18 comentarios sobre “Mis escenas [no] favoritas – Desayuno con diamantes y Cuando Harry encontró a Sally”
Querido ¿cómo interpreto ese NO entre corchetes?
Gracias por las escenas de romanticismo extremo. Ya sabes que colecciono en mi memoria declaraciones y escenas de amor cinematográficas. Cuando las historias encajan y están bien hechas son una auténtica gozada.
Hombre, yo como soy un blando me gustan (especialmente la de Harry encontró a Sally, con ese «Te odio» fantástico, previo a la escena del sofá que cierra perfectamente -para mí- la película). No hay que olvidar que son películas, para tristes realidades ya tenemos el mundo real.
Si es que con el «It had to be you» de Sinatra e «Cuando Harry encontró a Salyy2 ya hay poco ás que decir. Qué maravilla. Recuerdo, no obstante, la versión de esa película que hizo Harry Connick Jr. del tema de Isham Jones y Gus Kahn. Es muy buena también. En cuanto a la escena de esta película, es muy bueno eso de que estén discutiendo mientras cambian de año. Aquí no podría suceder porque, mientras masticas las uvas no se pueden decir todas esas cosas.
La escena de «Desayuno con diamantes» es una belleza.
Querida Hildy, digamos que la forma de interpretarlo es porque me ocurre exactamente lo contrario que a ti.
Pero es lo que pide el día, especialmente en unos tiempos tan convulsos como estos en los que lo feo manda.
Besos
Ay, Roberto, ya sabes cuánto te aprecio, pero estoy totalmente en desacuerdo con tu afirmación final. Para esperanzas y buenas intenciones, ya está la iglesia o la fe, o el autoengaño que uno se quiera buscar. El cine, como el arte, no puede disimular cómo es la vida; otra cosa es que nos dejemos engañar. Y generalmente no cuela.
Prefiero las que terminan mal, Marcos.
Un abrazo
Pues tendrá que colar, Josep. Es lo que hay.
Saludos.
A mí me gusta mucho la escena final de «Desayuno con Diamantes». No me cansaría de verla. Vale… admito que después de disfrutar como una voyeur de ese beso bajo la lluvia, siempre me da por pensar qué ocurrirá después con ellos, cuando se les apague la pasión y cada uno añore lo que sacrificó por estar con el otro. Holy se acordará con añoranza de sus correrías como chica sofisticada y Paul tal vez llore por la carrera literaria que no desarrolló. Pero eso sería otra película, no «Desayuno con Diamantes».
En cuanto a «Cuando Harry encontró a Sally», no me disgusta esa escena. Sólo me molesta cuando cambian la voz de Frank Sinatra por ese vals empalagoso que sale en todas las películas americanas. Por lo demás, resulta muy romántica. Y un poco de romanticismo viene bien de vez en cuando.
Besos
Este tipo de escenas, Carmen, que vale, que sí, que a veces no está mal dejarse llevar por ellas de vez en cuando, en realidad son la prueba de que para filmar ciencia ficción no hace falta irse al espacio…
Besos
Sabes lo que me gustan los finales felices y,si es posible,que pongan las cosas en su sitio.Pero el cine es el cine y no la vida real.Cuando he leído el título de,mis escenas(no)favoritas,me he reído.A mi el final de Desayuno me encanta por verla a ella feliz,la otra ni la he visto,ni creo que la vea,y la verdad,ni fu ni fa.Hoy es un día empalagoso ,nunca me han regalado nada ni he regalado tampoco.Ya que en otras cosas nos llevan como borregos,nos guste o no,en estos días señalados para quererse a la fuerza o celebrar algo porque así lo quieren los demás,me vuelvo como el «Sombrerero Loco».Me explico:igual que el celebraba el «NO»cumpleaños,me gusta celebrar la no navidad,el no día de San Valentín,el no día de la madre-padre,y así todo lo demás.Si estoy con mi familia feliz,cualquier día del año es navidad,si soy madre,lo soy todo el año,si estoy enamorada ,estoy todos los días y no porque lo diga El corte,Galerías o lo que sea.
Saludicos.
