DOCTOR HACKENBUSH: ¿Ya has olvidado aquellas noches en la Riviera cuando los dos contemplábamos el cielo? Éramos jóvenes, alegres, inocentes. La noche en que bebí champaña en tu zapato – dos litros. Hubiera cabido más, pero llevabas plantillas. ¡Oh, Hildegarde! No es que me importe, pero, ¿dónde está tu marido?.
MRS. UPJOHN: ¡Ha muerto!
DOCTOR HACKENBUSH: Seguro que sólo es una excusa.
MRS. UPJOHN: Estuve con él hasta el final.
DOCTOR HACKENBUSH: No me extraña que falleciera.
MRS. UPJOHN.:Lo estreché entre mis brazos y lo besé.
DOCTOR HACKENBUSH: Entonces fue un asesinato. ¿Te casarías conmigo? ¿Te dejó mucho dinero? Responde primero a lo segundo.
MRS. UPJOHN: ¡Me dejó toda su fortuna!
DOCTOR HACKENBUSH: ¿No comprendes lo que intento decirte? Te amo. Pensarás que soy un sentimental, pero ¿te importaría darme un mechón de tu cabello?
MRS. UPJOHN: ¿Un mechón de mi cabello?
DOCTOR HACKENBUSH: Y no te quejes. Te iba a pedir toda la peluca. Cásate conmigo y tendremos nuestra propia familia.
MRS. UPJOHN.: Oh, sería maravilloso. Y dime, cariño, ¿tendríamos una bonita casa?
DOCTOR HACKENBUSH: Pues claro. No estarás pensando en mudarte…
MRS. UPJOHN: Temo que después de llevar algún tiempo casados, encuentres una mujer hermosa y te olvides de mí.
DOCTOR HACKENBUSH: No te olvidaré. Te escribiré todas las semanas.
A day at the races. Sam Wood (1937).
Una parte del diálogo me suena muchísimo a Sopa de ganso… ¿Puede ser?
Esta película aun no la he visto, espero verla pronto.
Saludos.
Pues sí, Tragapies, puede ser; los guiones de ambas películas, y en general de las mejores de su repertorio (las del intervalo 1930-1935), beben directamente de los guiones radiofónicos que Groucho y Chico interpretaron en las ondas norteamericanas desde finales de los años veinte. Las transcripciones de algunos de esos pasajes son casi idénticas a algunos de los gags que luego les hicieron célebres en la pantalla.
Saludos.
Ja, ja, ja…, esto sí que es romanticismo y lo demás son tonterías. Por favor, qué declaraciones las de Groucho a una alucinada pero siempre digna Dumont.
«No te olvidaré. Te escribiré todas las semanas»…, vamos sin palabras.
Besos
Hildy
¿Que haríamos sin Groucho? En cualquiera de esos días tontos que solemos tener, nada como reponerse una de estas pelis para elevar el espíritu. Deberían recetarlas los psiquiatras.
Qué maravilla…
A propósito de Groucho. Hace muy poquito que me partí la caja con esta misma escena y es que repusieron «Un día en las carreras» en una de estas cadenas nuevas que ya no recuerdo. Da igual las veces que la veas, siempre te hace reír de la misma manera. Un abrazo.
Sí, sí, Hildy, pero efectivas. Porque la buena señora bien que se deja querer, la picarona…
Besos
Buena pregunta, Noe: yo no sé que haría, la verdad. No es que lo considere uno de los más importantes filósofos del siglo XX, sino que para mí es un refugio inigualable de actitud positiva, buenrollismo y esperanza.
Pues eso, Roberto, como diría Sarita Montiel: «marvellooous».
Pues en inglés, Marcos, todavía mejor. Eso sí, un premio a quien osa subtitular semejante muestra de surrealismo verborreico y hacerlo con casi tanta gracia.
Un abrazo
Lo bueno del marxismo es que no cansa y, a pesar de saber o intuir cómo acabará la cosa, te mantienes pendiente y tenso hasta la carcajada final. Una maravilla.
Del traductor, ideas tengo, pero inexplicablemente pendientes de confirmar…
Un abrazo.
mientras leo el post con el Marx más cínico y te comento, por la radio canta Marisol: no se si podré soportar tantas emociones juntas…un abrazo
Bueno, Josep, siempre puedes preguntarle al Dr. Hackenbush, a ver si te orienta…
Un abrazo
Groucho y Marisol, amigo Dante: pareja imposible. He visto a gente ingresada por menos…
Abrazos.
Impagable, desde luego, compa Alfredo; está bien que nos vengas regalando últimamente con profusión diálogos de este pedazo de monstruo del humor, no es fácil encontrar textos que lo hilen más fno (y no por ello menos contundente).
Un abrazo y buen fin de semana.
Aún así, amigo Manuel, nada como escucharlo.
Abrazos.
¡Fantástico!.Me encanta esta peli,bueno ,me encanta Groucho.
Saludicos.
Yo lo tengo en casa, Carmen. Y no digo más…
Saludos
Un diálogo absolutamente memorable. Escuchado/leído docenas, tal vez centenares de veces mantiene intacta su frescura.
Resalto este fragmento:«La noche en que bebí champaña en tu zapato – dos litros. Hubiera cabido más, pero llevabas plantillas.»
😆
Que decir, Groucho era un genio.
Un genio muy zalamero que, a pesar de perlas como la que señalas, se lleva a la pobre Dumont al huerto. A la señora le iba la marcha.
Un personaje, Margaret Dumont, muy notable, y que merecería una semblanza.
Se han mezclado dos diálogos de dos películas de los Marx: Sopa de ganso y Un dia en las carreras. ¿No? Internet está lleno del mismo comentario, sin diferenciar las películas. Sí, escalones, sería interesante que se subrayaran las películas marxianas.
Un abrazo.
Por cierto, hay una película, de las primeras, que no se la alaba como se merece: «El conflicto de los Marx». Una continua sucesión de conversaciones inolvidables por cómicas. La de la redacción de la carta es sublime.
Otro abrazo.
Petrovsky: aquí sí hemos alabado esa película como merece. Y es que se lo merece, narices. Incluso pusimos la escena.
Un abrazo