El célebre Michael Nyman compuso para esta película de Peter Greenaway (una de las más asequibles y menos petulantes y egocéntricas de su desquiciante filmografía) una de sus más memorables piezas, Chasing sheep is best left to shepherds, a su vez inspirada en una obra del músico barroco británico Henry Purcell. Clasicismo puro para una intriga de época que toma el dibujo como vehículo para hacernos reflexionar sobre las distintas perspectivas con que los ojos humanos interpretan el mundo a su alrededor.
Es cierto, ese tipo llamado Greenaway es más aburrido que los discursos de Oriol Junqueras, que ya es decir. No soporto su cine porque al cine no se debe ir a roncar, como mucho, ver la película o meter mano a la novia, pero nunca para ponerse a roncar. Como bien dices: «petulantes y egocéntricas de su desquiciante filmografía», además de ir de salvador. Una vez leí una extensa entrevista (lástima que no la conserve) en donde seguía aburriendo, pero lo más chocante es que despotricaba de Casablanca, del cine de Fritz Lang, del gordo Hitch, de Ford, etc. Decía que había que olvidar todo ese cine y ponerse los párpados como Malcolm McDowel en La naranja mecánica y ver ese experimento-aborto que realizó por internet llamado, me parece, Una maleta, dos maletas, tres maletas, o me equivoco, me parece que la que menciono es de Louis de Funès, yo qué sé. Solo vi una enterita titulada El vientre del arquitecto en casa de unos amigos un tanto pedantes. ¿A dónde vas Paco? Me dijeron. Bueno, con tanto vientre me han dado ganas de…
No hace mucho me regalaron La historia del cine: una odisea, en dvd creada por el crítico irlandés Mark Cousins. Es una serie insoportable de 15 capítulos y 900 minutos de pájaras mentales. Fíjate lo que afirma: Según él el actor más famoso que ha existido es un indio, que Casablanca es demasiado romántica para ser un clásico y que el cine japonés es el mejor que se ha realizado. Y puedo admitir que sus ídolos sean Godard, Antonioni, Leone, Tsai Ming-liang, el cine senegalés e iraní, y así. Que los impostores modernos, los esnobs y los frikis se lo monten como quieran. Pero que en una historia del cine no le dé tanta relevancia a Wilder, Lubitsch, Ford, Mankiewicz, Lang, Rossellini y tantos otros es algo peor que un error o una estafa. Es una idiotez.
Ya me voy, amigo.
Un fuerte abrazo.
Greenaway es ese tipo que lleva diciendo décadas que el cine ha muerto. Y parece ser que es así, sólo que si haces caso a Greenaway, a la vista de lo que dices, es que además el cine no ha nacido. O, resumiendo: que el cine empieza y termina con él. Lo cual es ya el colmo del ombliguismo. Luego ves sus películas y piensas: «¿este tipo de qué va?»
Conozco la serie que comentas: vi dos capítulos, y no más. No sé, estos eruditos del «lenguaje audiovisual» se olvidan de la emoción cuando hablan de cine. ¿Cómo pueden atreverse a tal cosa? Pues porque utilizan la perspectiva «académica», como sucede en la universidad con los estudios de literatura (eso me lo conozco de cerca). Por eso terminan siendo fósiles, nadie les hace caso, viven al margen de la sociedad, y la gente no les concede el más mínimo reconocimiento.
Abrazos, amigo
Pues yo no sé que qué va el fotograma, pero visualmente, es hermoso. ME parece.
Hay que reconocer que Greenaway es un gran esteticista, y que borda la composición de planos, el tratamiento visual. En sus películas hay estampas hermosas de verdad. Otra cosa es el contenido al que van ligadas…
Es un artista que combina a la perfección en su obra lo que es ,cine,teatro y pintura.
Y junto a la música de Nyman forman un equipo insuperable . fusión perfecta de cine y arte pictórico musical.Hasta ahora inusual en cine; y con la llegada de este pedazo de director se ha creado un nuevo enfoque cinematográfico.
Muy generoso te veo, Anónimo. Sobre el papel, en el plano teórico, tal vez sea así. Pero que su ejecución implica un ego descomunal, y que comúnmente consigue aburrir a las ovejas, por no hablar sobre sus excéntricas y absurdas opiniones sobre el medio cinematográfico, también es indiscutible.