MAGIA, ESPADA Y FANTASÍA (I)
Iniciamos aquí una serie de artículos que nos van a introducir de lleno a través del cine en el mundo de la magia, de las historias fantásticas de universos imaginarios o de mundos olvidados poblados por criaturas misteriosas, bestias temibles y seres fabulosos, vivos todos ellos en mitos y leyendas repletos de poderosos sortilegios, tesoros enterrados y héroes invencibles enfrentados a enemigos formidables y terribles, viejas historias que relatar en las oscuras noches de invierno junto al fuego que aleja a los lobos, los trasgos o los trolls.
Y abrimos la serie con una película inesperada, improbable quizá entre el resto de cintas que van a configurar esta sección, una producción británica de 1981 que supuso el debut (y penúltimo trabajo) de Desmond Davis en el cine: Furia de Titanes, un clásico de juventud para toda una generación. En ella se dan la mano la mitología, la historia, la leyenda, las aventuras de capa y espada y la imaginación con que poblamos mundos imposibles en el marco de la antigua Grecia de dioses inmortales creados a imagen y semejanza del hombre, con las mismas virtudes, defectos y, sobre todo, debilidades, el país del nacimiento de la historia, la literatura, la filosofía y, también, de la fantasía convertida en género, una tierra por la que discurren personajes que son nuestros, que se sitúan en escenarios que hemos incorporado a nuestro imaginario colectivo, que son testigos o autores de hazañas que permanecen ocultas bajo nuestros pies, como los inconfesables cimientos sobre los que hemos construido nuestra cultura, nuestra forma de entender el arte de narrar, que están ahí aunque no queramos verlas o nos apartemos de ellas. Historias que hablan de nosotros más incluso que los cuentos de diseño para la taquilla.
Zeus (un candongo Laurence Olivier) ha sucumbido una vez más a las tentaciones carnales de una mortal, para desesperación de su esposa, Hera (Claire Bloom). La hermosa hija del gobernador de Argos ha sucumbido a sus tácticas amatorias, siempre tomando el cuerpo de una lluvia de oro, de un rayo de luz o de un chorro de agua cristalina, y de la unión de sus cuerpos ha nacido un niño, de nombre Perseo (Harry Hamlin, tiempo antes de convertirse en el guaperas oficial de La ley de Los Ángeles, serie televisiva que llevó a un montón de incautos a las facultades de Derecho para ser abogados a la americana). El gobernador, dolido por la vergonzante deshonra de su hija a manos de un Dios traicionero y cruel, decide sacrificar a la joven y al niño, pero ambos son oportunamente salvados por Zeus, que los pone a salvo. Sin embargo, el rencor de la diosa Thetis (Maggie Smith) por la maldición que Zeus ha hecho recaer en su hijo Calibos, al que ha convertido en una bestia semihumana, hace que descargue toda su ira sobre Perseo, al que intentará privar del amor de la joven Andrómeda y al que sumergirá en una arriesgada aventura que pondrá a prueba su habilidad y su astucia, y en la cual el joven héroe tendrá que vérselas con malvadas brujas, oscuros maleficios y criaturas sobrenaturales como el Kraken o Medusa, y en la que, gracias a Zeus y la corte de diosas que le apoyan, Hera, Atenea (Susan Fleetwood) y Afrodita (Ursula Andress), contará con la ayuda de unas armas mágicas, del caballo alado Pegaso, y de su amigo Ammón (Burguess Meredith).
Destacable en su día por los, para entonces, grandiosos efectos especiales creados por Ray Harryhausen (y que vistos hoy van desde lo resultón a los monstruos de felpa modelo Godzilla japonés y sesentero, pasando por la plastilina), la película se deja ver hoy más como curiosidad que como película de aventuras mitológicas, aunque sigue siendo un inmejorable vehículo de acercamiento para los jóvenes a lo que supone la cultura clásica en general y la mitología griega en particular, sobre todo gracias a esa forma de retratar el Olimpo como un lugar en el que unos dioses de carne y hueso juegan con el destino de los seres humanos mediante esas figuritas de arcilla que colocan a su antojo aquí y allá por la maqueta del mundo conocido que es para ellos el universo. En torno a ese tablero, los dioses juegan su particular partida de rencores y odios, de amores y simpatías, de favores y venganzas, en la que los mortales sólo son las cartas que ellos reparten a su conveniencia, siempre con la amenaza de que la atronadora voz de Zeus resuene tanto más allá de las nubes como en la versión real de ese tablero que se extiende bajo el cielo.