Bueno amigo Alfredo. Ya es día 15 de febrero, pasó el día del vino y de las rosas, ha llegado el día de los corredores de fondo para lo bueno y para lo malo. El día en que los creyentes y los escépticos saben que quieran o no aun tienen todo el camino por delante.
Bueno, Carmen, lo importante es que la gente sea feliz, y si necesitan que El Corte o quien sea les inventen la felicidad, pues que les aproveche.
Saludos
Y en eso no hay domingos ni festivos, amigo Larraz, por más que haya quienes fomenten las «vacaciones en el uso del cerebro…». O del corazón.
me guía una señal en el cielo
me guía una señal en mi piel
me guía la belleza de nuestras armas
primero conquistaremos Manhattam
después conquistaremos Berlín
Desayuno con diamantes la vi después de leer la obra de Capote.Sabes que amo a Capote,bueno,su literatura,y me decepcionó bastante.Creo que el verdadero icono es la siempre maravillosa Hepburn y parte del éxito fue debido al tema Moon River.No sé lo que opinas al respecto,pero Mickey Rooney disfrazado de chino…
Cuando Harry encontró a Sally,sinceramente,no la he visto.Todavía ando con las obras de Neil Simon,ya sabes,La chica del adiós y todo eso.
Un fuerte abrazo.
Pues estamos de acuerdo. En favor de Capote digamos una cosa: él aborreció el personaje del chino. Digamos otra cosa, quizá en su contra: él quería a Marilyn y no a Audrey para el papel. Aparte de eso, Peppard es horrible, y sí, es la música y esa forma de enseñar Nueva York, aparte de la angelical cara de la Hepburn la que han hecho un mito con cimientos de azúcar.
La otra, si quieres, ahórratela. No verás nada llamativo, excepto quizá uno o dos momentos.
Abrazos.
Querido ¿cómo interpreto ese NO entre corchetes?
Gracias por las escenas de romanticismo extremo. Ya sabes que colecciono en mi memoria declaraciones y escenas de amor cinematográficas. Cuando las historias encajan y están bien hechas son una auténtica gozada.
Besos
Hildy
Hombre, yo como soy un blando me gustan (especialmente la de Harry encontró a Sally, con ese «Te odio» fantástico, previo a la escena del sofá que cierra perfectamente -para mí- la película). No hay que olvidar que son películas, para tristes realidades ya tenemos el mundo real.
Si es que con el «It had to be you» de Sinatra e «Cuando Harry encontró a Salyy2 ya hay poco ás que decir. Qué maravilla. Recuerdo, no obstante, la versión de esa película que hizo Harry Connick Jr. del tema de Isham Jones y Gus Kahn. Es muy buena también. En cuanto a la escena de esta película, es muy bueno eso de que estén discutiendo mientras cambian de año. Aquí no podría suceder porque, mientras masticas las uvas no se pueden decir todas esas cosas.
La escena de «Desayuno con diamantes» es una belleza.
Un abrazo.
jajaja: ese anti-romanticismo combativo que pretendes lucir, Alfredo, no cuela, no cuela…. jajajaja….
Saludos.
Querida Hildy, digamos que la forma de interpretarlo es porque me ocurre exactamente lo contrario que a ti.
Pero es lo que pide el día, especialmente en unos tiempos tan convulsos como estos en los que lo feo manda.
Besos
Ay, Roberto, ya sabes cuánto te aprecio, pero estoy totalmente en desacuerdo con tu afirmación final. Para esperanzas y buenas intenciones, ya está la iglesia o la fe, o el autoengaño que uno se quiera buscar. El cine, como el arte, no puede disimular cómo es la vida; otra cosa es que nos dejemos engañar. Y generalmente no cuela.
Prefiero las que terminan mal, Marcos.
Un abrazo
Pues tendrá que colar, Josep. Es lo que hay.
Saludos.
¿Cupido cobra el paro? ¡Será capaz, el muy hijo de puta!
