Obra cumbre del cine moderno, casi todo está dicho ya de la trilogía de Coppola sobre la familia Corleone, a su vez un proyecto cinematográfico familiar (en diferentes momentos de la trilogía intervienen distintos miembros de la familia, desde el compositor Carmine Coppola hasta Mark, el hermano de Nicolas Cage, pasando por Talia Shire o la propia hija del director, Sofia). El inicio de la primera parte, con esta demostración del tempo narrativo y el dominio del espacio escénico, ya nos advierte de que estamos a punto de asistir a un espectáculo incomparable, a auténtico cine, a un clásico instantáneo desde el momento de su estreno en 1972.
La aparición en la oscuridad del rostro de Bonasera (irónico nombre para el dueño de una funeraria), que acude al despacho del Padrino el día de la boda de su hija que, por tradición, es también el día en que atiende las peticiones de sus acólitos, resulta precursora de la nueva mirada que para el cine norteamericano supuso la llegada de directores como Coppola o Scorsese, por citar los más obvios, y anuncia ya con plena intensidad la magnificencia de la trilogía, criticada a veces por contribuir a cierta glorificación de la mafia al convertirla en fuente de épica y honorabilidad, y exaltada justamente como la monumental obra maestra que sin duda es.
de hecho yo estoy en un maratón de la trilogía, ya vi la parte dos, y estoy esperando un tiempo para ver la última parte.
Es todo un clásico, y si nos vamos a escenas favoritas y/o míticas, ésta tiene toda una antología. A mi me encanta no sé por qué la parte en la que Michael se va a Sicilia y se casa con Apollonia. Y el final es genial, realmente una escena maravillosa. También me gusta, aunque me da un poco de lástima, es la muerte de Don Vito….
todo un clásico, todo mundo devería verlas por lo menos una vez en la vida.
Jolín, es que empiezas a verla y te quedas enganchada.
Gran comienzo sí señor, no podía ser menos.
Buenos y ventoleros días majo.
Mi favorita es la segunda parte.
Ugo, totalmente de acuerdo, aunque hay que tener cuidado con los mitos, a veces uno queda tan deslumbrado que casi no ve más allá.
Mima, los grandes principios a veces tienen finales cutres. No es el caso. Incluso la parte tercera, algo más floja según dicen los críticos pero muy superior a la mayor parte del cine americano actual, tiene un final grandioso.
Besicos.
Noe, según varias de esas listas que circulan por ahí, El Padrino II es la mejor película de la historia, por encima de Ciudadano Kane o Casablanca. Yo no creo en listas, pero es un gran ejemplo de cine monumental. Personalmente le tengo más cariño a esta primera parte, me gusta más, pero la segunda es todavía más redonda.
Besos.
la trilogía del padrino,sin llegar quizá a los extremos esquizofrénicos que plantean «El nacimiento de una nación» con su glorificación del racismo o los documentales de la Riefenstahl en alabanza a Hitler, entiendo que se pueda criticar como excesivo premio para lo que en realidad es la mafia, hace poco vi «declaradme culpable», de Lumet, un caso real en el que la mafia se libra de todo gracias a que el mafiosillo de turno acaba cayendo simpático al jurado… creo que el cine quizá ha contribuido a que se vea a la mafia como una familia cuando de familia no tiene nada, es una secta que mira por sus intereses sin preocuparle en realidad nada más, y dispuesta a cualquier cosa, violencia y asesinato incluído, para enriquecerse… me da asquillo el rollo ese de que son una familia y muy católicos encima, el rollo de que son gente como tú y como yo y muy buena gente… Creo que al cine hay que exigirle no maestría cinematográfica sino vitalidad humana, en realidad creo que hacer una saga sobre una familia mafiosa es algo que no se suele hacer sobre una familia corriente y honrada. Un saludo.
