Mis escenas favoritas – Matrimonio de conveniencia

La filmografía del australiano Peter Weir vale mucho la pena en su conjunto. Películas rentables y con buenas críticas vienen acompañadas de productos más comerciales, populares e irregulares, en una carrera cuyos altos (como La última ola, Gallípoli o El año que vivimos peligrosamente, las tres hechas en Australia) vienen compensados con algún que otro bajo, casi todos hechos en Hollywood. Es el caso de Matrimonio de conveniencia (Green card, 1990), cuya trama, muy previsible, está de vez en cuando sembrada de momentos estimables, como la secuencia del piano, con Depardieu machacando su curiosa música experimental…

14 comentarios sobre “Mis escenas favoritas – Matrimonio de conveniencia

  1. No sabes cómo me alegra, compa Alfredo, que reivindiques a un director como Weir, uno de esos que suelen ser calificados como artesanos y a cuya filmografía ya quisieran poder echarle la firma muchos de esos que pasan por ‘autores’ (?). Ésta, ciertamente, no es nada del otro jueves, pero sí es una propuesta simpática y resultona (la he visto varias veces, pero, por desgracia, ninguna de ellas en V.O., con lo cual me temo que me pierdo ahí un elemento cómico importante). Y lo guapa que luce Andie McDowell, todo hay que decirlo…

    Un fuerte abrazo y buen día.

  2. Es de justicia, amigo Manuel. A mí me gusta mucho más su filmografía australiana, especialmente «El año que vivimos peligrosamente», pero en sus películas de Hollywood también encontramos momentos muy válidos. Sin embargo, la que muchos aclaman como su mejor cinta, «Master & Commander», a mí me deja frío. O más bien me calienta, pero la animosidad contra ella. Y no por su factura, que me parece impecable, sino por su guión y por los protagonistas, que me parecen risibles.
    Abrazos

  3. Andie MacDowell no puede creer que la escena haya terminado tan bien. Es increible que de un Steinway puedan salir sonidos tan distintos dependiendo de quién lo toque. Imagino que Gerard Depardieu no toca realmente el piano en esta escena… Un abrazo.

  4. Esa ojeriza que le tienes a Master & Commander también vamos a tener que tratarla -en terapia sumaria- este fin de semana.
    Weir es un buen director. La peli que reseñas también es buena, pero se me hace que ha envejecido mal.

  5. Totalmente de acuerdo con este director que aprecio.No se si has visto Sin miedo a la vida.Le ocurre lo mismo que Matrimonio de conveniencia.Tiene partes que me parecen bastante interesantes.No hace mucho pude adquirir una rareza de Weir en DVD:todos sus cortometrajes de ciencia ficción realizados en Australia y me parecen buenísimos,tanto como la otra rareza que tengo del realizador,también australiano George Miller con todos sus cortos de ciencia ficción apocalípticos muy bien realizados,tanto o más que las últimas películas horteras que tenemos ahora en cartel como MEN IN BLACK 3 y todas esas gilipolleces.

    Un abrazo.

  6. … Ay hace nada volví a verla…

    Y sale mi vena romanticona ¡cómo la disfruté! Me encantó en el momento de su estreno y me volvió a gustar…
    La escena del piano es uno de esos momentos musicales que atesoro…

    Y Peter Weir es un director al que me une la memoria… Hace nada también volví a visitar ÚNICO TESTIGO y la disfruté de lo lindo. Tengo unida a mi adolescencia EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS, en el momento que la vi me influyó enormente el CARPE DIEM. Y Picnic en Haging Rock me hipnotiza… En fin que me hace pasar buenos momentos cinematográficos…

    Beso
    Hildy

  7. Ja,ja…Sí…Esta escena era de lo mejorcito (junto a la frase esa por la que le pillan: «Nunca consigo recordar esa respuesta» o algo parecido) de una peli previsible y un poco tonta (como bien señalas, Weir las tiene mucho mejores).
    Y aún tengo por ver desde hace no sé cuánto la de Picnic en Hanging Rock…a ver cuándo me pongo.
    Un saludo.

  8. No se lo que querido decir a Manuel, Marcos, pero Andie es lo más soso que hay en la pantalla. Y, sí, Depardieu, toca. No todo, pero cuando se le ve, es él. ¿Es que no lo ves? Porque anda que no hace bulto… Abrazos

    «Camino a la libertad» también es un patinazo, Raúl. Estoy acostumbrado a pelearme con gente que encuentra «Master & Commander» una obra maestra, así que la tengo muy trabajada.

    Ja,ja,ja, Paco, tú lo has dicho, gilipolleces. George Miller pegó un bajonazo importante. Peter Weir lo ha acusado menos, aunque también, Con todo, ha conseguido mantener el equilibrio, a grandes rasgos, entre un cine popular y a la vez muy personal.
    Abrazos

    Creo, al hilo de lo que dices tú y también en otros comentarios anteriores, mi querida Hildy, que el problema del cine de Weir es que envejece «peligrosamente». Y si no, al tiempo.
    Besos

    Y no dejarse, David, «La última ola», no dejársela.
    Saludos.

  9. Camino a la libertad es, sencillamente un churro.
    En cuanto a tu bravuconada con respecto a lo ducho que estás en las refriegas marineras: ¿me estás desafiando, grandullón?

  10. No es un desafío, chavalote, sino más bien la costumbre de que, en cuanto se ponen cuatro o cinco objeciones básicas a la película, el 99% del personal suele terminar diciendo: «pues es verdad».

  11. Esta película la ví a medias en la tele; a medias porque me aburrió tanto que me quedé dormido; no sé si porque el guión es previsible, si porque no me creo a los personajes o si porque el aussi no le pone la garra que usa en otras ocasiones: es curiosa la cagalera que les agarra a algunos directores a la que pisan hollywood, que empiezan a filmar de otro modo al que les dió la fama…

    Un abrazo.

  12. Creo que esta película es lo que queda de una «screwball comedy» clásica si le quitas el humor, el ritmo y los personajes enloquecidos. La convirtieron en una comedia romántica, y la fastidiaron.
    En cuanto a los directores, muchas veces llegan a Hollywood de la mano directa de los estudios, y lo primero que se les ocurre, en vez de darles dinero para que hagan una película personal, es endilgarles algún proyecto de estudio, algún guión prediseñado para ellos o cualquier otro papel mojado. Suele ser algo habitual. Almodóvar, que estuvo a punto de caer, se salvó por los pelos.
    Un abrazo

    He de decir, Roberto, que soy un absoluto compositor experimental. De hecho, estas cosas son las únicas que yo sé tocar…

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