Creo que más bien anda prejubilado, amigo Raúl. Y con toda la paga…
A mí me gusta mucho la escena final de «Desayuno con Diamantes». No me cansaría de verla. Vale… admito que después de disfrutar como una voyeur de ese beso bajo la lluvia, siempre me da por pensar qué ocurrirá después con ellos, cuando se les apague la pasión y cada uno añore lo que sacrificó por estar con el otro. Holy se acordará con añoranza de sus correrías como chica sofisticada y Paul tal vez llore por la carrera literaria que no desarrolló. Pero eso sería otra película, no «Desayuno con Diamantes».
En cuanto a «Cuando Harry encontró a Sally», no me disgusta esa escena. Sólo me molesta cuando cambian la voz de Frank Sinatra por ese vals empalagoso que sale en todas las películas americanas. Por lo demás, resulta muy romántica. Y un poco de romanticismo viene bien de vez en cuando.
Besos
Este tipo de escenas, Carmen, que vale, que sí, que a veces no está mal dejarse llevar por ellas de vez en cuando, en realidad son la prueba de que para filmar ciencia ficción no hace falta irse al espacio…
Besos
Sabes lo que me gustan los finales felices y,si es posible,que pongan las cosas en su sitio.Pero el cine es el cine y no la vida real.Cuando he leído el título de,mis escenas(no)favoritas,me he reído.A mi el final de Desayuno me encanta por verla a ella feliz,la otra ni la he visto,ni creo que la vea,y la verdad,ni fu ni fa.Hoy es un día empalagoso ,nunca me han regalado nada ni he regalado tampoco.Ya que en otras cosas nos llevan como borregos,nos guste o no,en estos días señalados para quererse a la fuerza o celebrar algo porque así lo quieren los demás,me vuelvo como el «Sombrerero Loco».Me explico:igual que el celebraba el «NO»cumpleaños,me gusta celebrar la no navidad,el no día de San Valentín,el no día de la madre-padre,y así todo lo demás.Si estoy con mi familia feliz,cualquier día del año es navidad,si soy madre,lo soy todo el año,si estoy enamorada ,estoy todos los días y no porque lo diga El corte,Galerías o lo que sea.
Saludicos.
Bueno amigo Alfredo. Ya es día 15 de febrero, pasó el día del vino y de las rosas, ha llegado el día de los corredores de fondo para lo bueno y para lo malo. El día en que los creyentes y los escépticos saben que quieran o no aun tienen todo el camino por delante.
Bueno, Carmen, lo importante es que la gente sea feliz, y si necesitan que El Corte o quien sea les inventen la felicidad, pues que les aproveche.
Saludos
Y en eso no hay domingos ni festivos, amigo Larraz, por más que haya quienes fomenten las «vacaciones en el uso del cerebro…». O del corazón.
me guía una señal en el cielo
me guía una señal en mi piel
me guía la belleza de nuestras armas
primero conquistaremos Manhattam
después conquistaremos Berlín
Manhattan, Berlín… Demasiado grandes para mí. Me conformo con una baldosa (o dos) que pueda llamar mi casa.
Aprovecho para decir que la escena del fingimiento de orgasmo siempre me ha parecido una porquería, por no decir una mierda.
Dilo, dilo, Noe. Lo digno de esa escena es la señora que apostilla al final: «póngame lo mismo que a ella».
Desayuno con diamantes la vi después de leer la obra de Capote.Sabes que amo a Capote,bueno,su literatura,y me decepcionó bastante.Creo que el verdadero icono es la siempre maravillosa Hepburn y parte del éxito fue debido al tema Moon River.No sé lo que opinas al respecto,pero Mickey Rooney disfrazado de chino…
Cuando Harry encontró a Sally,sinceramente,no la he visto.Todavía ando con las obras de Neil Simon,ya sabes,La chica del adiós y todo eso.
Un fuerte abrazo.
Pues estamos de acuerdo. En favor de Capote digamos una cosa: él aborreció el personaje del chino. Digamos otra cosa, quizá en su contra: él quería a Marilyn y no a Audrey para el papel. Aparte de eso, Peppard es horrible, y sí, es la música y esa forma de enseñar Nueva York, aparte de la angelical cara de la Hepburn la que han hecho un mito con cimientos de azúcar.
La otra, si quieres, ahórratela. No verás nada llamativo, excepto quizá uno o dos momentos.
Abrazos.