Valga esta secuencia musical de Pesadilla ante de Navidad (The nightmare before Christmas, Henry Selick, 1993) titulada Esto es Halloween para conmemorar, cinematográficamente hablando, el día de Todos los Santos, fiesta que, acompañada del Día de Difuntos, antaño excusa para el tétrico y siniestro culto cristiano a la muerte, parte de su repertorio para el oscurantismo con el que ha fomentado la intimidación y la manipulación de los seres humanos, está siendo sustituida por la arrolladora máquina mercadotécnica de la mamarrachada esa de Halloween, antigua festividad celta convertida hoy en día en orgía del consumismo más chabacano y entontecedor. A ello ha contribuido decisivamente el cine yanqui, y con él el sobrevaloradísimo Tim Burton, productor de esta película, de lo mejorcito que ha salido de sus garras y su pelo alborotado.