El Álamo (1960) supuso el debut de John Wayne en la dirección, un western historicista que, en la línea conservadora de su director, apuesta por la épica y la grandilocuencia para narrar meticulosamente el episodio histórico del asedio sufrido por los texanos independentistas en la misión de San Antonio de Béjar por parte del ejército mexicano del general Santa Anna en 1836. Aunque el retrato heroico de unos centenares de voluntarios sitiados dista mucho de su condición de ocupantes ilegales, de colonos invasores de un territorio ajeno azuzados por Estados Unidos, y resulta ser poco más que un tributo patriótico desaforado, lo cierto es que Wayne muestra en la película un tacto y un respeto inusitados al retratar a los mexicanos como enemigos legitimados, valientes, aguerridos, heroicos, caballerosos y corteses, sin dotarlos de ninguna negativa connotación de perfidia o crueldad con que los norteamericanos suelen caracterizar a enemigos más poderosos que ellos, y sin apelaciones al infortunio para justificar la derrota. Sin duda, el hecho de que Wayne conviviera tanto tiempo con John Ford, apasionado de México, el más importante cronista de la historia norteamericana y el mayor poeta en imágenes de la historia del cine, por más que en sus films abusara de estereotipos y tópicos, y su propia pasión por el país y por sus mujeres, ayudaron a que la película no fuera un panfleto anti-mexicano.
Cuestiones ideológicas aparte, destaca la famosa música de Dimitri Tiomkin, en particular su excepcional Overtura.
La peli hace muchos años que no la he vuelto a ver (pero recuerdo que me gustó)…La banda sonora es fantástica. ¿Sabes en qué película italiana en blanco y negro de los sesenta utilizaron el tema de Degüello del disco? Están como bailando algo en una fiesta en una piscina y alguien pone ese tema en un disco. Es que ya no recuerdo ni la peli… ni de qué iba. Pero me quedé con aquello.
un saludo.
Te voy a contar un secreto John Wayne, tan duque y macho él, me provoca ternura. Por eso, creo yo, para no enfadarme con él nunca he visto ni El Álamo ni sobre todo Boinas verdes, sus trabajos como director.
Y la ternura me viene porque sus personajes en ciertas películas me llegan a lo más profundo. Y son películas a las que tengo muchísimo cariño. Ahí van: por supuesto su delincuente de La Diligencia. También lo era y bien tierno en un western olvidado pero delicioso El ángel y el pistolero. Me llegó con su papel de hombre protector en otro western olvidado, Hondo. También es protagonista de una de mis películas del Oeste favoritas, Río Bravo. No puedo dejar de mencionar a ese hombre tranquilo, el boxeador que quiere alejarse de la violencia, y se va a la lejana Irlanda a enamorarse de Mary Kate. Y me divierte en Hatari o La taberna del Irlandés.
Por cierto, sí que es cierto que la banda sonora de El Álamo de Tiomkin merece la pena.
Besos
Hildy
Un tema legendario ya el del Tiomkin. Me legro de que Ford influyera en Wayne en el tratamiento al pueblo mejicano. Un abrazo.
Pues se me escapa, David, lo siento. Pero la buscaré. Donde sí que suena es en «Rio Bravo», de Hawks.
Bueno, Hildy, eso en Wayne forma parte de su herencia fordiana, luego asumida por otros como Hawks y Hathaway. Wayne se humaniza, es un héroe de carne y hueso, no un superhéroe. Eso, por un lado, acerca al personaje al público, y por otro, permite a Ford explayarse en sus crónicas épicas y poéticas sobre la historia americana. Si hubiera convertido a Wayne en un mito sobrehumano, Ford sería un místico.
Besos.
Bueno, Marcos, Ford y su propio gusto por las mujeres mexicanas…
Abrazos
Eso sí es una banda sonora de lujo que se ajusta como un guante a la película enfatizando sus imágenes y sin molestar, además, porque en ocasiones parece que vayan diciendo: eh, escucha que banda más chachi-piruli.
Claro que el amigo Dimitri era de la casa y no le hubiera hecho una faena al Duque en su estreno…
Wayne siempre demostró un enorme respeto por todos los americanos: no en vano la mujer de su vida había nacido en Perú y él se autodefinía como Feo, fuerte y Formal, así en castellano.
Saludos dominicales.
Una pasada de banda sonora.
