Música para una banda sonora vital – Los cazafantasmas

Hace unos días que se ha «celebrado» esa mamarrachada llamada Halloween que el peor cine y la más pésima televisión norteamericanos han logrado extender y popularizar por todo el mundo para sustituir, al menos en nuestro país, todo un bagaje de tradiciones y expresiones culturales relacionadas con la fiesta de Todos los Santos y el Día de Difuntos (que mirándolos bien, también se las traen, pero que al menos no promueven la gilipuertez desinhibida).

El caso es que una de los recuerdos apelados con reiteración enfermiza ha sido para esta película dirigida por Ivan Reitman en 1984, de famosísima sintonía, por más que sea una mierda, y cuyo vídeo contiene algunos fragmentos de la película que muestran a las claras lo mal que ha envejecido con el paso del tiempo y de las tecnologías punta… Una prueba de lo peor de los ochenta, como se evidencia gracias a la caterva de individuos que realizan una aparición en el video-clip, todos, salvo honrosísimas excepciones (ahí están Peter Falk o Danny DeVito), productos de los ochenta que en su mayoría han pasado rápidamente al olvido, como Chevy Chase, John Candy (éstos por suerte), Irene Cara (¿por qué?), etc., etc…

15 comentarios sobre “Música para una banda sonora vital – Los cazafantasmas

  1. Bien es verdad que en la piel de toro nos hace falta bien poco para apuntamos a una fiesta, pero en el caso de Halloween está claro que llevamos la tira de años soportando una presión publicitaria para que «cale» dentro de nuestra tradición que es, cuando menos, patética, aunque parece que ha conseguido sus objetivos.

  2. Eso parece; ayuda el hecho de que a la gente, en general, el culto a la muerte no le va mucho, y todo lo que sea relativizar o ridiculizar… Eso sí, a la Semana Santa, que entre los cultos a la muerte es el número uno, de momento, no hay quien le meta mano.

  3. Halloween me horroriza porque tengo que soportarlo durante todo el año.Halloween me da miedo porque debo soportar todos los días del año a los zombis,a los vampiros y a los fantasmas de una realidad que cada vez se me antoja más irreal.Halloween en cada día para mí.365 días de alucinación,de miedo,de calles grises y vetustas,de hojarascas pisadas por muertos.Hoy,los cazafantasmas lo tendrían crudo.La banda sonora sonó y mucho cuando yo estaba haciendo la mili (más miedo).En el cuartel tenían sintonizada la emisora de los cuarenta principales de Valladolid y sonaba y sonaba la banda sonora de Los cazafantasmas.Yo me decía: A ver Bill Murray, Dan Aykroyd,¿qué podéis hacer en este lugar?.Luego entraba un capitán muy parecido a Danny DeVito y con una mala leche de la hostia.Era uno de esos chusqueros analfabetos de la vieja escuela franquista y nada reciclado y te ponía a parir: ¡Coño! ¡Cojones! y en ese plan.
    Sí,sonaba la banda sonora,amigo.Y te cuento todo esto porque en tu post he vuelto a escuchar esta canción después de tantos años y mi memoria,ay,tan proustiana…

    Un abrazo.

  4. Nunca había visto este video. Aún me estoy preguntando qué hace ahí Peter Falk. En fin, la música es pegadiza pero nada más. Espero que en nuestor país Halloween no desbanque a la tradición de siempre. Al menos, que convivan juntas. Hay una parte de las tradiciones en «El día de difuntos» que merecen todo mi respeto como es el leer o reresentar esa noche Don Juan Tenorio. Un abrazo, Alfredo.

  5. Por partes, compa Alfredo, como decía Jack el Destripador…

    Lo de Jalogüin supongo que es algo fácilmente vituperable (motivos no faltan…) y de lo que el que reniega, puede escapar… si no tiene un crío de nueve años (en cuyo caso, es Jalogüín sí o sí, como diría el famoso filósofo sevillano…).

    En cuanto a la coplilla, a mí hay canciones que me gustan, canciones que no me gustan, y canciones que me son indiferentes. Y, más allá de eso, hay cuatro ó cinco canciones (no muchas más, afortunadamente) que no soporto, que me ponen enfermo. Ésta es una de ellas…

    Un fuerte abrazo y buena tarde de domingo.

  6. Jopé, Francisco, no esperaba remover recuerdos tan terroríficos, o vivencias, según se mire. Es lo que tienen nuestros días: intentan convertirnos en críos, o si no, en zombis. La diferecia está en si consiguen o no que consumas, que sigas o no la corriente dominante.
    Siento haberte provocado tales efectos…
    Abrazos

    Marcos, el Tenorio apesta ya un poquitín a naftalina, ¿no te parece? Las tradiciones cambian, es verdad, y es inevitable, y el día de difuntos probablemente no es más que una copia, y seguramente vulgar, de alguna tradición anterior. La cuestión es que parece que vamos hacia atrás, como el «falso» cangrejo… (porque el de verdad anda de lado…).
    Abrazos

    Ja,ja,ja, Manuel, lo siento, quizá debería haberla puesto directamente en la tienda de los horrores… No tengo hijos de 9 años, pero sí una sobrina de 8 y otra de 3, casi 4…
    Abrazos

  7. Yo la tuve que ver en el cine por obligación obligada.Con niñas de nueve años era obligado,obligado…Obligación ,en este caso,al cuadrado.
    Todavía tenía que llegar «La bella y la bestia», etc,etc…
    Hala ,para que luego digan de las madres.
    Saludicos.

    Perfecta la definición de Halloween.»Gilipuertez desinhibida.

  8. No sé si me pareció más mala la película o la música, pero no dediqué a ambas más allá de un minuto de paciencia, y de eso hace ya muchos años…

    Lo del haloween ése ya sabes que lo deploro (por decir algo de forma elegante) y cuando veo gentes disfrazadas por estas fechas me pongo malito, malito, porque no te puedes imaginar, además, cuan horribles son los disfraces que veo por la calle: casi tanto como los caretos… ;->

    Un abrazo.

  9. No estuve este pasado fin de semana en ese macroevento llamado «Phenomena-the ultimate cinematic exxperiece» en el que se proyectó esta castaña navideña que es «Los cazafantasmas» Como me acuerdo de usted cunado la gente sobrevalora todo lo que se hizo en los 80, se hicieron cosas muy mediocres, aunque gracias a la inocencia del momento se hicieron cosas que ahora serían impensables.

  10. Bueno, igual era una etapa para ser atrevidos, no lo sé. Con mayor perspectiva podría entresacarse alguna explicación sociológica que ilustre el por qué se gastó tanto tiempo y tanto dinero en ciertas cosas; aunque me temo que la explicación es puramente cinematográfica y muy sencilla: la liquidación y sustitución de los intentos de crear un cine de autor en Estados Unidos y una nueva personalidad cinematográfica posteriores al fin del sistema de estudios por el fenómeno Lucas-Spielberg y sus múltiples variantes e imitadores, que en buena parte llega hasta hoy. Posiblemente los productores «en blanco y negro» quizá hubieran dado un brazo, si no los dos, por obtener las cuentas que consiguieron los estudios a partir de los setenta rebajando el nivel creativo e invirtiendo en publicidad y pirotecnia. La fábrica artesanal de sueños pasó a ser una factoría en serie.

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