Sí,mi querido Alfredo,tienes toda la razón.El padrino es una de las películas más importantes de los años 70,pero discrepo,no de tu texto,en absoluto,sino del pedestal en donde la sitúan.Estoy convencido de que estoy equivocado,pero no creo que El padrino sea una película tan grande.Te prometí que escribiría algo al respecto y ya estoy en ello.Mi duda en publicarlo es debido a que en El tiempo ganado,me prometí escribir absolutamente sobre las películas que adoro y no criticar a las que no admiro tanto.Ya veremos,igual te paso el texto por e-mail.
Un fuerte abrazo mi querido amigo.
Me cago en la mar, que diría mi vecino, para mostrar su enfado al no haber sido el primero en disentir; con lo que a mí me gusta llevarme medallas, ya se me ha adelantado Francisco.
A mí esta película me gusta, ya lo digo por delante. Es más, me gusta bastante. Pro el caso es que creo que no me gusta tanto como el mundo desearía que me gustara. Y no sé si me explico.
Tú mismo das la calve al contestar un comentario diciendo que es una perfecta muestra de cine monumental. la pregunta que me nace es la de; ¿Se puede hacer cine de autor (ojito con la expresión que a mí tampoco me gusta mucho) haciendo a la vez cine momunmental y faraónico? Creo que ahí radica la cuestión del porqué El padrino no es esa película que a mí me gustaría que fuera. No sé.
Cosa distinta es destriparla por partes. Tiene escenas sencillamente maravillosas, míticas, de lo bien trabajadas que están. Su música, la dirección de actores,… Joder, si sigo así, va a parecer que me contradigo arrepintiéndome de lo que he dicho al principio. Será que hoy ando un pcoo difuso.
A mi me gusta la trilogía entera, y como a Ugo, la parte que más me gusta es cuando Michael está en Sicilia. Pero de escenas, la que más me impactó es cuando aparece la cabeza del caballo en la cama de aquel productor o director de cine. ¡Qué shock!
Besos.
A mi también me dejó impactadísima la escena de la cabeza del caballo en la cama. Y esa otra cuando matan a tiros al hijo que interpretaba James Caan (no recuerdo cómo se llamaba el personaje). Es que vi la película de adolescente y me dejaron frita esas escenas. Una que era muy tierna. Eran otros tiempos.
Besos
Me encanta el Padrino: de hecho, me gusta toda la trilogía, aunque esta primera, quizás por el impacto al verla, es mi preferida.
Un día tengo que ponerme a recordarla, pero tengo la sensación que no sabría como acabar.
Puede que yo sea el único que por aquí aparece que la vió en riguroso estreno en el cine: una sesión matinal en el desaparecido Cine Vergara, en el único dia de mi vida estudiantil en que hice novillos.
Ya había leído la novela de Puzo por lo menos dos veces y estaba seguro que Marlon iba a hacer el ridículo, pues yo sólo veía a Edward G. Robinson en el papel.
Esta escena que ofreces, Alfredo, ya me convenció de mi error; y a partir de ahí, con la siguiente, del baile….. bueno… mejor lo dejo…
Saludos.
Sam, en realidad esta familia y esta mafia que presenta Coppola no son más que espejos de la realidad en la que viven: esa familia, pero también los políticos, los jueces, los periodistas, los artistas, incluso la Iglesia, son hipócritas. Como en la vida, no lo olvides. La diferencia es que la mafia es lo que parece, y los demás quieren parecer lo que no son. Pero si te das cuenta son lo mismo. Al fin y al cabo es la mafia la que ha aprendido de ellos y no al revés.
Saludos.
Francisco, yo por principios prefiero evitar hablar de listas, confeccionarlas o servir de correa de transmisión. Precisamente por evitar situaciones injustas o paradójicas. Yo sí creo que la trilogía de El Padrino es grande, pero no tengo tan claro qué significa eso. Desde luego, no equivale a «mejor». Pero sí que hay películas, obras de arte, que están por encima de casi todo por la dimensión que han alcanzado. En este caso creo que se ha beneficiado, y no poco, de ese clima de épica y honorabilidad que comento en relación al crimen organizado y a cierta liturgia que ha calado en el imaginario colectivo, quizá equivocadamente entregado a identificar las historias de esta familia con el honor del que tanto hablan y del que por supuesto carecen. Luego ha llegado Jim Jarmusch o Los Soprano con sus mafiosos en chándal y deportivas, cincuentones con tripa cervecera, y esa liturgia ha cambiado.
