Hay una película española de 1986, escrita, dirigida y protagonizada por José Sacristán, que se titula Cara de acelga. Pues bien, John Cusack, como puede verse en la foto, en este pretenciosamente lacrimógeno drama sentimental, bate el récord Guinness de consecución y mantenimiento del mismo susodicho especimen de careto facial durante los noventa minutos de dramón que suponen esta película dirigida por James C. Strouse en 2007. Si sólo se tratara de una película pastelosamente sentimentaloide ni siquiera hubiéramos considerado introducirla en esta «ilustre» sección, pero como el drama parte de la muerte de una madre de familia, y además miembro de los marines, en la guerra de Iraq, resulta que el devenir de la historia pasa de ser un cúmulo de almíbar y lágrimas a una cinta asquerosamente propagandística, sentimentalmente pornográfica y vulgarmente superficial.
Pues nada, que Stanley (John Cusack) es el encargado de una tienda (absolutamente risible la escena de inicio con todos los empleados haciendo «piña» para hacer el mejor día de ventas posible) que está casado con una marine destacada en Iraq, con la que ha tenido dos hijas que tienen 13 y 9 años. Vivían en su país de Jauja particular, el del sueño americano, con su trabajo, su seguro médico, su casita de planta y piso con jardín y entrada asfaltada hasta el garaje, sin problemas, plácidamente, como reyes, hasta que un día, por culpa de los de la chilaba, la mujer tuvo que sumarse a las gloriosas fuerzas de la coalición internacional para defender la libertad y la democracia ante los bárbaros que la amenazaban. Tan heroico sacrificio es asumido por Stan con la austera resignación de un buen padre de familia y de mejor patriota, y mientras ella está fuera, él se ocupa de las niñas. Problema: que un día dos tipos de uniforme se plantifican en casa de Stan para decirle que Grace ha muerto en combate. Claro, al amigo Stan se le queda un careto que ya no se le va en hora y media… La cuestión, y el absurdo, empiezan cuando, en vez de decírselo a sus hijas, decide llevárselas a un parque temático de Florida para que se lo pasen teta y así, cuando les cuente el desaguisado, pues que no se lo tomen tan mal. Inteligentísima medida, por cierto, tiren los manuales de psiquiatría y/o psicología infantil por el retrete…
Así las cosas, la película se convierte en una road movie en la que se nos cuenta el viaje de este hombre y sus niñas desde el norte hasta Florida, parando en diversos moteles y en casa de sus padres, donde se encuentra con su hermano, un activista anti-guerra de Iraq. Sin embargo, el periplo sigue hasta que al final, tras el paseo por el parque temático, en las playas de Florida, Stan les cuenta lo sucedido a las nenas. ¿Y? Pues eso, que Strouse nos ha metido ochenta minutos de vacío y caretos de amargado de Cusack para ventilar algo que en lo que dura la mitad de un cortometraje se puede hacer sin más, haciendo que la película concluya en el punto donde debería empezar de nuevo. La estética, fría, distanciada, no contribuye tampoco a que el espectador sienta la historia cercana, cálida, que asuma como propia la tragedia que se le presenta, y no se limite a ser mero testigo de desgracias ajenas que, sin embargo, es consciente de que ni le van, ni le vienen, ni le importan un carajo. Y es que Strouse no se da cuenta de que la ecuación, a más lágrimas, más emoción, más sensibiilidad, no es cierta, de que por más explícitos y continuos que se muestren los berrinches, ni es más creíble, ni más tierno, ni más emotivo; si acaso, más cargante.
Con todo, el mayor problema de la película es que de tan tierna, sensiblera y dramática que pretende ser, resulta vergonzosa. No sólo por la exposición tan zafia y vulgar de emociones intensas y poderosamente indescriptibles (y con Cusack en su cama de joven con el dedo gordo entre los labios no es la mejor manera…), sino que cualquier reflexión sobre la pérdida y el dolor queda subsumida en la estúpida reacción del personaje del padre, un hombre conservador, plano intelectualmente y una ameba en cuanto a sensibilidad. Todo en un afán nada oculto de construir un ejemplo de libro de cómo utilizar la manipulación emocional del público con un fin político a través de la apelación a sus buenos sentimientos para vender una idea política que le haga aceptar la guerra preventiva como instrumento legítimo, una perversión propagandística en la que las frases de Cusack sobre la cuestión, unidas todas juntas, podrían estar perfectamente en un discurso de George W. Bush o cualquier otro de los impresentables de su recua, a aquel lado del Atlántico o a éste, mientras que las de su hermano, cargadas de razón, son presentadas de una manera tan inconexa, ilógica, vana y gratuita que mejor se las hubieran ahorrado.
