Sobra cualquier comentario ante tanto derroche de genialidad por parte de los Hermanos Marx en esta cinta de Sam Wood (1935).
Reflexiones desde un rollo de celuloide
Sobra cualquier comentario ante tanto derroche de genialidad por parte de los Hermanos Marx en esta cinta de Sam Wood (1935).
Hilarante subversión de la realidad.
Siempre me he preguntado quienes eran los traductores al castellano de esos diálogos surrealistas.
Saludos.
Es tan, tan, tan buena que me ha dado un subidon tremendo. Qué placer ver a estos genios un viernes lluvioso.
Me quedo con una sonrisa en la boca.
Geniales, pero de verdad,
Marta
Josep, no lo sé, pero desde luego, aunque no estuvieran a la altura de Groucho, discurrían lo suyo.
Saludos
Marta, parece que lo barruntaba yo, que había percibido que hoy iba a ser un día difícil y que no vendrían nada mal unas risas… Menos mal que nos quedan los Marx.
Besos
Pero que maravillosos que eran ¡que lujazo!
Nunca me cansaré de verlos Alfredo. Yo también te agradezco hoy estas risas, las cosas a veces son tan duras…..
Besicos.
Completamente de acuerdo, aunque mi favorita absoluta es «Sopa de ganso». Imprescindible para quien todavía no la haya visto. En cualquier caso, esas escenas levantan el ánimo a cualquira.
Un abrazo
Anónimo, duras, duras de verdad. Menos mal que éstos levantan casi cualquier ánimo…
Besotes
Cinegoza, cuánto bueno por aquí… En efecto, «Sopa de ganso» es brutal (y personalmente, siempre me he alegrado de que no incluyeran los famosos momentos de piano y arpa…). Hace unos meses publicamos un post con diálogos desternillantes.
Un abrazo
Tengo todas las películas de los hermanos Marx y las reviso cada año todas, eran unos genios absolutos del humor, es curioso comprobar el punto de partida del humor desde el carisma y el surrealismo, quizás adquieren aún mayor valía si nos planteamos quién sería capaz de hacer esto en los tiempos que corren, bueno, ni en los que corren ni corrieron…XXDD
Sublimes, y lo que es mejor, iconos populares, demostrando que la popularidad no va reñida con la calidad.
Un abrazo Alfredo!
No es mal ritual, Iván. Hoy en día me temo que no se comerían un rosco o terminarían calificados como excéntricos y con un público minoritario presentando programas televisivos de madrugada. Cómo degenera el mundo, madre…
Un abrazo
Son divertidas, sí. Una de las mejores películas que hicieron.
Permítame, 39escalones recordar dos escenas míticas más de otros filmes: «Una noche en Casablanca» (la secuencia de los baules) y «Sopa de Ganso» (la secuencia del espejo con los dos Grouchos).
La de los perritos calientes con Chico y Harpo (no recuerdo de qué filme era, quizá «Una noche en la ópera»).
Grandísimos los Marx.
Me ha alegrado un rato la mañana triste y lluviosa. Gracias
Creo que son mis favoritas…
Uy, la anónima era yo….»siegque no es mi día»…
Mejor manera de empezar el fin de semana imposible. Gloriosas escenas, de lo mejorcito. Estoy con Marta, viernes lluvioso y con el ambiente tan pesado que hay en Zaragoza, le provocan a una un subidón genial.
Un abrazo
Muy bien Alberto, ya veo que por aquí hay mucho marxista… En «Sopa de ganso» hay una buenísima con un vendedor de cacahuetes, y en «El conflicto de los Marx» está la delirante escena de «¡¡¡UNA CARTA A MIS ABOGADOS…!!! Geniales.
Van bien unas risas para un viernes.
Mima, algo me olía yo… Pero anónima y todo, tienes razón. Las cosas a veces son duras de por sí, y otras veces las complicamos nosotros mismos. Por desgracia, soy un maestro en eso.
Buen finde
Mónica, a mí personalmente me hace falta reírme un poco. Habrá más de éstas.
Un abrazo
Por cierto Alfredo, hoy me he pasado por el Fnac de aquí en Bcn, y ojeando las revistas de cine he visto algo que me ha llamado la atención en la revista Cinemania de mayo, una mención a tu persona con un comentario de Richelieu en las primeras páginas, me ha hecho ilusión verte por ahi en impreso, jeje.
Saludos!
Pues sí, Iván, hijo mío, era yo. Mejor no te digo por circuito abierto lo que me parece…
Ya te contaré.
Un abrazo
Jeje, Ok…cuando tengas un ratillo si te apetece cuéntame (imazur2002@hotmail.com)
Saludos Cinemaníaco, XXDD
He recordado la primera vez que vi las películas de los Marx, cuando era pequeña y las emitía «la primera» los sábados y domingos después de comer. Me reía casi más que ahora. Son atemporales, nos hacen reir muchos años después, a cualquier edad, unos auténticos genios.
Grandes,muy grandes son estos tipos.Nunca dejan de fascinarme.Anarquistas,surrealistas,maravillosos.Sam Wood fue un gran director hoy completamente olvidado.También realizó Un día en las carreras.El gran Leo McCarey también realizó esa maravilla que es Sopa de ganso.Mira Alfredo,cuando me tienta a algunos asuntos políticos salgo corriendo y veo Sopa de ganso y me curo de inmediato.Me quedo con ellos.Para mí es un sintoma de salud mental.
Fuerte abrazo.
Para mi Groucho es el verdadero Marx: Groucho es mi pensador favorito. Y ahorita que estoy próximo a cumplir años espero recibir una dedicatoria por el estilo: si sigues cumpliendo años te vas a morir, besos… jeje,
abrazos,
Tienes razón Alfredo, sobran los comentarios, ¿qué podría decir elogioso sobre ellos que no se haya dicho ya?
Lo que no entiendo es que hay gente que no entiende su humor ni sienten ningún interés por sus películas ¿cómo puede ser posible?
Un abrazo.
Es cierto, Minerva, su humor no depende del contexto temporal, del nivel cultural ni del momento social o económico. Su sentido del humor es profundamente sabio.
Francisco, además Sam Wood fue uno de la amplia nómina de directores que se pusieron a los mandos de «Lo que el viento se llevó» por orden de Selznick, junto a otros como Fleming, Curtiz, Cukor, y varios más. No tuvo suerte.
«Sopa de ganso» es buen refugio para casi todo.
Abrazos
Malvisto, totalmente de acuerdo, un prócer, un profeta de nuestro tiempo. Eso sí, lo del epitafio de su tumba es apócrifo.
Abrazos
Lucía, supongo que por la misma razón que hay gente que considera gracioso al tipo ese de Eurovisión. En fin, la especie degenera…
Un abrazo
Jajajajajajaja
¡Qué recuerdos!
Geniales…que sonrisa se me ha quedado ahora en la cara. Así da gusto seguir el día.
Un saludo
Siempre es buena una visita a los Marx. Le levantan a uno los ánimos aunque no quiera.
saludos