos, lo que eleva la presencia de elementos criminales y de seguridad muy por encima de la media habitual en lo que puede ser lo normal en la lujosa habitación de hotel donde transcurre la acción principal. Sin embargo, pensar demasiado en el sentido de la trama, que no lo tiene, despista al espectador de lo verdaderamente importante, captar la mayor cantidad de diálogos posible, las constantes y animadísimas conversaciones, sobre todo entre Nora, la esposa sofisticada, hermosa, cabal, y el marido agudo y algo bebedor, cuyos estados de alegría producidos por el alcohol le proporcionan una especial lucidez para el descubrimiento de los hechos. La principal virtud de la cinta es la naturalidad con que los personajes son capaces de pronunciar frases ingeniosas, como algo cotidiano, continuo, incluso banal y despreocupado.
En resumen, una alocada comedia de detectives, una película de evasión que vino como anillo al dedo a un público americano demasiado amargado por las penurias de la Gran Depresión americana de los primeros años 30, pero que a día de hoy sigue conservando el encanto del buen cine artesanal, hecho con ingenio, con voluntad de proporcionar un entretenimiento inteligente que haga vibrar de emoción y reír al público con el despliegue de tanto talento. De vez en cuando conviene ojear la programación de las televisiones locales: El hombre delgado suele pasearse por allí.
Antes de decir cualquier otra cosa, quiero decirte que cada vez que vengo a leer que nos compartes ahora, quedo hecha una boba, preguntándome: «¿cómo es posible que alguien sepa tanto de cine y haya visto tantas películas?». Siempre, siempre pienso lo mismo al entrar. Ojalá algun día pudieras platicarnos sobre ti en este aspecto: desde cuando se inició tu gusto por el cine, y ¡a qué hora ves tantas películas! Estoy impre4sionada contigo, en serio.
Bueno, obviamente que no he visto la película 😦 y más obvio es que me encantaría mirarla. Como nos planteas su tema y estructura, no se puede sentir ni pensar más que en poder disfrutarla. Llevo un apunte de las películas que me han gustado a través de tus escritos, y cuando voy a alquilar para ver el fin de semana, me la llevo. Ya te contaré cuales he visto 🙂
Un abrazo, Alfredo
Magda
Magda, el impresionado soy yo. Me da un poco de vergüenza contar cosas mías, pero estoy pensando en algo para un post especial el mes que viene y quizá contenga cosas más personales, no lo sé. En cualquier caso, tengo que hacerte un matiz: yo no sé de cine, sino de películas (y tampoco sé mucho, la verdad; la mayor parte de las cosas que escribo puede decirlas cualquiera que haya visto las películas de las que hablo). La diferencia es grande, nunca he participado en el proceso de elaboración de una película, así que fíjate si hay cantidad de gente que sabe de cine (y lo sufre) más que yo… Me limito a ser un «voyeur» de la pantalla, a hacerme preguntas e intentar que los demás se las hagan, y a ofrecer algunas orientaciones en cuanto a las respuestas.
La película es muy divertida, te gustará. Las siguientes de la serie son algo inferiores, pero se ven también con agrado.
¡Menuda responsabilidad! No eres la primera que me dice lo del alquiler de películas… Al menos espero que mis recomendaciones no te defrauden.
Un abrazo
Magda tiene razón, le sobra. Venir aquí siempre es un placer.
Yo creo que no he visto la peli. Y sí la he visto no me acuerdo, pero como es buena me acordaría, es decir que no la he visto.
Intento razonar en directo, glubbbb para que veas el esfuerzo que hago…
Ya sabes que admiro a Dashiell Hammett, por eso cuando he leído que está basada en la propia relación de Hammet con la escritora Lillian Hellman me he quedado asombrada, intrigada, con curiosidad y urgencia por verla. Dentro de un rato llamo a mi primo, que no es el de Rajoy, pero que tiene muchas pelis. Seguro que la tiene ya que el protagonista es uno de los preferidos de mis tías y mi madre.
Bueno, vaya rollo que te suelto.
Besicos, y no, ni vacaciones ni lo otro.
Ay, qué sinvivir es esto de vivir!
M
Yo estas pelis las vi en un ciclo en la tele. O tempora! O mores!
qué bellas palabras «entretenimiento inteligente» así debería ser cualquier arte… la película la pongo en la interminable lista de pendientes… la verdad es que los años treinta fue una buena época para el cine, ya estaba maduro y se hicieron muchas maravillas, en la comedia voy a reivindicar «Al servicio de las damas» de La Cava… Saludos.
