Cerrado (casi) por vacaciones

Los 39escalones echan el cierre veraniego durante un par de meses. Pero la puerta, como siempre, se deja algo entreabierta para que por ella continúen saliendo de vez en cuando ecos (nunca mejor dicho esta vez) del cine de siempre. Como dirían los Gomaespuma, ¡atención, sordos!

Tras un sano y necesario periodo de reflexión para retomar fuerzas y replantear los contenidos escalón por escalón, volveremos en septiembre.

Feliz verano, queridos escalones.

Música para una banda sonora vital – Terminator 2: el juicio final

Bueno, pues visto lo visto, el afán recaudatorio de las secuelas y el gusto de James Cameron por llevárselo muerto trabajando lo menos posible, de final, nada. En 1991, este pseudodirector especializado en parábolas futuristas de contenido fascistoide e inspiración religiosa pasadas por reminiscencias de ciencia ficción clásica (aquí se juntan la parafernalia totalitaria, el mito mesiánico del salvador y los viajes en el tiempo marca H.G. Wells, todo con mucha explosión, mucho tiro y demás envoltorios presuntamente guays, modernos y espectaculares), dio a luz la segunda entrega. Vista con el paso de los años, de sus ínfulas de trascendencia no ha quedado más que la cacharrería pasada de moda, y el recuerdo menos malo de ésta, la menos mala de la serie, es el tema You could be mine, una potente descarga de rock duro comercial al servicio de las imágenes vertiginosamente violentas de esta crónica de muerte, venganza, chapa y pintura, obra de los Guns N’Roses, otrora célebre grupo de peludos hoy venido a menos que tiene en su haber el incorporar al que seguramente es el peor vocalista con la voz más desagradable de todos los tiempos.

Diálogos de celuloide – Soy un fugitivo

Estando lejos tenía la esperanza de volver y empezar una nueva vida, de ser libre. Y aquí estoy otra vez recibiendo órdenes. Siempre la rutina mecánica, aburrida, peor que el ejército. Y todos vosotros intentando dibujar el mapa de mi futuro acosándome, empujándome a que haga lo que creéis que es mejor para mí. ¿No se os ocurre que soy otro hombre, que he aprendido que la vida es más importante que una medalla en el pecho o un estúpido e insignificante empleo?

I am a fugitive from a chain gang. Mervyn LeRoy (1932).