Y el cine empezó a hablar… Aunque lo único que estaba previsto es que empezara a cantar (y a silbar), y fueron unas palabras de Al Jolson no incluidas de inicio en el plan de rodaje, pero de lo más acertadas (aguarden un momento, todavía no han oído nada), las que constituyen el primer diálogo de la historia del cine.
¿Sabes lo que vi el otro día? ¡Un musical mudo! Y del mismo año que El cantor de Jazz. Se ve que el cine se moría por hablar… Se trata de La locura de París donde se muestran los números musicales más famosos del Moulin Rouge, el Palace y el Folies Bergère. Así que además se convierte también en un documento de la época.
En dos de sus números aparece la famosa Josephine Baker, mujer de interesante biografía. Se nota que en esos años el código Hays no existía pues los números salen tal cual eran, si las chicas iban ligerillas de ropa así aparecen y también en los camerinos.
Además hay un corto picantón en el dvd que se llamaba Le Pompier des Folies Bergère (El bombero del Folies Bergère) del año 1928… sobre un bombero que acaba de ver a las chicas de Folies… y en la calle todas las mujeres y los hombres se le aparecen como las bailarinas desnudas del espectáculo… Ahí también sale la Baker. Muy pero que muy curiosos ambos documentos cinematográficos.
Besos
Hildy
Conozco las obras que citas, y he visto algún fragmento, pero ni mucho menos enteras.
Al hilo de los musicales sin música, es cierto que en el primer cine español mudo abundaban las adaptaciones de famosas zarzuelas, canciones incluidas, a pesar de carecer de sonido. La gente iba a las salas en plan verbena, y aunque en según qué sitios había orquestas para interpretar en directo la música que aparecía en las cintas, donde no llegaba el presupuesto la gente cantaba o bailaba lo que veía. La que se debía montar…
El otro día hablaba con una buena gente de que, lo mismo que la vida, poco a poco, vuelve a la caverna, si no al árbol, el cine retorna a su origen de barraca de feria.
Besos
El mítico «cantante mudo», Al Jolson. En su capacidad gestual para transmitir las palabras, aún con sonido, se notaba de que época venía. Cómo cambió a partir de ahí la manera de cantar, todo el fenómeno «croon». Llegaron Cab Calloway, aunque ya actuaba por aquella época en el Cotton Club y después Bing Crosby…y luego el otro del que hablaremos en pocos días. Viendo a Al Jolson parece que pasó mucho tiempo pero realmente es justo ayer. Eso sí, cuando Al se pinta de negro la cara, no puedo evitar pensar en aquellos cantantes que no necesitaban pintarse la cara para ser ninguneados por pura cuestión racial. Y me remito de nuevo al Cotton Club. Solo los blancos podían entrar a ver el espectáculo donde actuaban negros. Saludos y hasta pronto!
Un cantante mudo o un judío negro. La magia del cine, se supone…
Abrazos