Entrenómadas, en realidad lo que se basa en Hammett y Hellman es la pareja protagonista, obviamente. Si la hubieras visto estoy seguro de que no la habrías olvidado.
Besos, y buen finde.
Noe, qué tiempos aquellos de los ciclos de cine en T.V., snif!
Samuel, especialmente 1938-1939 es una dupla de años espectacular, anque toda la década es excelente. Y lo mismo los cuarenta, especialmente las cosechas de 1946 y 1948. Cuando ahora oigo en alguna ceremonia de los Oscar las buenas cosechas de determinados años y pienso en aquellos tiempos me entra la risa floja…
Saludos
Vaya, con la buena racha que llevaba y ahora me encuentro con esta que no he visto. Me quedo con las ganas, seguro que está muy bien y te ríes un montón.
Estoy de acuerdo con Magda y Entrenómadas, pero a mí lo que me asombra es que seas capaz de escribir un post diario. Fíjate que yo no escribo, sólo copio, publico cada dos días y aún así me cuesta un montón encontrar lo que voy a postear.
Besos.
Alfredo-Escalones, ¿qué hay que hacer para que te nombren director de la filmoteca de la ciudad?, por favor, algún partido que lo incluya como bien necesario.
Yo voto sí
Besos y buen finde
Lucía, entre todas me vais a poner rojo (aún más). Verás, tengo la enorme suerte de poder ir caminando al trabajo: la media hora de ida y la media de vuelta dan para discurrir mucho. En general, escribo con una semana de antelación, así que ahora, por ejemplo, ya está previsto todo de lo qué voy a hablar la próxima semana. Escribirlo es lo que menos cuesta.
La película te enganchará; a mí al menos me encantan esas pelis donde todo el mundo está «mochales», pero no por la neurosis sino por el ingenio en cantidades industriales.
Besos
Entrenómadas, deja a los chicos de la filmoteca, que lo hacen muy bien. Yo sería un desastre, todo el día películas de Pajares y Esteso o de Bud Spencer y Terence Hill. Además, no tengo muchas ganas de vérmelas con partidos… No duraría ni un segundo, pero te lo agradezco igual.
Besos y best weekend for you
Me encanta este subgenero de comedia de investigadores. Me lo he pasado francamente bien viendo en la tele películas como ésta. Es cierto que, como en El Hombre delgado, las historias tienen muchas carencias, van a lo efectivo sin más, saltandose a veces mínimas reglas. Pero logran su propósito, son frescas, llenas de momentos inolvidables. Aunque me parece bastante esencial contar con actores adecuados, como en este caso. Ay, que añoranza de tiempos. Un día te hago una propuesta: sé nuestro guía en las programacioens de televisión. Yo es que me despito. Luego me entero de que han puesto ésto o aquello aquí o allá, y me da una rabia no haberme enterado. ¿No sería posible una página así con un gran croquis semanal? Ah, sería estupendo.
Qué burra, soy. Perdona. Sólo doy trabajo a todo el mundo.
Besos, besos gordos (no delgados)
Luisa, también son divertidas las típicas comedias en las que un montón de gente se junta en una casa y se cepillan a alguien, tipo «Un cadáver a los postres» o «El juego de la sospecha («Cluedo»)», aunque suelen ser de humor absurdo.
Lo de la tele está complicado. La ley que obligaba a las televisiones a publicitar con once días de antelación los contenidos de sus parrillas fue sustituida por otra por la que el preaviso se reduce a tres días, por tanto las revistas de T.V., los teletextos, las webs de los propios canales u otras fuentes o bien no son fiables del todo o contienen esa expresión del demonio que es «película a determinar» y que a mí me repatea.
Pero estoy pensando, cuando la ocasión lo permita y me entere con suficiente tiempo, de unir tu idea con otra que me ronda la cabeza desde que Lucía me la sugirió hace tiempo: el cinefórum virtual. O sea, que yo aviso que tal día ponen esto o lo otro, y escribo un post sobre la película para comentarla entre todos… Pero de momento es sólo una idea que no sé si es practicable.
Besos mucho gordos
Parece el papaito de lo mejor de Woody Allen. Situaciones alocadas, pero verosímiles: parejas llenas de química, guiones agudos.. solo que al Allen como que no le van bien los perros.
Y ¡vaya fanaticada tienes acá! Con justa razón…. pilas que te puedes volver el Leonardo di Caprio de los blogs. jejeje (mal chiste)
abrazos,
sí, me encanta!!!..abrazos
Malvisto, más que precursor de Woody Allen es más bien el precedente a las locas comedias del final de los 30 y principios de los 40: «La fiera de mi niña», «Luna nueva», «Historias de Filadelfia», «La mujer del año», etc.
