No te lo vas a creer, amigo mío, pera acabamos de venir de un restaurante chino, sí, hemos reservado una mesa para esta noche. El capital no llega para más, pero puede estar bien. Ay, recuerdo esas escenas de El apartamento con la Shirley MacLaine y Fred MacMurray. Espero que no ocurra lo mismo, claro. La chinita camarera nos ha dicho si queremos bolsa de cotillón y yo me he negado rotundamente. Con mi nariz tengo más que suficiente. Ay, Kitano debería estar hoy aquí para filmarnos.
La cosa fue como para escribir unas crónicas, amigo. La situación, lejos de un Billy Wilder y más cerca de los hermanos Marx y Buñuel con unas gotas de Berlanga. Había un chino encargado de llevar la comida a domicilio en moto. Llevaba un pasamontañas (por el frío) y el casco; pues bien, cada vez que entraba echaba una mano para servir las mesas, pero ¡con el casco puesto! Me sentía como si estuviese en la luna. Luego vino las doce campanadas, pero nada del reloj de La puerta del sol, no. había un chino gordo que tocaba el Gong, que por cierto, se perdió en el número ocho y acabó tocando catorce veces, pero nadie se dio cuenta. Luego vino el baile (el restaurante no tenía pista de baile) entonces salieron unos chinos de la nada y empezaron a recoger las mesas (en algunas todavía estaban comiendo), me hicieron recordar a Harpo y Chico en Una noche en Casablanca cuando hacen su agosto agrupando las mesas del Casino. ¿Y la música? El mismo chino del casco programó un portátil para que sonara toda la noche ¡la radio! Luego se iba a repartir el pollo con almendras en su moto. Volvía y revisaba el portátil y volvía a irse con una bolsa de arroz a las tres delicias, y así, toda la noche. En fin, paro ya porque esto se alargaría demasiado. Por otro lado, no me arrepiento, porque empezar así el año me parece genial; el prólogo de lo que viene.
Abrazos
PD: En el sobrecito de las galletas con el té que vaticina el futuro me decía: «Será tu año de suerte. Tendrás un hijo, te comprarás una casa y te sobrará tiempo para cambiar los neumáticos del coche.»
¡¡Genial!! ¿Vas a comprarte coche…? Te advierto que sale todavía más caro que un hijo… Mira, me has recordado un desternillante diálogo que he usado para cierto escrito (impreso queda enorme, por eso no te lo he enviado todavía) proveniente de «Plumas de caballo», en el que Groucho y Chico hablan del coche, del chófer y de ir al trabajo.
En fin, un chino con casco es una de mis peores pesadillas…
Abrazos
Para quien asegura tener dos pies izquierdos y poca inclinación para la danza, esa escena puede significar, quizás, una promesa de cambio para el año que se nos viene encima y también una alegoría de los pisotones recibidos durante este que abandonamos, prestos y ahítos.
Como sea, feliz año nuevo, Alfredo.
Un abrazo.
Ay, Josep, la reserva de pisotones me temo que no se agota en un año… En fin, taconearemos sobre las penas siempre que sea posible.
Abrazos, y feliz año.
No te lo vas a creer, amigo mío, pera acabamos de venir de un restaurante chino, sí, hemos reservado una mesa para esta noche. El capital no llega para más, pero puede estar bien. Ay, recuerdo esas escenas de El apartamento con la Shirley MacLaine y Fred MacMurray. Espero que no ocurra lo mismo, claro. La chinita camarera nos ha dicho si queremos bolsa de cotillón y yo me he negado rotundamente. Con mi nariz tengo más que suficiente. Ay, Kitano debería estar hoy aquí para filmarnos.
Buena entrada de año, amigo.
Abrazos
Espero que fuera bien la cena. Los rollitos, sobre todo si son de primavera, en fin de año pueden ser contraproducentes…
Abrazos
La cosa fue como para escribir unas crónicas, amigo. La situación, lejos de un Billy Wilder y más cerca de los hermanos Marx y Buñuel con unas gotas de Berlanga. Había un chino encargado de llevar la comida a domicilio en moto. Llevaba un pasamontañas (por el frío) y el casco; pues bien, cada vez que entraba echaba una mano para servir las mesas, pero ¡con el casco puesto! Me sentía como si estuviese en la luna. Luego vino las doce campanadas, pero nada del reloj de La puerta del sol, no. había un chino gordo que tocaba el Gong, que por cierto, se perdió en el número ocho y acabó tocando catorce veces, pero nadie se dio cuenta. Luego vino el baile (el restaurante no tenía pista de baile) entonces salieron unos chinos de la nada y empezaron a recoger las mesas (en algunas todavía estaban comiendo), me hicieron recordar a Harpo y Chico en Una noche en Casablanca cuando hacen su agosto agrupando las mesas del Casino. ¿Y la música? El mismo chino del casco programó un portátil para que sonara toda la noche ¡la radio! Luego se iba a repartir el pollo con almendras en su moto. Volvía y revisaba el portátil y volvía a irse con una bolsa de arroz a las tres delicias, y así, toda la noche. En fin, paro ya porque esto se alargaría demasiado. Por otro lado, no me arrepiento, porque empezar así el año me parece genial; el prólogo de lo que viene.
Abrazos
PD: En el sobrecito de las galletas con el té que vaticina el futuro me decía: «Será tu año de suerte. Tendrás un hijo, te comprarás una casa y te sobrará tiempo para cambiar los neumáticos del coche.»
¡¡Genial!! ¿Vas a comprarte coche…? Te advierto que sale todavía más caro que un hijo… Mira, me has recordado un desternillante diálogo que he usado para cierto escrito (impreso queda enorme, por eso no te lo he enviado todavía) proveniente de «Plumas de caballo», en el que Groucho y Chico hablan del coche, del chófer y de ir al trabajo.
En fin, un chino con casco es una de mis peores pesadillas…
Abrazos
Para quien asegura tener dos pies izquierdos y poca inclinación para la danza, esa escena puede significar, quizás, una promesa de cambio para el año que se nos viene encima y también una alegoría de los pisotones recibidos durante este que abandonamos, prestos y ahítos.
Como sea, feliz año nuevo, Alfredo.
Un abrazo.
Ay, Josep, la reserva de pisotones me temo que no se agota en un año… En fin, taconearemos sobre las penas siempre que sea posible.
Abrazos, y feliz año.
Feliz año, amigo y mis mejores deseos para la niña bonita, el 15
Sí, pero la niña bonita con un 20 delante, ya no sé si es tan bonita… De momento seguimos aquí. Solo ha pasado un día.
Abrazos
Feliz año nuevo amigo!! De vez en cuando nos seguimos pasando por aquí.
Me alegro…!!
Feliz 15. Que nos sigamos encontrando.