– Busco a Rick Belden. ¿Le conoces?
– No. Tal vez se ha equivocado usted de ciudad.
– No me he equivocado de ciudad. Tal vez de informador.
– Aquí todos somos iguales, sheriff.
– ¿Sí? En este caso será un placer suprimir a unos cuantos.
– Yo no le diría a usted dónde está Rick Belden ni aunque estuviera a su espalda.
– Ya veo que Belden tiene buenos amigos aquí.
– Los tiene.
– ¿Y ningún enemigo?
– Sí. ¡Muchos!
– ¿Y dónde están?
– A las afueras del pueblo, en el cementerio.
Last train from Gun Hill. John Sturges (1959).