Película muy decepcionante, concebida al servicio de una idea que en Estados Unidos ya no era ni mucho menos popular hace un par de años (la guerra preventiva al servicio de los negocios de Bush y compañía, incluyendo a Karzai, presidente de Afganistán, íntimo amigo de su familia y socio de sus negocios) y cuya única finalidad es lavar el cerebro del espectador a través de una técnica tan facilona y pérfida como es conmoverlo. Una vez vista, uno no puede imaginar cómo es posible que un buen tipo como Cusack no sólo haya participado en esta mierda, sino que la haya coproducido. Lo único digno, y ya son tantas las veces en que esto se dice que va camino de convertirse en una muletilla, es el papel de Clint Eastwood, compositor de la música de la película, una maravilla de sencillez y minimalismo con esas notas de piano que subrayan los momentos clave y que, ya puestos, ojalá hubieran tenido mejor destino que acompañar un panfleto demagógico tan barato.
Acusados: todos
Atenuantes: la música de Eastwood
Agravantes: la deliberada intención de utilizar políticamente al espectador a través de la manipulación de sus sentimientos
Sentencia: culpables
Condena: Cusack, libertad bajo palabra de no repetir; Eastwood, absuelto; el resto, empadronarse en Bagdad y en Kandahar por una larga temporada, pero que muy larga…
Qué pena de Sacristán!!!…con lo bueno que es cuando lo hace bien… En cualquier caso la música de Eastwood es un lujazo y un GRAN atenuante. En fin, una penica…no la veré.
Como lo veía no fuí a verla y por lo que parece acerté. No me hubiera perdonado ver todo eso que cuentas teniendo en cuenta que me encanta Cusack.
Un abrazo
No, Dana, llegado el caso, mejor cómprate el disco.
Acertaste, Alma, sin duda. A mí también me gusta Cusack, pero hay una buena parte de sus papeles que son para tirar a los leones.
Abrazos.
Me salvé de la quema porque leí en alguna parte la sinopsis (y porque tampoco la pasaron en «mi cine») y me barrunté ese aspecto demagógico propagandístico que censuras.
Seguramente, de haberla tenido cerca, el reclamo de Cusack me hubiera incitado a caer en la trampa, por lo que, Alfredo, he de decirte que esa sentencia condenatoria a Cusack de libertad provisional me parece en extremo bondadosa: debe ser que redactaste el fallo en plenas fiestas.
No queriendo ser más severo que tú, ya que no he visto el bodrio, propongo condenar a Cusack a producir e interpretar una película en clave de comedia con su extraordinaria hermana Joan, para resarcir/te/nos de esta pifia que, fiándome de tu estimable redacción, marcaré con el tizón rojo.
Saludos sabatinos.
Hiciste muy bien Josep. Es que Cusack me cae (o caía) bien, y no he querido cargar las tintas con él. Pero bien que se lo gana, la verdad, porque si has visto, por ejemplo, «Con Air» o «1408», se las traen…
Saludos.
Yo no la he visto, pero después de leer este post, no creo que haga por verla. En cuanto a Cusack, no es que me caiga mal, pero en algunas películas me pone ligeramente de los nervios.
Saludos
Y a mí, Carmen, pero, no sé, tiene algo (cuando no pone cara de besugo durante dos horas). El caso es que yo veo todas sus películas, incluso para ponerme nervioso.
Saludos.
¡Que bien!,de otra que me libro .Normalmente veo muy poco la televisión ,por no decir nada.A veces alguna película,pero me tiene que llamar mucho la atención o haberla visto .
Quizá esta la hubiera empezado al ver como prota a Cusack.
Ahora como ya estoy avisada….ni la empiezo.Por lo único que me da pena es por la música, que como dices es de Eastwood.Ya me las apañaré para escucharla.
Gracias mil por ahorrarme este «bodrio».
Yo antes para referirme a algo simple,muy simple ,utilizaba como ejemplo al cerebro del mosquito Anopheles.A partir de ahora utilizaré también lo de Ameba en cuanto a sensibilidad.Me gusta.
