Vidas de película – Sam Spiegel

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Sam Spiegel es una de las figuras más importantes, interesantes y atractivas de la producción de películas durante el periodo clásico, otro de los sinónimos de «productor total», en la estela de los Selznick, Cohn, Thalberg, Zanuck y compañía. Nacido en Jaroslaw, ciudad actualmente perteneciente a Polonia pero parte del Imperio Austrohúngaro en el momento de su nacimiento, 1901, creció en un ambiente académico (su hermano llegó a ser profesor de literatura medieval hebrea) y desde muy pronto mostró su atracción por el mundo del espectáculo. Tras un primer breve periplo en Hollywood, en 1927, y su paso por Palestina, se instaló en Berlín para dedicarse a la adaptación europea de diversas producciones de los estudios Universal. Tras coproducir abundantes filmes en Alemania y Francia, huyó de los nazis, como tantos otros, en 1933 y, tras pasar cinco años en México, se instaló definitivamente en Estados Unidos en 1938.

Una de sus primeras producciones americanas fue nada menos que El extraño (The stranger, Orson Welles, 1946). Su mejor etapa, sin embargo, son los años cincuenta, en los que destacan La ley del silencio (On the waterfront, 1954), con Elia Kazan en la dirección, La reina de África (The African queen, 1954), dirigida por John Huston, junto con el que Spiegel fundaría Horizon Pictures, El puente sobre el río Kwai (The bridge on the river Kwai, 1957), inicio de su exitosa colaboración con David Lean, y De repente, el último verano (Suddenly, last summer, 1959), realizada por Joseph L. Mankiewicz. Con Lean volvería a unir fuerzas en Lawrence de Arabia (1962). Otra película importante de los sesenta producida por Spiegel es La jauría humana (The chase, Arthur Penn, 1966).

Sam Spiegel, que sólo se casó una vez (cosa rara en Hollywood), con la actriz Lynn Baggett, falleció el 31 de diciembre de 1985.

5 comentarios sobre “Vidas de película – Sam Spiegel

  1. Un tipo importante,amigo Alfredo. A mí ya no me entusiasma tanto La ley del silencio, volví a verla hace poco y creo que ha envejecido bastante,incluso la interpretación de Brando que tanto dio que hablar en su momento,pero creo que las películas hay que verlas siempre desde su contexto,porque sino.El puento sobre el río Kwai es otra que me entusiasme menos,no obstante me emocionó cuando era adolescente.Ese silbido lo llevaba a todas partes.Ahora La jauría humana sigue siendo para mí una película espectacular. Bueno,lo dejamos para el sábado.

    Abrazos

  2. Pero ¡qué cambio más alucinante y llamativo! Al principio he dicho: ¿Donde están mis 39 escalones…? y luego he respirado tranquila: un cambio de look, que nunca viene mal.
    Y sigues con tu maravillosa serie de Vidas de película. Y yo a este productor siempre le tendré gran cariño porque estuvo detrás de una de mis películas favoritas, LA LEY
    DEL SILENCIO de Elia Kazan.
    Besos
    Hildy

  3. Pues fíjate, Francisco, que «La jauría humana» va ganando enteros con el tiempo, mientras que, en efecto, las otras dos quedan un poco «fosilizada», en el primer caso, o «superada», en el segundo. Pero «La jauría humana», muy denostada en su día, hoy crece por momentos.
    Abrazos
    PD: lo de la estética, ya sabes, nos adecuamos a los nuevos tiempos: la muerte del celuloide

    Pues ya sabes, mi querida Hildy, que el celuloide desaparece definitivamente en 2015, de ahí que yo lo haya jubilado antes de hora, para adelantarme al duelo. Lo peor es que la lista de enlaces para hacer «clic» ya no sale…
    Spiegel es una figura fundamental, un superviviente nato, de la vida y de la producción de películas.
    Besos con silenciador

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