Mejor Lee Marvin que L. di Caprio, por favor.
Abrazos
Fernando, es que a ti las películas de ambiente sofisticado con ingenio, ironía y humor te van como anillo al dedo…
Un abrazo
Alfredo: esto no lo conocía; pensé que solo era guionista de La Noche del Cazado y se acabó: pero es todo mentira. Te dejo la nota: buen fin de semana::::: –
http://www.elpais.com/articulo/semana/Elogiemos/ahora/Agee/elpepuculbab/20080105elpbabese_7/Tes/
Gracias, hermano, interesantísimo.
Buen descanso, para ti también.
¡Epoca dorada!donde el entretenimiento era un placer para los sentidos.w.S.van Dyke,tan refinado como Ernest Lubich.Hammett,delicioso.
Dijo Kafka: «Malo es todo lo que distrae».Es decir,el entretenimiento actual;sin gracia,sin ingenio,sin refinamiento.Y lo que es peor;sin inteligencia.
Un abrazo,amigo.
No era nada tonto, Kafka. Era una época en que el cine, el teatro, la comedia musical, los escritores, los directores, los actores, y demás profesionales interactuaban; todos eran conscientes de estar creando arte… Ahora interactúan el cine y la televisión. No es por nada, pero todo lo que tiene que ver con la tele termina podrido. Y si no, al tiempo.
Un fuerte abrazo.
otra hornada de mucha consideración parece el 41 y 42… Bola de fuego, Los viajes de Sullivan, Casablanca, Ser o no ser creo que tembién es de ese año… Las hornadas de ahora, sí es mejor que nos dé la risa floja, como cuando (ya me ha parecido el colmo) alguien dice que Almodóvar es liberador y un poeta y uno ve «Alumbramiento» de Víctor Erice. Erice un genio, Sturges un genio, Hawks un genio, Dovzhenko un poeta, Resnais un vituoso, Ozu la sensibilidad hecha persona, Murnau un poeta como ha habido y habrá pocos, Vigo de lo más grande, Buñuel una de las miradas más maravillosas y poéticas del siglo Xx y de los que vengan, Dreyer un puente hacia el espíritu… Ford poesía donde menos te la esperas… y cuántos que se quedan en el tintero… pero hoy cualquiera que no valdría ni para ayudante de dirección de directores de segunda categoría de cuando el cine se hacía con bastante más cariño ya se cree que ha inventado este arte, y lo que es peor empiezan a salir algo así como críticos (probablemente medio comprados o con una cultura cinematográfica deficiente) llamándoles poco menos que una unión de Renoir, Welles, Chaplin, Hitchock, Mizoguchi… Es de risa, o indignante sin más. Qué decadencia. He probado a ver películas con críticas estupendas del año pasado después de ver Bola de fuego, Hiroshima mon amour, Los viajes de Sullivan, La tierra, Una mujer de París… y no hay color, sólo los cortos de Erice y Kaurismaki de «Ten minutes older» (no he visto aún los siguientes) pueden no sonrojarse. El nivel actual del cine, por lo general es mediocre, pero lo que más me molesta es que a casi cualquier cosa se le llame ya obra maestra desde sectores de la crítica. Es patético, por lo visto parte de la crítica cinematográfica está prostituida porque si no hablan bien de ciertas películas ciertas compañías retiran sus anuncios de las publicacions. Las prostitutas me merecen mucha mejor consideración porque sólo alquilan sus cuerpos mientras que esta pseudocrítica cinematográfica vende sus almas al diablo. Saludos, y sigamos disfrutando cine del que se hacía con cariño, y del que aún se hace.
Tranquilízate, Samuel. Tienes bastante razón, pero creo que forma parte de un debate mucho más amplio que tiene como marco el asunto de la decadencia del arte, por llamarlo de alguna forma. Todo eso que apuntas no es propio solamente del cine, sino similar en el resto de las artes, sobre todo la literatura, salvo contadísimas excepciones, como en el cine. También estoy de acuerdo en lo que citas sobre la crítica «especializada». Pero, probablemente, también el consumidor de arte en todas sus vertientes, salvo excepciones, también está menos preparado, tiene menos referentes, menos formación, menos interés incluso, menos tiempo, menos ganas, menos amor, sobre todo, menos memoria… Todos somos culpables de ello, pero al menos unos cuantos intentamos recuperar parte de esa memoria que la vida moderna nos obliga a ir perdiendo en aras de la adoración económica por la novedad…
Saludos.