Henry Mancini, uno de los más excelentes compositores de música para cine de todos los tiempos, comenzó a trabajar en música para películas en 1952, para proyecciones de serie B de los estudios Universal bajo las órdenes de Joseph Gershenson, trabajando en partituras impersonales y asépticas que pudieran ser usadas y reutilizadas en múltiples películas.
En 1958 firma su primer trabajo en solitario para Sed de mal, de Orson Welles. La música de esta película, sus aires jazzísticos y la interpretación por una pequeña orquesta, nada que ver con las grandes composiciones sinfónicas de Max Steiner o Miklos Rozsa, atrajo la atención de Blake Edwards, quien lo contrató para hacer la música de su serie de televisión Peter Gunn, para la cual Mancini creó un tema que pasó a la antología de los más grandes del cine y que ha sido usado en multitud de películas, por ejemplo en Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers, 1980) o Waterworld (1995), y que se convirtió en un éxito de ventas.
En los años 60 Mancini alcanza sus máxima popularidad, gracias a las películas de Edwards (La pantera rosa, Desayuno con diamantes, Días de vino y rosas), Stanley Donen (Arabesco, Charada, Dos en la carretera) o incluso Howard Hawks (Su juego favorito, Hatari!, con el célebre y gracioso tema Baby elephant walk). En los 70 y 80 se dedicó también a la televisión, y creó temas muy conocidos como los de las series Hotel y Remington Steele. Pero será recordado por ser el primer músico que trascendió más allá de las salas de cine y logró el éxito comercial con sus composiciones y, sobre todo, por Moon River, quizá el tema más bello jamás compuesto para una película.
Por supuesto Mancini fue vital. Es difícil encontrar una composición tan perfecta y grandiosa como «Moon river», que hasta en la pobre voz de Audrey Hepburn quedaba bonita. Yo creo que fue uno de los mejores compositores que nos dejó el siglo XX. A la que señalas de Peter Gunn se le suman grandes éxitos. Una de mis canciones preferidas es la banda sonora de «Dos por la carretera» o el tema principal de «Charada» en la escena que Grant y Hepburn van a bordo del Bateau Mouche. «Champagne and quail» pieza incluida en la banda sonora de «La pantera rosa» es también una de mis preferidas. Por cierto «Baby elephant walk» es delirante, me encanta… no puedo dejar de reír cuando veo la escena. Un abrazo.
Esta música es de esas que me derriten. A pesar del coro.No sé dónde está el límite de la ñoñez, quizás ésta sea ñoña para muchos pero a mí me encanta.
Que alegría al ver esta entada en ,un Domingo cualquiera,de un mes de Abril cualquiera y en una ciudad cualquiera.
Aunque me gustaría que el Domingo fuera en NY,el mes de Abril,paseando por Central Park,y la ciudad ,pues eso,NY.
Es lo que tiene escuchar esta maravilla de canción y ver imágenes de esa preciosidad de mujer .
Me encanta Mancini.
Saludicos y,gracias.
Me encanta Mancini. El cine es grande por personas como él.
Fíjate, Marcos, dices de los mejores compositores del siglo XX. En un siglo mediático por excelencia, los compositores de cine han suplido el papel, en cuanto a popularidad y reconocimiento, de los compositores de música (mal llamada) clásica.
Un abrazo.
Totalmente de acuerdo en lo del coro, Carlos, cosas de la época. Pero si escuchas otras versiones, la arquitectura de la pieza es soberbia y se mantiene por sí sola.
No pides tú nada, abril, domingo y Nueva York… Yo me apunto.
Saludos y gracias a vos.
Pues sí, Roberto, porque buena parte de la memoria sentimental del cine viene inoculada por una música. De hecho, a veces, y no pocas, es mejor que la propia película.
Moon river es un himno en mi memoria cinéfila. Desayuno con diamantes es una película -que como la novela corta (bastante distinta a su versión cinematográfica)- que me cautiva y no me canso de verla una y otra vez. Cientos de versiones de esta melodia y canción, no logran la emoción que me causa la sencillez del momento de una Audrey en el alfeizar de la ventana con una guitarrilla entonando la canción y un Peppard desde la ventana de arriba siendo testigo de este momento íntimo.
