«Coge todo lo que hayas oído decir; todo lo que hayas oído decir en tu vida… Multiplícalo por cien, y seguirás sin tener una idea de John Ford». James Stewart.
El hombre que mató a Liberty Valance (1962)
Peter Bogdanovich: Hacia el principio de Liberty Valance, cuando va Vera Miles a la casa quemada de Wayne, ¿no es la música de Ann Rutledge de Young Mr. Lincoln?
John Ford: Sí, era la misma: se la compramos a Al Newman. Me encanta; es una de mis músicas favoritas, de las que puedo tararear. Por lo general, me fastidia la música en las películas, un poco por aquí y por allá, al principio o al final, pero las cosas como el tema de Ann Rutledge encajan. No me gusta ver a un hombre en el desierto, muriéndose de sed, respaldado por la Orquesta de Filadelfia.
PB: Da la sensación de que en Liberty Valance sus simpatías están con John Wayne y el Viejo Oeste.
JF: Bueno, de hecho el protagonista era Wayne; Jimmy Stewart tenía más escenas, pero era Wayne el personaje central, el motivo de todo. No sé… me gustaban los dos. Creo que los dos eran buenos personajes, y me gustaba el argumento, nada más. Yo soy un director duro; me dan un guión: si me gusta, lo hago. O si digo, “ah, esto está bien”, lo hago. Si no me gusta, lo rechazo.
PB: Pero al final de la película parecía bastante claro que Vera Miles seguía enamorada de Wayne.
JF: Bueno, era la que pretendíamos.
PB: Su imagen del Oeste se ha ido haciendo cada vez más triste, como por ejemplo la diferencia de humor entre Wagon Master y Liberty Valance.
JF: Quizá, no lo sé; no soy psicólogo. A lo mejor estoy envejeciendo.
John Ford. Peter Bogdanovich.
¡¡¡Vaya si Peter no entrevistó a todos los grandes directores del Hollywood clásico!!! Y cómo se refleja la personalidad de cada uno en estas interesantes entrevistas.
A mí me encantó El hombre que mató a Liberty Valance. Donde se encuentra el mejor Ford junto al Duque con papel tierno y que te llega al alma (papel leyenda) y el hombre que todo lo recuerda y lo narra (impagable James Stewart). Quien tiene un amigo tiene un tesoro.
Besos
Hildy
Dicen los que entienden, que esta película debe de estar en cualquier lista seria de las cinco mejores películas de la historia. No de la historia del western, sino de la historia del cine. Y si lo dicen los que entienden, habrá que hacerles caso. ¿No?
¡Tiene razón el hombre! ¿Qué hacen en pleno desierto los 100 de la orquesta tocándole la serenata al moribundo? Un poco de respeto por favor, guardemos silencio por el sediento.
Un abrazo.
Tom Doniphon es casi un reverso de Ethan Edwards.
Besos.
Pues no sé si entre las cinco mejores, pero sí es de las diez mejor dirigidas, contadas y filmadas.
Pues sí, sobre todo tocar con ese calorazo y con frac…
Abrazos.
Esto es un peliculón, una obra maestra sin paliativos. Además te agradezco que nos regales éste tipo de entrevistas y diálogos que yo, al menos, desconozco. Te ayudan a comprender mejor la personalidad de genios como John Ford.En cuanto a John Wayne y Jimmy Stewart… se me hace difícil pensar en una pareja de actores mejor, sobretodo en el terreno western.
Bueno, posiblemente son los más grandes, pero se me ocurren algunos nombres a añadir para completar el podio: Gary Cooper, Burt Lancaster, Kirk Douglas, Richard Widmark e incluso Clint Eastwood. Todos estos juntos son la historia del western. Mira, me has dado una idea, gracias.
No sé que decir que no se haya dicho ya.
Sólo que tienes suerte que la foto ya tiene copyright, porque la usé como tú de encabezamiento al comentar esta obra maestra sin paliativos, hace ya bastante tiempo, así que me he quedado de una pieza al verla en tu «pared» 😉
Porque en la foto ésa «Falta Uno», ya que Lee Marvin merecería aparecer en ella también. ¿O estoy equivocado? 😉
Saludos.
Ya lo creo, con cara de mal bicho enarbolando su látigo, vaya que sí…
Saludos.
Gran película y gran director. La revisión del duelo es magnífica la espalda de Wayne abre el plano de negro vemos el duelo en plano general y Wayne andando frente a la cámara vuelve a fundir a negro.
¡Qué gran Leyenda».
Los maestros es lo que tienen hasta lo más complejo lo resuelven con sencillez.
