Uno de los experimentos más divertidos en el planeta cine es imaginar delirantes propuestas de intertextualidad cinematográfica, esto es, qué resultaría de juntar de manera disparatada personajes o situaciones de películas diametralmente opuestas o imposibles de relacionar a priori y que sin embargo andan conectadas por algún fleco argumental subterráneo.
Por ejemplo, ¿qué pasaría si uniéramos en una comida a la joven Sally que interpreta Meg Ryan en Cuando Harry encontró a Sally, dirigida por Rob Reiner en 1989, y al Doctor Bernardo que incorpora John Carradine en Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar, película de Woody Allen de 1972? Una finge orgasmos durante la comida; el otro aprovecha el segundo plato para emitir incendiarios discursos sexológicos…
¡Qué bueno!. Yo creo que Billy Crystal tuvo que hacer muchos esfuerzos para no echarse a reír ante la facilidad que demuestra Meg Ryan para cambiar de registro y seguir comiendo después de semejante simulación de orgasmo. Y el comentario final de la señora diciendo «tomaré lo mismo que ella» es estupendo. Comparable al «tomaremos postre?» de Woody Allen. Una entrada para sonreír. Muy bueno.
En realidad, a mí lo que más me gusta de la escena es cuando él le pregunta: ¿estás bien? Por lo demás, odio a Meg Ryan y todo lo que representa.
Abrazos.
La de Harry y Sally no la he visto y me parece que lo voy a dejar así, porque esta escena sí la he visto en varias ocasiones y si a la primera divierte, uno acaba, como Marcos, encontrando lo más chistoso la prudente y sabia elección de la vecina de mesa.
La de Allen sí que la ví y, francamente, me pareció una lata: muy verde.
Saludos.
Recuerdo haber visto Cuando Harry encontró a Sally un par de veces, pocos años después de su estreno, y me pareció una comedia simpática, de visión agradable, pero no mucho más; no, desde luego, esa especie de icono de la comedia romántica en que devino no mucho después. Y lo de la escena de marras, venerada como uno de los grandes hitos de la historia del séptimo arte, pues francamente, más veces la veo, más me cuesta entenderlo. Pero, bueno, se supone que ésa es también la magia del cine… La de Allen hace tanto tiempo que, si no le echo una nueva mirada, ni flowers, que diría Forges…
Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
Déjala, Josep, porque es una majadería integral, exceptuando dos o tres réplicas de diálogo. La cosa se ha convertido en un lugar común más por costumbre que por contenido real.
En cuanto a Allen, era un trabajo previo a encontrar su estilo y la financiación para hacer lo que quería hacer, así que no se lo tomo en cuenta. Aparte de que el título de «su libro» me encanta.
Saludos.
Coincidimos de nuevo, Manuel. Stupendo, que también diría Forges…
Abrazos.