Conforme con la sentencia.
Saludicos.
Pues sí, Carmen, cuando caiga por la tele, sáltatela.
Es que a mí la ameba me cae simpática, pobrecilla, nadie la quiere…
Saludos.
Con lo bien que tú escribes…………………………………..
¿Como llevas mi manera de escribir?.Me salto todas las normas ortográficas a la torera,utilizo mal las tildes.
He leído por ahí que las tildes solo molestan al que no saben ponerlas.Pues a mi ,ni eso.¿Y las comas ¿ ¿Qué me dices de las comas?.Y los puntos seguidos y a parte.Y los dos puntos y el punto y coma y los paréntesis y la comillas………….buffffffffffffffffffffff
Ahora que estoy preparando una cosa y tengo que repasar toda la gramática ,que mal estudié en su día ,ni te digo.
Hay veces que hasta lloro de impotencia.
Todo este rollo va porque yo he escrito ameba con mayúscula y tú con minúscula.Y eso no sabes lo que me afecta….
Saludicos muy ,pero que muy espesos.
perdonadme y no es mi intención ser machista… pero para empezar, que el soldado caído sea una mujer, ya convierte la peli en sospechosa de panfletería, digo yo ¿eh?
La verdad es que yo también me he quedado perplejo de ver a Cusack en el reparto. Me lo imaginaba un tipo más inteligente para elegir papeles y/o películas.
Trataré de oír la música sin ver ni una sola imagen… 🙂
Abrazos
La comparación con Sacristán es muy acertada, no había caído porque sí la he padecido….
Yo todavía sigo preguntándome por qué narices no se lo dice a sus hijas en cuanto se enterá, es decir, pra qué tanto metraje. Y otra cosa, pobres niñas, cuán divertida debía ser su vida antes de tan triste acontecimento que el careto de su padre no les da pista alguno sobre que algo suceda.
Puajjj!!!
Carmen, tú, que me lees con buenos ojos… No te apures, que se te entiende meridianamente.
Saludos.
Más que panfletario, Carlos, no tanto por el hecho en sí, que también, sino más bien para dar pie a un discurso lamentable en plan doméstico. Pero veo mucho más machismo en bodrios como «When we were soldiers»: la escena del principio de esta película pero durante dos horas, las mujeres esperando en casita a que los hombretones regresen, eso sí, madres abnegadas y amantes esposas, patrióticas, por supuesto. Hasta en los bodrios hay grados…
Pues cada vez menos, Adr, será que hay que comer. Mejor ahórrate la película y disfruta de la música.
Abrazos.
Pues sí, Minerva, no da ni para un corto y te hacen una peli de hora y media con un prólogo de hora y veinte y una trama de diez minutos. Y en cuanto al careto, es evidente que si no notan nada es porque es su cara natural, triste o no. Lamentable.
Tengo un acierto (o una suerte) cojonudo. Me he perdido prácticamente toda la totalidad (con la penosa expceción de el Sr. de las bestias) de las pelis de esta sección. Soy la hostia.
Un tipo con suerte. Aunque eso te priva del enorme «placer» de despellejarlas a gusto.
No he visto este pastelazo,pero sí vi Cara de acelga y Estoy en crisis.
Un abrazo.
Pues ya has visto algo, no sé si mejor, pero tampoco peor que esto. Aunque la gente que se conmueve con facilidad seguro que le ve algo.
Abrazos.
Joer, pues yo no la vi así, menudo día tenía el día en que la vio, madre cómo la ha puesto, jajajajjajajjajaja se ha despachado bien JAJAJAJJAJAJAJJAJA, a mi no me disgustó tanto, y prepárese, me pareció hasta buena. Comparar a Cusack con Sacristán ha hecho que se me salten las lágrimas de la risa, porque vi ese infumable film hace mucho tiempo, y me ha costado rescatarlo de la papelera de recliclaje. Pero yo no creo que fuera propagandísta en favor de Bush, ¿usted lo cree realmente mi estimado 39 escalones? le recuerdo que todos son de la cuerda contraria, empezando por el propio Eastwood.
Bueno, amigo Alfie, dos cosas: primera, que menos mal que el cine permite interpretar de manera diferente las mismas imágenes; segunda, que la referencia a Sacristán era únicamente por el careto que se le queda en esta peli al mozo Cusack, nada más (y nada menos).
