12 comentarios sobre “Música para una banda sonora vital – El año que vivimos peligrosamente

  1. Cómo me ha gustado. Esta película además tiene momentos para no olvidar… Vangelis, la verdad, es que ha dejado bandas sonoras míticas… pero una de las más bonitas para mí es la que compuso para MISSING.
    Besos veraniegos
    Hildy

  2. Reivindico esta preciosa película en todos los sentidos:su banda sonora.Peter Weir dirige con mano maestra.La Weaver nunca estuvo mejor que en esta secuencia bajo la lluvia.Mel,posiblemente,su mejor papel cinematográfico,y,sobre todo Linda Hunt.Vi la película en el momento de su estreno y creí que era un hombre hasta que le concedieron el merecido Oscar y me quedé de piedra.Otro brindis para todos los secundarios;el gordo gay y el otro tipo que fue amigo de Woody en Manhattan y aquí le llaman las prostituas del cementerio «el de la porra gorda».La fotografía.El guión y sobre todo sus exteriores mágicos en donde oímos el quejido del bambú.El calor y la humedad.Lástima que esta película no se pueda volver a ver en su formato original.

    Un abrazo.

  3. Pues sí, mi querida Hildy; curiosamente, la que menos soporto yo es «Carros de fuego», excepto cuando interviene Mr. Bean.
    Besos

    Efectivamente, Paco, la banda sonora, en sentido amplio (normalmente nos referimos a ella en relación con la música, pero ésta solo es una de las cuatro partes que la componen), es uno de los mayores alicientes y uno de los grandes aciertos de la película. Su sonido, su utilización, la mezcla de sonidos naturales con la música, las palabras, el chapoteo del agua, el zumbido de los ventiladores, el golpeo de las máquinas de escribir y los teletipos…
    Abrazos

  4. Pues sí, Raúl, el amigo Weir tiene una carrera más que digna, salvo «momentitos». Pero, ¿quién lo culparía por eso viendo lo que se ve hoy?

    Grande, en efecto; no como Demis Russos, o como se escriba, pero casi casi…

  5. Amigo, Alfredo. Gran film de uno de los salvables de estos últimos 25 años. El, a veces, irregular P. Weir. Cuando se gusta, lo borda. Y, en este film donde se conjuga el periodismo con la política—el hecho histórico de la caída de Sukarno— la intriga y el drama se convierte en clásico. Brillan M. Gibson y una sensual S. Weaver, que se convirtieron en iconos sexuales de la época. Vangelis, mucho Vangelis. Un abrazo

  6. Una peli que me encanta, compa Alfredo, por lo sabiamente que combina una historia romántica convencional (y lo bien conjuntada que resulta esa hermosa parejita, el Gibson y la Weaver, en el esplendor de su gloria…) con un trasfondo político y social muy discreta y atinadamente retratado. La tensión sexual se palpa en cada momento, y la humedad lo impregna todo. Eso sí, después llega el pope de turno y habla del artesano Weir. En fin…

    Un fuerte abrazo y feliz verano.

  7. Citas una expresión, esa de «artesano», que me sabe a cuerno quemado. Como si los directores modestos, o menos afortunados, no incluyeran referencias, temáticas, puntos de vista y técnicas propias, incluso en sus productos menos reseñables, y los grandes directores, incluidos absolutamente todos, no hubieran tenido que hacer en algún momento una película con el piloto automático. La edad de las etiquetas, vivimos, amigo Manuel. Qué peligro.
    Bueno, las etiquetas, y la «cultura del ranking», que nos lleva a la ruina moral y, seguramente, a la económica y social.
    Abrazos

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