– Señor Rudd, tengo entendido que es usted productor de cine.
– No, señor. Soy director.
– ¿Hay alguna diferencia?
– Sí señor. El productor pone todo el dinero y el director lo gasta. Entonces el productor insulta al director por gastar tanto dinero; el director no le hace caso, sigue gastándolo y termina la película. Y el productor consigue una úlcera. Ya lo ve, es así de sencillo.
The mirror crack’d. Guy Hamilton (1980).