Y ahora, el contraataque: revisa, mi querido amigo, las frases de Cusack, en especial las que utiliza con su hermano: blanco y en botella, dado que él es el protagonista (positivo)-héroe emocional del film. Por otro lado, arenas movedizas: Eastwood siempre ha sido republicano, pero un republicano inteligente (capaz de fichar a Penn y Robbins cuando más llovía, por puro corporativismo). Y Cusack parece ser un demócrata poco inteligente, además de escoger ciertos papeles con el culo. Pero ojo, que en lo tocante a patrioterismo barato y a esfuerzo de guerra a través del cine entre republicanos y demócratas sólo hay una diferencia: la mascota.
Pues yo estoy con Alfie….es una pelicula que hay que ver sin prejuicios de típico espectador de pelicula de izquierdas critica con la guerra de Irak. Es una reflexión humanista de la guerra sin caer en partidismos ideológicos o pamfletarios de cualquier extremo. Es un retrato del dolor que provoca una guerra tanto en un bando como en el otro, y como ese dolor provoca que nos cuestionemos nuestra propia ideología o la guerra en sí sin que llegue a ser un cambio radical (esto si que hubiera sido inverosímil) Creo que la interpretación de Cusack aquí es una de sus mejores actuaciones, un retrato creíble de la incapacidad para asumir o reaccionar ante el dolor. Cusack me hizo olvidar al actor para creerme el personaje (algo difícil porque es uno de sus personajes más diferentes a su habitual imagen de neurótico cool) El personaje aunque sea protagonista no tiene porque defender una pauta de comportamiento lógica, si fuera así no existirian muchos de los argumentos de películas. Hay que entender la historia y a los personajes, y ver si son coherentes o no dentro de la pelicula y si funcionan a la hora de transmitir unas intenciones o un mensaje, y creo que en este caso sí lo han conseguido.
Aurora, veo que has pasado por alto las frases de guión de Cusack (yo no pongo los prejuicios de izquierdas, te lo aseguro, pero el guión sí pone explícitamente muchos prejuicios republicanos, y bastante torpemente). En ellas hay partidismo ideológico y panfletario de primera categoría. Puede intentar ser un retrato del dolor, pero sólo de un lado (la película sería mucho más valiente si el protagonista fuera un iraquí cuya mujer hubiera sido asesinada por los norteamericanos, desde luego, y seguramente el contenido político fuera incluso menor si la película la hubieran filmado iraquíes), sin ninguna intención de retratar el dolor de las víctimas de ella, por ejemplo, en la guerra (si no ves el panfleto…). Se trata pues de dolor por el dolor, nada más (no sé en qué cuestiona la película cualquier ideología ni mucho menos la guerra cuando el propio Cusack hace una apología de la guerra preventiva y justifica por ella el sacrificio de su esposa). No hay cambio radical ni no radical; sencillamente, no hay cambio, el personaje no evoluciona, simplemente asistimos a noventa minutos de inmensa nada en la que Cusack no actúa, pasa por delante de la pantalla. A los argumentos de las películas nadie les pide que sean verosímiles, pero sí creíbles, y aquí patinan argumento, interpretación y guión. Hay que entender que los personajes han de evolucionar como tales, no al servicio de un mensaje que parece haber calado a través del embudo sentimental.