Yo, frente a estas cosas, jamás saco cuentas revanchistas; que si la peli es más o menos reaccionaria, que si más o menos banderas,… «El Álamo» es entretenida y el sr. Tiomkin, un tipo que supongo sabía hacer su trabajo hasta con los ojos (y los oídos) tapados. Y con eso me basta.
si a Woody con Wagner le entran ganas de invadir Polonia, a mí con esta música me dan ganas de montar a caballo, armarme con rifle y atravesar desiertos.
Un abrazo
Totalmente cierto eso que comentas de las músicas, Josep. Y más ahora, que en el cine de acción parece pura fanfarria de cacharrería.
Conocía lo de Wayne -también por la canción de Loquillo-; y también el hecho de que su familia se opuso a que eso figurara en su epitafio.
Saludos
Es que Dimitri, Roberto, era mucho Dimitri. Al final hasta se metió a producir películas y claro, ponía la música él mismo; todo queda en casa…
No se trata de cuentas revanchistas, Raúl, se trata de saber qué estamos viendo. El entretenimiento a menudo -y más en estos tiempos- sirve de coartada para colarnos muchos muchos goles (tal como decía un artículo en la prensa el otro día, la banalidad es la puerta de entrada al fascismo, entre otras cosas, añado yo).
A ver si encuentro algún vídeo chulo de Tiomkin por ahí y oíremos lo que es bueno…
Pero que sea un rifle de corcho, amigo Dante.
Abrazos.
Al lleger a San Antonio y al salir de la ciudad hallarás un viejo fuerte y sus ruinas nada más.No verás ningún valiente ni hallarás ninguna cruz ,pero tu quizás escuches una voz en el azul,es la historia de unos hombres que lucharon hasta el fin y en el Álamo murieron por la patria y el honor.
Era el año 36 de 1800 un valiente coronel quiso el fuerte defender,y también David Crockett ofreció su fusil por luchar en la causa que todos amaron hasta el fin……
Esta canción la cantaba yo después de ver esta peli que ,por lo que fuera,me gustó un montón.Tendría unos 9 ó 10 años.
La música es una pasasda.
Saludicos.
Vaya, Carmen, ya veo que tienes buena memoria además de buen gusto. La letra ya…
Saludos.
Los puntos suspensivos son por qué todo parecido con la realidad es pura coincidencia.
De todas maneras el próximo día que te vea te la canto en vivo y en directo.
Y no te lo pierdas ,al estilo Marisol,casi casi parece una condena de la «Tienda de los horrores».Juas
Saludicos.
Bueno, Carmen, ¿es eso un incentivo para que nos veamos o para que no nos veamos? No sé yo muy bien…
Saludos.
Cantar canto bien,ahora ,si la letra no es muy consecuente con los hechos,entonces no te hago sufrir.Quedar contigo es siempre un lujo.
Saludicos.
Bueno, pero cuando nos veamos, pospondremos el musical para otra ocasión. Que, amenazo, como me ponga a cantar yo…
Como siempre miro la vida a través del cine,debo confesar que me gusta la visión que le ha dado el cine americano a México.Sam Peckinpah el primero.John Sturges el segundo,y así…
Las bandas sonoras del viejo western me encantan,ya te digo,cuando me siento alicaído (la mayor parte del tiempo)me pongo un CD y todo se pasa;Los siete magníficos,por ejemplo.
El Álamo hace mucho tiempo que la vi y recuerdo poca cosa,la verdad.Nos puede gustar o no las ideologías de John Wayne,pero para el western era insuperable.El otro día un compañero de fatiga blogera me pidió que le escribiera una reseña sobre Río Bravo.La volvé a ver,para aclarar un poco la memoria,y,tanto su guión,su interpretación con tema añadido del gran Dino,me pareció de nuevo uno de los grandes westerns de la historia del cine.Y paro,que me emociono.Que todo viene de la banda sonora de Dimitri Tiomkin.
Un fuerte abrazo,amigo.
Bueno, Francisco, a mí no me gusta tanto esa visión de México, así, en general, del cine americano. Pero sí la de Peckinpah, y no poco.
El buen western sigue siendo uno de los mejores reductos para entender de qué va eso de la épica del cine, y por qué despierta nuestra fascinación.
Abrazos.
Bueno,yo después de lo leído no sé que más añadir….creo que se ha dicho todo de esta magnífica BSO.Eso sí,no os parece oportuno también recordar la película «Centauros del desierto»?….
La tenemos en la agenda, Klaus. Es demasiado rica y compleja para un simple artículo, en todo caso. Pero quizá nos acordemos, para abrir boca, de su banda sonora.
Saludos.