Es que la sencillez, paradójicamente, es lo más difícil. A más medios, menos necesidad de talento. Dices bien, toda una leyenda.
Me gusta la foto,la entrevista y las contestaciones de Ford.
Lo que dice de la música en la escena del desierto….
Me gustan todos los actores que nombras y nombran.
Ah ,y la película la vi hace mucho.Apetece volver a verla.
Cada día tengo más deberes atrasados.A ver si esta navidad me pongo al día.
Saludicos.
Hombre, la navidad es para otra cosa, ya sabes, «¡Qué bello es vivir!» y tal…
Esta es una película para verla de vez en cuando, para revisitarla como a un viejo amigo al que se quiere visitar a menudo. No la dejes pasar.
Saludos.
Oye: ¿y que te parece salirse un poco de las tradiciones y por un año en vez de ver»¡Que bello es vivir»!, Canción de Navidad, Milagro en la ciudad, El bazar de la sorpresas ,Mujercitas ,etc etc, me veo esta ?
Saludicos.
A mí me parece perfecto. Nada peor que el cine «navideño» en Navidad. El western no es de temporada, vale para todo el año.
Saludos.
Bueno, pero el parche de Ford en el ojo, ¿servía en realidad para algo? ¿era tuerto? Porque en la foto amenaza con salirse de ella…
Pues sí, Carlos, el parche era marca de la casa, no se trataba de una fiesta gay ni nada de eso…
Tengo pendiente,mi querido Alfredo,de publicar una reseña sobre John Ford.He elegido Pasión de los fuertes para ello,una de mis películas favoritas,y aclarar a algunos aspectos sobre su persona.Como bien sabes,fue tratado de fascista (menuda gilipollez) y parece que todavía perdura esa creencia.John Ford es para mí uno de los poetas más grandes que ha dado el cine.
Los libros de Bogdanovich son junto a los de Truffaut,las mejores lecturas que te puedas echar,y lo digo porque están escritos con pasión e inteligencia,por amor al cine,algo que hoy parece ya desaparecido.
Un fuerte abrazo.
Espero esa reseña con avidez, Francisco. Gran película has elegido. Las consideraciones vertidas a menudo sobre Ford, como la de fascista, son tan ridículas como injustificadas a la vista de su cine. Aunque, por desgracia, es un mensaje que ha calado hondo e incluso está publicado en lugares «respetables».
Pero, en efecto, hoy se escribe sobre cine sin pasión, sin interés, quizá porque el cine que se hace hoy, mayoritariamente, está hecho de la misma manera.
Abrazos.
Y es cierto que la imagen del Oeste se hace triste. Al menos a mí me lo parece, triste y con regusto a pólvora quemada, pero de hace décadas, como si el polvo del desierto se hubiera quedado pegado en las prendas.
Me ha gustado leer esto, además hoy mismo que pongo en mi blog un «relato» sobre el Lejano Oeste 🙂
Abrazos
Porque, supongo, este western tiene mucho de crepuscular, de muerte de una manera de entender la vida, más dura, pero también más honesta y, en cierto modo, más inocente.
Abrazos.
El otro día hablaba de la «credibilidad» en «Centauros» por lo del jefe Cicatriz interpretado por un blanco de ojos azules; en ésta los dos protas son viejísimos para sus papeles de jovenzanos…pero, efectivamente, ¿quiénes mejor que ellos para interpretar esos dos papeles?
¿Jovenzanos? John Wayne no interpreta a ningún jovenzano. Estuvo en la Guerra de Secesión (1861-1865) y se sabe que, tras un tiempo indeterminado en el que siguió haciendo la guerra por su cuenta, tal vez con una banda tipo Quantrill, estuvo al menos tres años en México, se supone que vendiendo su brazo armado a los partidarios de Benito Juárez o bien a los franceses de Maximiliano y Napoleón III. Por otro lado, Wayne, en el momento del estreno de la película, tenía 49 años, aunque como el argumento se desarrolla a lo largo de bastantes años, la caracterización de edad varía.
Lo mismo que en el caso de Jeffrey Hunter, que en el momento del estreno tenía 30 años.
Piensa, no obstante, que décadas atrás las personas eran físicamente más maduras que ahora con la misma edad.
Ah, perdona, que no me he explicado bien…Me refería a los protas de El hombre que mató a Liberty Valance.
Vale. Eso, para mí, es un error en la película. La razón de que se hiciera en blanco y negro, para intentar disimular mejor el enorme salto de edad en los personajes. Pero en fin, compensa con holgura este defecto menor con la excelencia de cualquier otra de sus facetas.