¿De verdad a estas alturas pensamos que si una película nos habla de un personaje republicano, fascista o anarquista, la ideología del film tiene que ser pareja a la de su protagonista? Estimado amigo, me da la sensación de que los 39 escalones han sido demasiados para ti y has perdido el resuello por el camino y no has comprendido nada de nada. ¿Entonces un film que se centre en la figura de Hitler necesariamente debe ser nazi? Desde ese planteamiento imagino pues que Moloch de Sokurov es una película profundamente nacionalsocialista, verdad? Mi pregunta realmente es si a día de hoy el espectador (tú entre ellos, me temo, estimado amigo) se plantea la idea de la mirada? La vida sin Grace (título especialmente ajustado) no trata en realidad sobre la guerra, nos está hablando de la pérdida y de la incapacidad de afrontarla. El personaje de Cusack va bastante más lejos y es mucho más interesante de lo que a simple vista parece.¿Inexpresivo? Por supuesto, ¡también Keaton lo era! ¿Cómo dar vida a un personaje como ese, que ni siquiera tiene herramientas para poder hablar con sus hijas si no es desde el silencio y la contención expresiva que tanto dolor y amargura transmiten? Estamos frente a un film que habla de un despertar pero no ideológico ni siquiera moral, sencillamente afectivo, tal vez siendo románticos espiritual. Al menos en la última secuencia adivinamos una suerte de emocionante esbozo de cambio en la relación de los tres protagonistas. El personaje de Cusack, después de la pérdida de su mujer ,durante todo el metraje y a través de ese íngenuamente hermoso viaje hacia un parque de atracciones aprenderá a conocer a sus hijas y conseguirá dejar al menos parcialmente de lado todos los muros que se ha puesto alrededor durante años. Este no es un film político (o al menos no creo que sea esa la parte más importante) es un trabajo profundamente humanista y lleno de sinceridad. ¿Imperfecto? por supuesto, me gustaría que me citaras cinco películas perfectas de la cosecha 2008-2009. Es el reverso amargo de esa otra estupenda película que Cusack ha puesto en pie para hablar de la mediocridad en que su país se ha visto sumergido durante toda la época Bush y que se llama War inc (que asumo por supuesto que no te gustará sencillamente por que no sabes entrar en la propuesta). He leido tu «reseña» (no podría lamentablemente llamarla crítica; tampoco estas líneas pretenden serlo, tan sólo son un comentario) y sinceramente, querido amigo, creo que no has sabido entrar en el film y que no te has molestado en absoluto en pensar más allá de las imágenes que estabas viendo. ¿Por qué la película sería más valiente si el protagonista fuera iraqui, el dolor tiene que ver con la nacionalidades? ¿Ahora resulta que una película es buena o no según el país que la ha puesto en marcha? No entiendo en realidad cuando hablas del dolor por el dolor a lo largo del metraje, si precisamente uno de los adjetivos que mejor ayudarían a definir este trabajo sería contenido. Por otra parte, cada vez me gustan más las películas que no pretenden contarme grandes cosas, por que estoy harto de los grandes temas banalizados completamente en propuestas a cada cual más superficiales. ¿Cusack pasa simplemente por la pantalla? Quizá un actor deba estar al servicio de la película en que participa y no por encima de ella, no crees? ¿No estás harto de shows de actores ególatras en films construidos para su lucimiento? Supongo que para ti el cambio lógico del personaje, la evolución coherente hubiera sido que se haga primero hippy y marche después a la antigua unión soviética para hacerse comunista y ser durante el resto de su vida un izquierdista convencido, sencillamente por que para el espectador es mucho más emocionante que el tipo se rasgue las vestiduras y se de cuenta de que toda su vida ha vivido en el profundo error de ser consevador ¿Qué dices, de qué estás hablando, por favor? ¿Tu pides veracidad y credibilidad cuando tus líneas están llenas de contradicciones y sinsentidos de espectador que como mucho ha visto el cine de los últimos veinte años? Insisto, creo que no has entendido nada, si quieres cine político y comprometido para todos los públicos y que sea fácil de entender, no te preocupes para eso tienes a gente como Winterbotton y Soderbergh. Por lo demás te animo a practicar ese hermoso ejercicio que es reflexionar después del visionado de una película.
Vaya, Ramón, tu comentario me resulta muy curioso. Periódicamente recibimos la visita de gente muy ocurrente que se las da de lista. Pues para ser tan listo, utilizas un argumentario bastante pobre.
Primero, una película sobre Hitler no necesariamente ha de ser nazi… salvo que elogie y exalte a Hitler. Del mismo modo, una película que, como esta, utiliza el dolor para ir metiendo con calzador planteamientos políticos (que son más importantes de lo que te parecen, supongo que porque no sabes leer entre líneas – como ves, no sólo tú sabes presuponer ignorancias o incompetencias ajenas -), sólo defiende la guerra preventiva y la política americana en Iraq si pone estas ideas en boca del «protagonista positivo» y no son contrarrestadas, rebatidas o al menos cuestionadas. No es que no haya sitio para la visión contraria, no se trata de eso (poque coincido en que no es una película política) pero ¿no sería lógico que el personaje de Cusack cuestionara la necesidad de que su mujer fuera a combatir a una invasión y ocupación ilegítimas e ilegales? ¿Que cuestionara las decisiones de un gobierno que han causado en última instancia, la muerte de su mujer? ¿Que considerara inútil y gratuita su muerte como haría cualquier persona con dos dedos de frente que no tuviera el cerebro lavado por los neocons? Pero eso no ocurre: se habla del deber, de su responsabilidad como soldado, del cumplimiento de las órdenes, de sacrificio por mantener el modelo de vida americano, de ¡¡¡heroísmo!!! (la monda, vamos)… El discurso típicamente republicano de Bush y sus acólitos, casi todos incapaces de pensar en otra cosa que no sean sus bolsillos, a costa de lo que sea. Esto, que es tan fácil que un niño de cuatro años lo entiende, se da por sentado que cualquier espectador lo ve sin que se plantee tus preguntas retóricas, a todas luces innecesarias y absurdas en este caso, porque no tienen nada que ver ni con la película ni con mi comentario sobre ella.
