Lee Marvin participó en la Segunda Guerra Mundial como miembro del Cuerpo de Marines. Condecorado con un Corazón Púrpura por las heridas recibidas en combate durante la batalla de Saipán (Islas Marianas, junio-julio de 1944), en su condición de tal, sus restos descansan en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, muy lejos de Hollywood.
Desconocía esa circunstancia, compa Alfredo (bueno, de Marvin, como de tantos, lo desconozco casi todo); creo que, en todo caso, es bastante significativo acerca de su carácter y sus querencias más allá de la pantalla, ese mundo que, a pesar de lo que enseña, tanto suele esconder…
Un fuerte abrazo y buen día.
Pues sí, y además le sirvió para dotar a sus personajes, sobre todo aquellos más marciales, de una dureza y una autenticidad bárbaras. Vamos, que me río yo de los tipos duros del cine actual, desde Bruce Willis a Vim Diesel y toda esa morralla…
Abrazos.
Motero loco y salvaje, brutal con cafetera en mano en Los Sobornados; simpático, bebedor y peleón en La Taberna del irlandés; filósofo, matón y siniestro con gafas oscuras en Código del hampa; habitante sonado en la conquista del oeste, con voz ronca canta a todo aquel que le escucha, enamorado junto a su colega de una Jean Seberg que reparte amor entre los dos en La leyenda de la ciudad sin nombre…, es enorme la sombra y el recuerdo de Lee Marvin. Una huella fuerte en metros y metros de película… Eso es imposible de enterrar en una lápida. Todavía puedo oír su voz cascada o sentir su pelo cano. Quizá se ha subido a un tren del cual no baja.
Besos
Hildy
Es lo que tiene nacer bajo el signo de la Estrella errante.
Acabo de leer su biografía en Wikipedia; la vida está llena de casualidades, me ha sorprendido conocer cómo llegó a dedicarse al cine… A veces sorprende saber qué hay detrás de un personaje… Son muchos los lugares y muchas las vidas que quedan lejos de Hollywood. Besos
O en «Los Profesionales», o como «Liberty Valance», o «A quemarropa»… Tantas y tantas…
Besos.
Pues sí, será eso, Celebes. Y qué vozarrón tenía encima el jodío.
Los caminos del cine, Ana, son inescrutables. No estaría mal una sección que, en vez de hablar dónde terminaron algunos, hable de dónde salieron. Me lo pienso.
Besos.
Inolvidable en «Paint your wagon», con su «Wandering star». Inolvidable.
Demasiado alejado de sus sueños descansan sus restos, creo yo… Particularmente me encanta su «Wandering Star». Creo que Johnny Cash la llegó a interpretar pero no quedaba tan espectacular como la de Marvin.
O en «Doce del patíbulo»… Un careto de los que ha habido pocos.
Pues no sé yo si sus sueños irían por ahí, Marcos. Un grande. Su lado militar, personalmente, es el que más me desagrada, pero sin él quizá no hubiera dado su forma a sus personajes.
una lágrima por Lee…
anduve por en ese cementerio, pero no sabía que él estaba allí
Buena idea… Estaría muy bien.
Besos
Vaya, ya nos contarás, Dante, qué hacías por allí…
Pues igual, Ana, pero por más que estire el tiempo para todo no llega.
Besos.
Tampoco conocía ese detalle, Alfredo, que me parece significativo: tal parece que el bueno de Lee siempre se sintió más orgulloso de su condecoración castrense que de sus múltiples, variados y justificados éxitos en el cine.
Supongo que para él, eso de actuar era sólo un trabajo y por eso también huyó de divismos.
Curioso: toda una semblanza en una simple lápida.
Saludos.
Pues sí, se diría que le tiraba más lo marcial. De todos modos, qué gran tipo duro…
Saludos.
Gran actor,de primera en donde figuraba en esa galería de villanos de primera magnitud.A quemarropa,La leyenda de la ciudad sin nombre,El hombre que mató a Liberty Valance,El emperador del norte,Doce del patíbulo,bueno sería repetir las películas que ya mencionas.Por otra parte,Jack Palance y Richard Widmark fueron los que más miedo daban cuando sonreían y Marvin cuando posaba de perfíl.
Un abrazo.
Oh, Jack Palance, uno de los caretos más chungos de la pantalla, acojonaba sólo con la sonrisa. Quizá Widmark hizo demasiadas veces de bueno para que el efecto fuera el mismo.
Abrazos.
Yo de este actor solo he visto Doce del Patíbulo,El hombre que mató a Liberty Valance y,Leyenda de la ciudad sin nombre.
La última la fui a ver al cine de jovencica y me gustó mucho.
Aquella canción de La estrella errante ,con esa voz ronca y profunda que tenía ,siempre me ha gustado.
No tenía ni la más remota de lo que cuentas.
Como dice Josep: toda una semblanza en una simple lápida.
Saludicos.
Seguro que has visto alguna más, Carmen. A mí es una de las caras que más me alegra reencontrar de vez en cuando.
Saludos.
Estaba por Washington, visitando amigos que vivían por allí. Virginia es fascinante.
Hay que tener amigos en todas partes, está claro, amigo Dante. Eso he oído de Virginia y de algún otro sitio por allí cerca. A ver si me animo a verlo…
Me ha parecido curioso que nos des este dato así de pronto, Alfredo. ¿Vas a inaugurar una nueva sección sobre las últimas moradas de las estrellas del Cine?
Pues sí, la última morada de algunas estrellas y el lugar donde otras hubieran tenido que ir antes de dedicarse a esto del cine…
Glup! me has aterrorizado con esto último…
Es coña, no le deseamos ningún mal a nadie… mientras se mantenga lejos de la pantalla si no debe acercarse a ella. Es broma. O no…
Sus vivencias influyeron en su forma de actuar sin lugar a duda …
Digamos que, como en la mli, imprime carácter…
Un actor enorme, inmenso, que fue muchísimo más que un villano de categoría. Hoy me quedo, de entre sus inolvidables papeles, con su personaje de «Tras la pista de los asesinos» de Boetticher: ambiguo, inteligente, cínico, elegante y mordaz, poseedor de las mejores frases de la película . Un personaje (como otros tantos suyos) para enmarcar.
Saludos!!
Un dominio del encuadre realmente impresionante. Uno de esos actores con presencia, que lo ocupan todo, que lo absorben todo. Carisma, magnetismo… No sé, hacemos corto con los adjetivos.
Saludos.