Sí, Mancini tiene composiciones que se unen a imágenes que no se despegan de la memoria. Y como nombra Marcos, también recuerdo su música en esa historia de amor y desamor maravillosa que es Dos en la carretera, de nuevo Audrey esta vez con Finney nos regalan escenas para el recuerdo. Por cierto, me cautiva la misteriosa melodía de La pantera rosa…
Besos
Hildy
Personalmente prefiero la música a la película… Pero me vale.
Besos.
Que joya para una mañana de domingo… (sonrisa)
¿Quizá? Yo por aquí diría que seguro. Es «la canción»
Besos
Alfredo, lo siento mucho, pero debo darte un tirón de orejas ( y espero que no se desmonten y me queden en las manos) porque de todas las excelentísimas versiones de ese inmortal tema, has osado insertar la más gazmoña de todas.
¿Es esa execrable versión fruto del almíbar de Ray Connif? ¡Puajj!
Claro que no puedo quejarme mucho, porque tengo guardada en secreto (¡vaya!) la canción cantada por la Hepburn mismamente, mucho más sentida y cálida.
Ahora mismo me voy a escuchar la versión de Satchmo, ¡ala!, para quitarme el azúcar de los oídos… 😉
Saludos dominicales.
Me encanta «Moon River» y «Desayuno con diamantes» es una de mis películas favoritas (ay, esa escena final con beso bajo la lluvia incluido), aunque también me gustan mucho la banda sonora de «Charada» (la película es otra de mis favoritas de siempre), la de «Días de vino y rosas», la de «Hatari»…
Este hombre fue genial.
Saludos
O incluso para la tarde…
Besos.
Bueno, bueno, mientras el tirón sea de orejas… Pues sí, no es de Ray Connif, pero casi… En fin, que no gasté mucho tiempo en preparar el post, quería que tuviera imágenes de la película, y no rebusqué demasiado. En fin, que sí, que el coro merecería muerte con tortura, pero…
Saludos.
Yo, como buen cenizo, Carmen, no comparto el generalizado gusto por el final. Debían acabar separados. Lo dicho, cenizo que es uno.
Abrazos.
Sí, si miras la escena desde un punto de vista realista, enseguida piensas en el futuro, cuando él esté amargado haciendo un trabajo alimenticio y totalmente alejado de la literatura, y ella se dedique a matar la frustracion recordando sus tiempos glamourosos de party girl y pareja ocasional de ricachones guapos. Pero… ¿a que vista con ojos romanticones, la escena es preciosa y deja una sensación de bienestar comparable a la de un atracón de chocolate?
Mmmmmm, psé, supongo. Chocolate puro, sí.
También forma parte de la banda sonora de la serie de televisión «Sexo en Nueva York», que no es nada despreciable. Ni la serie ni la banda sonora. Besos, Escalones.
Bueno, Noe, la banda sonora no lo sé, pero yo a la serie no es que le tenga mucho aprecio…
Besos.
Sus temas son la banda sonora de mi coche en infinidad de veces, y Moon River… quizás sea el mejor tema compuesto para una película, la verdad es que es difícil «adivinar» eso pero lo que es del todo seguro es que encandila al más embrutecido 🙂
Abrazos
Satchmo que menciona Josep es Louis Amstrong verdad?. Que me acuerdo que la tengo en ese disco tan divertido que se llama A Wonderful World que me gusta un montón y ahí si que pierde toda ñoñez.
Como embrutecido, doy fe.
Abrazos.
Lo es, Carlos. De hecho de ñoño no tiene nada de nada.
Que magnífico tema si señor. Hermoso y tremendamente evocador.
Esta música es cine ya. Sin remedio.
Efectivamente, Inma, no es de extrañar que Garci la escogiera (en una versión mejor, por cierto) para su mítico programa de los lunes.
Besos.
Moon River es otro de esos temazos.Truman Capote escribió Desayuno en Tiffany’s,una maravillosa novela que parece que fue escrita para que Blake Edwars la filmara,aunque a Capote no le gustara.La película,bueno,es algo muy personal,me gusta verla a la madrugada.Ver desayunas a la maravillosa Hepburn con sus cigarrillos largos es ya todo un icono de la historia del cine.
Un fuerte abrazo.
El personaje femenino quizá más adorable de toda la historia del cine, Francisco. Es una película para ver de noche, con las luces apagas y baja de volumen.
Abrazos.