Por otro lado, te las das también de haber visto mucho cine que sobrentiendes que los demás no hemos visto (otro argumento absurdo, casi infantil, diría yo) y hablas de la mirada. Evidentemente, has caído aquí de rebote y no has leído nada de este blog. En este punto eres tú el que habla sin saber. Aparte de que mencionar a Keaton aquí es otra salida de tiesto que no viene a cuento, hablas de un «ingenuamente hermoso viaje» (qué concepto más bajo tienes de la hermosura, por cierto) y de un despertar y de toda una serie de cosas que presupones y que en la película no se ven. Repito, no se ven. ¿Por qué hablas de cambio afectivo si no tienes ni idea, porque en la película no se ven, de cuáles son las relaciones afectivas de Cusack con sus hijas? ¿Si no sabes nada de su relación con su mujer, con sus padres, con su hermano? ¿Si todo está al servicio de un discurso previo alrededor del cual construir mensajes almibarados? Dices (una vez más, atribuyéndote la cualidad de decidir lo que los demás sabemos o no sabemos) que no he sabido entrar en el film: pues tú has debido entrar por el sumidero, porque nada de lo que dices viene apoyado por imágenes y datos de la película. Una cosa es reflexionar y pensar en las imágenes, y otra muy distinta inventar. Y tú inventas, no reflexionas.
En cuanto al tema de las nacionalidades, no has entendido nada, para variar: frente al dolor de cartón piedra bañado de tesis políticas de Cusack, he puesto, en comparación, el dolor de la misma situación ocurrida en el otro lado del conflicto. Y, siendo como eres defensor del concepto de mirada, no me negarás que es mucho más rica, más valiente, más sincera y menos manipulable que la película tal como está, sobre todo porque da pie a subvertir todos esos mensajes sentimentalmente azucarados y políticamente interesados que la película contiene tal como está. Porque a esa «mirada» sentimental (que «En la vida sin Grace» – título que tú entiendes «especialmente ajustado» no sé por qué; sería más apropiado «La película sin Grace» porque la película la omite por completo y ha de ser el espectador el que presuponga, imagine e invente – es paupérrima, excepto en tu imaginación) añadiría la oportuna reflexión sobre las circunstancias de la muerte en concreto que esta película elude con cuatro frases sacadas del discurso de Bush. Tanto cine que ves, acércate a cualquier película afgana o iraní reciente sobre el problema de Afganistán y que trate de pérdidas afectivas (empieza con «Kandahar», «Buda explotó po vergüenza» o incluso «Persépolis», por ejemplo), y quizá entiendas lo que quiero decir y veas lo que es una película sobre sensibilidades, personales, sentimentales y políticas madura y sólida.
En cuanto a la evolución del personaje, sobrepasas el terreno del absurdo para entrar en lo ridículo atribuyéndome veleidades «progres» que no tengo porque eres poseedor de prejuicios conservadores que no te molestas en esconder. La cuestión de la evolución del personaje es muy sencilla: nómbrame a cuántas personas conoces tú que cuando pierden a su pareja, en vez de contárselo a sus hijos, se los lleva a «Terra Mítica» o «Port Aventura» a pasar el fin de semana, o cuántos son tan planos e insensibles que la muerte de su pareja no les cambia para nada, ni siquiera la expresión de la cara (como ocurre en la película, donde no sabemos de dónde venimos pero sabemos que no vamos a ningún sitio). Lo que yo espero de un personaje bien interpretado es que se deje impregnar por la situación, que la interiorice, que la contención se muestre en los gestos, en la actitud, no en la nada, en el vacío; evidentemente no es culpa de Cusack, es que no han sabido ni escribir su personaje ni tampoco dirigirlo. Bastante ha hecho con poner cara de idiota hora y media.