Creo que esta película fue mito antes que cine, y de ahí que se juzgue a menudo como mito, y casi nunca como cine.
También yo tengo que ponerme algún día a hacer un análisis más pormenorizado, pero entretanto, si me envías tu texto prometo publicarlo aquí, si es esa tu intención, íntegramente y sin añadir nada. Tienes mis escalones a tu disposición; son tuyos.
Un fuerte abrazo.
Coincido en parte contigo, Raúl. La monumentalidad va a veces en contra de la propia esencia cinematográfica: contarlo todo, decirlo todo, enseñarlo todo, no dar tregua, no dar respiro, hacer de cada toma un acto solemne, un pedazo de historia del cine, un continuo exceso de momentos sublimes (y los tiene, como bien dices, quizá más que ninguna otra obra en tanta cantidad en tanto metraje)… Es un manguerazo de cine que, como todo manguerazo, no sólo moja, cala, sino que también derriba. De ahí que guste, pero también que apabulle. La sencillez a veces es el camino más corto para que algo cale para siempre.
Yo tengo muchos momentos favoritos, Lucía. Como curiosidad, decirte que ese productor es trasunto de un famoso productor de los años cuarenta, y el cantante al que Vito hace el favor decapitando al caballo para que el locutor lo contrate, está inspirado, aunque puede que lo sepas ya porque es vox populi, en un famoso cantante y actor de la misma época, cuyo nombre no vamos a decir; sólo que empieza por Frank y termina por Sinatra… Uno de los valores añadidos de la trilogía es establecer paralelismos con personajes reales de la época: una mina inagotable.
Besos.
Santino, Carmen. Yo tengo muchas escenas en la retina, a veces no las que la mayoría recuerda: por ejemplo, el montaje paralelo al final de El Padrino I cuando se cometen varios asesinatos a la vez, como una especie de altar de sacrificios en el bautizo de Anthony Corleone…
Besos
Edward G. Robinson siempre será una incógnita: nunca sabremos cómo habría quedado. Seguramente bien, pero en comparación con Brando…
Una observación sobre lo que dices: cuántas veces escribimos recientemente eso de «el desaparecido cine tal y cual…». Eso sí que da pena.
Saludos.
Una joya. A pesar de que envuelve a la mafia en un halo de romanticismo que me molesta mucho. Como cine es buenísimo, como análisis de la mafia ni de coña.
Yo debo ser de las pocas personas a las que le gusta bastante la tercera parte. Aunque es la primera la que me asombra.
Kisses,
Marta
Pues sí, excelente cine. Es una de mis escenas favoritas.
El otro día la echaron en la Tv autonómica y me quedé enganchado con este escena. Tiene algo genial.
Por cierto, leí en algún sitio el papel del gato que caraicia Don Corleone precisamente en las escenas más duras, cuando manda matar a alguien. Fue un truco de Marlon Brando para dar un toque humano a la actividad criminal de su personaje. Dicen que el gato ronroneaba tanto y tan fuerte que en las grabaciones sólo se oía al gato y los actores tuvieron que volver a grabar sus voces. No sé si será verdad, pero tiene mucha gracia, ¿no?
Genial, puro cine.
Bona sera… [léase con voz pagada en plan Corleone]
Baci per tutti,
Chesús
A mí también me molesta ese puntillo laudatorio y elegíaco de ciertos personajes que son unos criminales con todas las letras. Pero como películas son (las tres) verdaderas joyas. En esta trilogía estamos de acuerdo al cien por cien.
Besos.