Las interpretaciones no son ninguna maravilla, sobre todo la de Hamlin, aunque hay un buen plantel de actores de reparto, mayoritariamente británicos, que cumplen con solvencia, y las virtudes visuales van poco más allá de cierto ingenio para la construcción de determinadas situaciones y criaturas a partir de las descripciones de las propias leyendas clásicas y de buenas dosis de ingenio para recrear el ambiente y la atmósfera en la que se mueven tanto los personajes «humanos» como los dioses. La gran virtud de la película, su mayor atractivo incluso a día de hoy, es el acercamiento que hace a la cultura clásica, a la mitología, a una fuente inagotable de personajes e historias a la que demasiado a menudo no prestamos la atención debida o proporcional a su influencia en nuestra forma de concebir la ficción o la fantasía. Todo un mosaico inmortal de nombres y referencias que hoy, sin ir más lejos, pueblan la bóveda celeste, como muestra la película.
Para 2010 se prepara un remake de esta película, dirigido por Louis Leterrier (autor de la última versión sobre El increíble Hulk, lo cual nos hace temer lo peor), y en el que Sam Worthington pone el físico de heroico guaperas, Liam Neeson interpreta a Zeus (menudo papelón para él emular a Olivier), mientras que el dios de los avernos, Hades, será interpretado por Ralph Fiennes, lo que promete ser un alarde de efectos especiales y poco seso y respeto por la historia o por la leyenda clásica en la línea de otras producciones recientes de estilo aproximado. De momento, nos quedamos con el clásico de 1981.
ahivaaaaá! Qué culebrón de dioses…
Bueno, el culebrón es un descendiente remoto (y cutre) de muchas de las historias de este periodo.
Jo, hoy que me duele la cabeza me subes esta foto….
Me voy a leer el texto pero con cuidado de que nadie me vigile y me corte….
K,
Marta
La película fue todo un acontencimiento, esa es la verdad. la publicidad hablaba de efectos especiales nunca vistos.
Más allá del analisis adolescente que en su día se le pudo hacer, lo cierto es que la película carece de continuidad (se nota que es británica y no estadounidense en su falta de ritmo) y también de una música (así lo recuerdo) que subrayara la acción con la intensidad que hubiere sido adecuada.
Y sí, Hamlin está horrible.
A pesar de todo, me estoy refiriendo a ella con una sonrisa en los labios.
Este tipo de películas durante toda mi vida me han interesado, siempre y cuando no caigan en la horterada y los efectos especiales nefastos (que es fácil en éste género). Ésta, en concreto, siempre kmereció mis respetos. Un buen comienzo para una sección que puede ser muy, muy interesante.
Bueno, Marta, mientras no pierdas la cabeza…
Besos.
La verdad es que la película, Raúl, es un despropósito tan encomiable como lamentable, por todo eso que apuntas y alguna cosa más. Pero insisto, y yo también sonrío, es un clásico casi generacional, y eso la salva. Eso, y su interés por reavivar una temática que en el peplum italiano, por ejemplo, ya había muerto la década anterior.
La intención es que lo sea, Dana, aunque precisamente no abundan los proyectos dignos o maduros en este tipo de filmes. Iremos viendo algunos pasables, otros aceptables, y la mayoría nefastos.
Me la tengo que ver,aunque solo sea por ver a Olivier haciendo de Zeus.
Me encanta la Mitología Griega ,me encanta.Es un filón inagotable para hacer buenas películas,pero como tú dices,con seso.
Si es del mismo director que la de Hulk,la que dices que se va a estrenar,difícil lo veo.Lo único por lo que me gusta es por ver a Neeson en el papel de Zeus.
No sabes lo que he disfrutado con tu post.
Una maravilla leerte.¿Ya te he dicho que me encantaaaaaaa la Mitologia Griega?
Otra vez gracias Alfredo.
Saludicos.
Como dice Raúl, pierde comba de cuando en cuando y a ratos incluso aburre, pero esto o cosas mucho peores se podría decir de muchos de los estrenos de ahora. Leo a Josep y tus comentarios y pocas o ninguna ganas quedan de ver algunas películas.
Un abrazo
Pues mira por donde soy un gran fan de Ray Harryhausen y creo que sus mejores creaciones están en Simbad el marino,con esos esqueletos y el minotauro de oro.Ya sabemos lo que representa el digital;una perfección espectacular en los efectos especiales,pero me sigue conmoviendo estas criaturas y Harryhausen,tanto como Jim Henson.¡Jo!¿me estaré volviendo carca?
Un fuerte abrazo.
Ni siquiera sabía de la existencia de la peli, compa Alfredo, amén de que, todo hay que confesarlo, tampoco el género se cuenta entre mis predilectos; no por ello, voy a dejar de seguir esta nueva sección con el mayor interés (y espero que con una mínima dedicación, que estoy de un «flojo blogueril» últimamente…).
Un fuerte abrazo y buena semana.