Por último, no te puedo decir cinco películas perfectas de la temporada 2008-09, pero sí puedo decirte un centenar largo mejores que ésta.
En suma, tu verborrea (ya perdonarás que no lo llame comentario, lamentablemente, claro) es un notable esfuerzo por encontrar algo que salve un pseudofilm que no tiene salvación, ni interpretativamente, ni por el guión ni por ningún tipo de alarde visual ni creativo; para ver tanto cine, te conformas con poco (y en eso incluyo también «War Inc.», aunque a esta sí se la puede llamar película, esa en la vuelves a presuponer que no sé entrar; tu fatuidad realmente es de libro). Y como tú, me voy a apuntar a eso de dar consejos gratuitos: no te sirve de nada ver mucho cine de más de veinte años atrás (que es lo que yo hago, y seguramente más que tú, en cuanto a cine político prefiero «La batalla de Argel» o «Z»), si no aprendes nada de él; no te sirve atribuir ignorancias a los demás si no te das cuenta de las tuyas, que son amplias y diversas, como se desprende de tu comentario, y desde luego, no es propio de alguien cuyas reflexiones son tan superficiales invitar a nadie a pensar sobre nada. Entiendo eso sí que te guste la película, porque utiliza la misma propaganda sobre la que tú sostienes tus argumentos, por llamarlos de alguna forma.
En un ejercicio de soberbia y chulería intentas subir los 39escalones por el ascensor: vano intento amigo, tu ascensor sólo sirve para bajar al sótano.
Bueno, como era más que previsible tu respuesta parte de la ignorancia y sencillamente desde el desconocimiento más absoluto. Toda tu tesis (o lo que sea) básicamente se sostiene en la figura del clásico espectador contemporaneo que piensa que sabe algo de cine por que no se queda en Transformers (aunque por como argumentas y sobre todo por lo que creo adivinar intentas decir, me da la impresión de que ese es el tipo de cine que te interesa (visualmente embarrullado y facilito de digerir) y se ha leido los tres libros que hay publicados sobre las 100 mejores pelis de la historia. Vamos, el clásico cinéfilo de pacotilla que ha visto El acorazo Potemkin por que toca,pero que no tiene ni idea de quien es Dziga Vertov. No voy a seguir rebatiendo tus argumentos por que sencillamente me parecen absurdos cuando no demagógicos. Sigo, y disculpa mi casi nula comprensión, sin entender tu discurso absurdo sobre el dolor y las nacionalidades, y puestos a ser un poquito críticos las películas que citas pueden ser medianamente correctas pero de ahí a ejemplos sobre madurez política, sensibilidad y humanismo…en fin, digamos por resumir que son trabajos bonitos realizados para espectadores que no tienen demasiadas inquietudes y leen El país semanal para hacer los deberes y sentirse comprometidos. Son los mismos que van a ver a Isabel Coixet por que mola y no les preocupa que el cine de Garrel llegue o no a nuestro país. Supongo que es tu perfil. Me hace mucha gracia y en realidad descubres perfectamente que tipo de espectador eres cuando citas esas dos películas políticas ¿Cómo se expresa la política en el cine, a través de argumentos o en la propia esencia de la mirada, en la construcción fílmica de la propuesta? (me descubro frente a tu sapiencia sobre la cuestión y el quehacer cinematográfico) Z y La batalla de Argel siguen siendo películas genéricas (con reminiscencias de thriller) si bien con una estructura lo suficientemente interesante como para ir más allá de las propias convenciones del genero que las sostiene. Para mi el cine político no es verbal (el peligro de éste es caer en un panfleto), no puede serlo, por eso no creo que Pontecorvo o Costa-Gavras sean cineastas políticos. Para mi, insisto la política-la revolución surge de la imagen, de la mirada del cineasta. Por eso, sumándose al citado Vertov, yo incluiría antes a gente como Chris Marker, Jean-Luc Godard, Marcel Hanoun o Jean-Marie Straub. Imagino que conoceras al menos a Godard, verdad? Alguien dijo, creo que fue Semprun, que el gran problema de la izquierda era la falta de autocrítica, por eso realmente me ha hecho mucha gracia que me tildes de conservador (supongo que eres uno de esos progres de colorín que insisto se conforman con leer el País semanal y poco más) y se ponene nerviosos