Chesús, creo que la anécdota es apócrifa. Ten en cuenta que don Vito no ordena asesinatos aparte de los comentarios acerca de Bonasera y Luca Brassi y que el gato no vuelve a salir después de esta escena. Lo que sí está contrastado es que lo del gatito en el rodaje fue un dolor y que obligó a repetir muchas veces las tomas, tanto por los ruidos como porque no podía estarse quieto… Joder, cómo va a estar alguien quieto en las rodillas de Brando cuando está pensando en liquidar al personal…
Abrazos.
Alfredo, la mafia quiere parecer algo mucho mejor de lo que es, mientras que entre artistas, jueces y políticos puede haber alguien (excepciones si quieres…) que intenten algo honesto, la mafia se basa en la deshonestidad y el crimen pero venden la idea de familia, compañerismo y todo eso. Ponerlo todo al mismo nivel… bueno, yo creo que no. Los mafiosos van de un elegante que paqué, van de gente familiar, que sí, lo que más vende es lo familiar y con perros. La trilogía, cinematográficamente es impresionante, pero el culto cinematográfico, las obras monumentales o en plan la mafia es algo divertido, pues la verdad, no les veo del todo mucho sentido. Por cierto, gran parte del mérito de El padrino hay que atribuírselo a su productor, que por lo visto le dijo a Coppola que lo alargara, que tenía una saga entre sus manos. No recuerdo su nombre. Un saludo.
No, Sam, no soy yo quien lo pone al mismo nivel. Me refiero a que la película juega continuamente con una idea: la mafia es lo que es, criminales, asesinos, extorsionadores y demás, que buscan parecer respetables; en cambio, fuera de ella, muchos que son respetables están igualmente podridos, de puertas para adentro. Esta idea de duplicidad busca mostrar otra todavía más profunda: no es la corrupción la que surge por sí misma; es el sistema el que la provoca, aun con sus excepciones.
Un abrazo.
Estupendas películas,muy buen cine.Las vi en su tiempo,y las volví a ver años más tarde. Las tengo en cinta.Lo que dice Marta.N.,tiene razón,envuelve a la «mafia» en un halo de romanticismo que joroba.La mafia no es ficción,está ahí,pero esto es cine.Una cosa es cierta,yo prefiero no tener familia,a tener esa…………… Saludicos
Y yo, Carmen, yo también. Eso de que a uno le regalen unos zapatos de cemento por navidad…
Saludos.
Sensacional. Es verdad que en mi opinión el orden de calidad es 2, 1, 3, pero debo decir que estoy de acuerdo con eso que afirmas Alfredo, si el cine americano actual diera películas como El Padrino 3, nos pondríamos todos de rodillas ante semejante milagro, jaja.
Saludos!!
Amigo Iván, si me ciño a criterios exclusivamente cinematográficos, coincido con tu orden. Yo siempre valoro más la primera subjetivamante; quiero decir, que le tengo más cariño, no sé si será por Brando, Hayden, este comienzo impresionante, las escenas de Sicilia… Pero entiendo que en este caso las segundas partes son sublimes.
Un abrazo.
Se me pone la piel de gallina cada vez que oigo a Brando en esta película. Un inicio de cine antológico.
Abrazos
P.D.: Y justo antes de decirle: «Alguna vez necesitaré de tus servicios»… de fondo se ve a Santino 🙂
Lo más grande esta película.
Dan ganas de seguir viendo. Sabes, en la realidad pueden tener ese encanto por lo mismo debemos tener cuidado de no dejarnos seducir más que por la película.
Un abrazo
En efecto, AdR, es un excelente ejemplo de explotación del lenguaje visual del cine. Actualmente en las películas se habla demasiado y se enseña muy poco, para cubrir el expediente. Se cargan las tintas en los guiones y se margina el poder (y el talento) de la imagen.
Puede ser Alba, aunque si vemos los periódicos italianos cada vez que detienen a un mafiosillo de éstos, te das cuenta de que, de encanto, nada de nada: Provenzano, Riina y compañía parecen más bien inadaptados sociales que glamourosos criminales. Lo que son en realidad.