A mí también, Carmen, aunque en plan peplum con falditas y musculitos a lo Lex Barker me gusta un poco menos. Esta recuperación al menos se hizo con algo de estilo.
Saludos.
Ay, Alma, es que hay películas que se hacen para que algunos no las veamos…
Abrazos.
Es verdad, de carca nada de nada. El encanto de lo artesanal en el cine (como en tantas otras cosas) cuando está bien hecho, es inigualable. Lo digital puede ser perfecto, pero frío, sin magia, sin personalidad. A veces…
Fuerte abrazo.
Pues nada Manuel, hay que abandonar la flojera… Tampoco es que a mí el género me chifle, pero le debía la sección a una paisana tuya y las promesas, aunque cuesten, hay que cumplirlas.
Abrazos.
No tenía ni la mas remota que a las producciones cinematográficas que traducen en imágenes episodios de la mitología , se las denomina peplum.
Saludicos
Cómo la recuerdo mi estimado 39 escalones. A mi de pequeño me chiflaba el peplum, y de hecho hoy en día también. Jason y los argonautas, etc. A demás está de muy buen ver la, por entonces, pareja Andrews y el guaperas de Hamlin. Me gustaban los efectos de Ray Harryhausen. El buho como me gustaba, que pícaro. Era de esas películas que a uno le chiflaban de jovencillo, y que no descarto volver a ver tras leer su post. Se merece otro visionado.
marche una de dioses del Olimpo!
no paras, es que no paras
no doy abasto con tu sesión continua
un abrazo
Otro fan de Harryhausen por aquí… La verdad que la película si la etngo en el cariño y recuerdo haber jugado a emularla con amiguetes y tal… Aunque pues, del gran Ray y con temática clásica, me voy a la búsqueda del vellocino acompañado por Jasón.
Un saludo.
La verdad es que quizás por cuestión de edad al verla, no me acabó de gustar, aunque respeto mucho el trabajo de Harryhausen, un punto naif ya a esas alturas. En esa época estaba yo muy aficionado a leer todo acerca de la mitología griega y los grandísimos poemas-relatos que de tan rica fuente conocemos.
Es cierto que, como muy bien apuntas, en la mitología griega (y su prima bastarda, la romana) hallamos reflejo de nuestra condición y también lo es que, lamentablemente, el cine ha pasado casi siempre de puntillas sobre ella, derivándose hacia el peplum que tantas liras proporcionó a CinneCittà.
Muy interesante la idea de ofrecer una serie como la que hoy has iniciado.
Saludos.
¡¡¡Siiiiii, me encanta esta serie!!!
Bueno, la peli no la he visto, aunque por supuesto que he oído hablar de ella; la tengo que ver, y como hoy pasó el último dichoso examen voy a tener tiempo, al menos hasta que empiece el curso.
Tengo curiosidad por ver cómo se representa a Hera, Atenea, etc.
Besos.
Rosa.
Pd: ¡¡¡Y muchas gracias por hacer esta serie!!!
Os leo sobre el peplum italaiano…hace muchos años pude ver en la tela una peli hispano italiana que contenía algo que en mi adolescencia hizo que se me cayera el alma a los pies. No puedo recordar su título, quizá fuera Hércules. El caso es que el protagonista debía luchar contra un toro… el toro sí era español porque en una imagen completamente ridícula se véia al bicho con esa marca´numérica (números árabes) que antes les hacían con un hirro ruesiente en un costado.
Bueno, Carmen, más exactamente el peplum es el llamado «cine de romanos», generalmente de producción europea, y aunque en la mayoría de los casos aparezca de todo menos romanos… Fíjate que una vez incluso vi una de éstas sobre un remoto episodio bíblico en la que los soldados fenicios portaban… ¡¡¡ cascos nazis !!!
Saludos.
Cierto Alfie, el búho recuerda a esos personajillos simpaticoides que meten Disney y Pixar en sus películas acompañando a la pareja protagonista. El nuevo visionado de este peli, para ser efectivo, tiene que ser más nostálgico que crítico, a mi parecer.
Saludos.
Bueno, amigo Dante, al menos me reconocerás que no subo el precio por un programa doble, incluso triple…
Pues sí, Hatt, posiblemente «Jasón y los argonautas» sea mejor película. Pero no sé por qué, le tengo especial cariño a ésta. Quizá porque me recuerda un capítulo muy concreto de mis estudios de bachillerato.
Saludos.
Es que, honestamente, como dice alguien por ahí, la película va a trompicones, con altibajos, y personalmente me atrae más por lo que evoca y recuerda que por lo que muestra. Y sí, el cine ha pasado de puntillas por ella, pero siempre queda un poso, aunque sea indirecto.
Saludos.