cuando desde la izquierda se trata de hacer el esfuerzo de ver más allá en una obra aparentemente conservadora. En realidad en tu descripción simplista de Eastwood tenía que haber atisbado que eres el clásico «comentarista» que se cree que transgrede algo por que califica a John Ford de republicano conservador y se carga de un plumazo toda su obra. Amigo mío, me temo que tienes un cacao mental tremendo. ¿Sabes que cineastas conservadores reconocidos como Max Ophuls pueden ser autores de filmografías impresionantes? Obviamente no puedo comparar La vida sin Grace, que con sus limitaciones (que como ya dije, las tiene) me parece un título lo suficientemente interesante y sincero, con la obra de maestros del cine. Es ridículo! (sería como comparar tu escritura con la de pongamos un Serge Daney). No quiero en realidad seguir perdiendo el tiempo con un personaje que obviamente no tiene ni idea de cine, tranquilo de películas sabes un montón. Esperaré de todas formas impaciente nuevas reseñas tuyas, que me provoquen una sonrisa, te propongo que esta vez te acerques a por ejemplo cualquier título de estos cineastas y te los cargues con tu habitual sapiencia con estos arguentos que presupongo son los que utlizarías por que sencillamente no saber llegar más lejos: Werner Schroeter (por que no se entiende), Pasolini (por que no tiene medios), Paul Fejos (por que no lo conozco), François Truffaut (por que es un sentimental), Mikio Naruse (por que los japoneses son unos pesados), Perceval le Gallois de Rohmer (por que los escenarios no son naturalistas), Marguerite Duras (por que para hacer eso que escriba un libro que comprarán los pedantes), RW Fassbinder (por que era homosexual y se notaba en sus pelis), Charlie Chaplin (por que ya está bien de ponerle bien), Arnaud Desplechin (por que ya está bien de que se crea el nene bonito de Francia), Werner Herzog (por haberse vendido a los EEUU), Fritz Lang (por que seguro que tuvo algo con los nazis), Marco Ferreri (por que su barba era fea), Víctor Erice (por que hace pocas películas), Jean-Luc Godard (por que ya está senil y además sólo me gusta, y ni eso, Al final de la escapada), Dino Risi (por que hacía comedias tontas), Leo McCarey (por que no se ni lo que hizo), Alexander Kluge (por que los alemanes siempre están enfadados) Serguei Paradjanov (por que para pintar cuadros que se vaya a un museo), Nagisa Oshmia (por la secuencia del huevo), Sun Yu (por que era un propagandas), Michael Haneke (por que va de psicólogo), Orson Welles (por que no sabía que tenías más pelis además de Ciudadano Kane), Jiri Menzel (por que los checos no me gustan por que sus películas casi siempre se estrenan subtitulas y me canso de leer), Richard Lester (por que es una anticualla) y tantos y tantos…de los que me temo jamás habrás oido hablar. Ánimo, ya te queda menos! El cine lamento informarte va un poquito más allá de Martin Scorsese,Wong Kar Wai o Alejandro Amenabar…pero tranquilo es un secreto!
Para no querer «perder tu tiempo», bien que lo pierdes (y de paso, el mío). Lo dicho, que no has leído nada de este blog, ni creo que hayas leído algo medianamente digno de ser leído. Toda tu tesis… Disculpa, qué despistado: pero si no tienes ninguna tesis.
Supongo que arrastras unos cuantos complejos y traumas, un buen puñado inseguridades y probablemente varias insatisfacciones vitales. Cumples todos los requisitos del cuadro, incluido el de erigirte en poseedor de la verdad absoluta (típico de quienes no han superado la adolescencia). Pues nada, hazte un hombre, a lo mejor así dejas de patalear como una nena y utilizas el cerebro para algo que no sea hacer el ridículo y soltar bilis.
Si no quieres perder el tiempo por aquí, genial. Saldré ganando. Y los cientos de miles de lectores que han convertido este blog en uno de los cien mejores de la red según un suplemento cultural -que no es el que tú mencionas, sino uno de tu cuerda- y un par de periódicos de tirada nacional. En fin, que eres muy gracioso, deberías ir al circo. Creo que andan escasos de payasos. Pobrecito.
Ramón. No es cuestión de censura, porque aquí no sólo admitimos las discrepancias, sino que las fomentamos. Es cuestión de higiene. Llámalo desparasitación, porque es exactamente lo que es.