Un abrazo.
A mí esta trilogía me vuelve loquísima.
La he visto muchas veces y nunca me canso.
La he analizado desde tropecientos puntos de vista. Y siempre descubro algo nuevo.
Nunca me decepciona y las tres me parecen que forman un todo que narra de manera magistral la descomposición de una familia.
Todo tipo de sentimientos y emociones se dan en esta historia: amor y odio extremo, fidelidad e infidelidad, una disección perfecta sobre la venganza, la soledad, la violencia, la muerte, la corrupción, el poder, los rituales sociales, lo que se exterioriza, lo que se oculta…
Al Pacino, Marlon Brando, Robert de Niro, John Cazale, Robert Duvall, Andy García o James Caan (y su Sonny Corleone que siempre está presente en la trilogía y no sabría explicarte pero me encanta el personaje) pasean sus rostros y reacciones.
Imágenes que se quedan para siempre en la retina: la muerte de Sonny, el paseo en barca de Fredo o la escena de las escalinatas a la salida de la ópera (qué gran momento) en la tercera parte…, uff.
Sin embargo, también tiene sus puntos oscuros -que hacen más rica su visión-. Señalo dos: uno que ya han señalado otros compañeros que es la mitificación de la Mafia (aunque yo lo analizo más como un símbolo del poder y la corrupción con tintes shakespearianos, a lo Rey Lear. Como bien señalas no se salva ningún estamento: empresa, políticos, cuerpos de seguridad, Iglesia…). Y otro punto que siempre me ha chocado y alguna vez he analizado, el papel de la mujer en El padrino, los personajes femeninos… una película que relega a la mujer a un segundo plano (apenas sale del ámbito privado y siempre reacciona y actúa según los personajes masculinos que las eclipsan), siendo el personaje más interesante el de Talia Shire que sufre toda una transformación a lo largo de la trilogía.
Perdona por el rollo… pero es que El padrino me encanta (otra película de Mafia y gánsteres que me deja sin aliento es Erase una vez en América de Sergio Leone).
Besos
Hildy Johnson
Muy cierto, Hildy, lo que dices del papel de la mujer. Connie no se «emancipa» hasta la parte III, en la cual incluso decide quién va a ser fiambre (Joey Sasa). Pero, por ejemplo, la esposa de Vito, en la primera parte no dice ni mú, y en la segunda sólo dice una frase cuando es mayor y una o dos cuando es joven. Todo muy italiano: mucho «amo a la mamma», pero calladita.
Besos.
Francis Ford Coppola,-capaz en el cine de hacer cosas muy buenas, y cosas malísimas, sin términos medios-; consigue en las dos partes de «Il Padrino» tres logros casi impensables: dar aurola mítica y épica a una familia de criminales en una suerte de tragédia griega; conseguir que la adaptación al cine sea mejor que el libro de Mario Puzzo; y que la segunda parte séa mejor aún que la primera.
Contiene interpretaciones de primerísimo nivel de Al Pacino, Robert Duvall, John Cazale, Robert de Niro y Lee Strasberg.
(Marlon Brando está demasiado sobreactuado para mi gusto, y la tercera parte no la soporto, se le vá a Coppola la castaña, hay planos muy mal filmados, y quiere morder más de lo que puede tragar: la intriga en el Vaticano y el homenaje a «El hombre que sabía demasiado» de Hitchcock son de un ridículo sonrojante).
Es cierto que Coppola le atribuye a la mafia italiana poderes casi sobrenaturales: ayudan a salir a Batista de Cuba, arreglan cuentas con el Vaticano en el asunto del desfalco del Banco Ambrosiano;- ¿es que no existen la C.I.A. ni el Opus Dei para hacerse cargo de estos asuntos?-; pero es que la fuente literaria en la que se basa no es buena ni fiable, para mi gusto.