Bueno Rosa, de manera muy sencilla: dos señoras con sus túnicas correspondientes… Empezamos con la más flojita (y mira que hay flojas) de la serie. Espero no defraudarte tras la larga espera.
Besos.
Pues seguro, Carlos, al menos uno de los Doce Trabajos de Heracles (que no Hércules más que para la mitología romana) era luchar contra el toro, no de Osborne, sino, lógicamente, de Creta, lugar de toros por excelencia y antecedente directo, aunque remoto, de nuestras corridas. De las de toros, digo.
Ralph Fiennes como Hades … hummmmm … me gusta.
En otro orden de cosas, que tiempos aquellos en los que podías echar un pulso a los mismísimos dioses.
Saludos,
Y a veces incluso ganabas…
Lo de Fiennes y Neeson es la única buena noticia de ese nuevo remake (otro de tantos).
Saludos.
Guau, ¡qué recuerdos!, película de sábado después de comer pero también del instituto, de una asignatura optativa llamadad «Mitología»
Al igual que tú, no espero nada bueno del «remake»
¡Hay que ver lo rijoso que era este Zeus! Es que no paraba…
Creo que vi esta película alguna vez en la tele, pero no recuerdo gran cosa. Del remake, suena atractivo eso de ver a Liam Neeson en el papel de Zeus.
Saludos
Por eso, Minerva, hablo de clásico generacional; porque somos unos cuantos los que pasamos por experiencias similares.
El remake, por definición, es cuando menos peligroso.
Pues sí, Carmen, hasta en eso son consecuentes los dioses inventados por los griegos: si eres todopoderoso, ¿no vas a darle alegrías al cuerpo? ¿De qué sirve ser todopoderoso si no disfrutas de los placeres de esta vida, o de la otra?
Lo mejor del remake, a priori, son algunos nombres del casting. Espero que no hagan una mierda como «300»…
Saludos.
A mí me gustó mucho 300, con su aire comiquero y con sus escenas de viñeta. Me resultó divertida , innovadora y sencilla. Y además me parece sincera en su cometido, quiero decir que no creo que fuera presuntuosa, ni quisiera venderse como lo que no es, lección de historia, o mensaje publicitario políticamente correcto. Sólo buscaba sorprendernos y divertir.
Y aún así se enfadaron en Irán.
Pues a mí nada de nada, Carlos, y por muchas razones que pronto verás por aquí… Valga con un adelanto: yo no soy iraní, y también me enfadé. Y mucho.
¿Pero no le da terror y pavor lo que puedan hacer el innecesario remake?
Pánico, Alfie, me da un pánico atroz. Pero como el original, por una vez, no es para tirar cohetes… Supongo que será lo mismo pasado por el ordenador y con dos actores dignos intentando salir airosos de un producto incierto. Pero pánico de verdad.
hola que tal! permítame felicitarlo por su excelente blog, me encantaría tenerlo en mi blog de peliculas .Estoy segura que su blog sería de mucho interés para mis visitantes !.Si puede sírvase a contactarme ariadna143@gmail.com
Gracias Almodhena, hablamos.
He visto la version de 1981 de Furia de Titanes, y la de 2010 es una burda imitacion de la misma. Sin contar con la pesima vision que tuve con las gafas de 3D que me tocaron.
Es una lastima que con los medios tecnicos que existen hoy dia para realizar efectos especiales, hagan incapie en vuelos, saltos y botes imposibles en la realidad. Todo lo hacen para impresionar al publico, pero lo unico que consiguen es echar a perder las peliculas. Un saludo, gracias.
Gracias a ti Félix. La tecnología, los efectismos, son sólo envoltorio. Se han convertido en un fin en sí mismos, no en un medio, y por tanto las películas que están dominadas por ellos no cuentan nada, son catálogos de idioteces, tributos a la más profunda estupidez. No me extraña que no te haya gustado.
Saludos.
Definitivamente me quedo con la version original la de los 80s, la original explotan todo lo que es la mitologia griega, el vestuarios la historia, la emocion, en esta nueva version aunque tratan de apegarse a la original, nunca llego a ser una historia de admirarse, para el tipo de historia y lucha entre dioses y titanes, les falto mucha accion visual, mucha historia, se ve poco a los demas dioses, se ve un perseo mas que valiente en cumplimiento de su mision, se ve un heroe obligado a luchar, falta mas intervencion de los dioses que ayudan a perseo, en fin…la verdad sigue siendo de mi preferencia la original…
De acuerdo contigo, Luis. Con todos sus defectos (que los tiene, y muchos), el papel de los dioses en la primera versión es primordial; los hombres son sólo instrumentos para sus pequeñas guerras. Y el cascarón de la mitología es precisamente ése; si se lo quitas, la clara y la yema se desperraman.