Uno de los elementos más celebrados de esta cinta bélica dirigida en 1961 por el irregular J. Lee Thompson, con guión de Carl Foreman a partir de una novela de Alistair MacLean, es la inolvidable música compuesta por Dimitri Tiomkin, que de algún modo conecta las melodías tradicionales griegas con la aventura y el ardor guerrero de la épica militar.
Pues mi querido Alfredo no he visto mucho de J. Lee Thompson. Los cañones es una película que siempre me da pereza, y no sabría explicar el porqué, cuando además tiene un montón de actores que adoro. Quizá sus cambios bruscos de ritmo.
Del director me hace mucha gracia Ella y sus maridos, siento gran cariño por Taras Bulba y me gusta El cabo del terror.
Beso
Hildy
Pues ni te acerques a las que hizo con Chuck Norris, je,je,je… Yo creo que a la película le perjudica que tanto en televisión como en distintas ediciones de VHS y DVD para consumo doméstico no se respeta el formato visual. En fin, que no te dé pereza, mujer, que se lo pasa uno muy bien…
Besos
Es cierto, las reposiciones por la tele no hacen justicia, sobre todo a esas películas en color de los años cincuenta y sesenta. El color original va desapareciendo, además de ser interrumpidas constantemente por la publicidad, etc. Yo pude verla en el cine de niño con todo su esplendor y es una película que me sigue gustando por el puro placer de la aventura, si añadimos a ese elenco de actores. Tiomkin es uno de los grandes. Si tienes un buen equipo de música y una buena colección de bandas sonoras y el gusto de escucharlas, esa música engrandece el cine, o la vida. Y, ay, el viejo J. Lee Thompson. Creo que merecería todo un artículo, además de ser muy divertido el momento de su redacción. Este director, más que irregular, yo diría que fue vertiginoso como una montaña rusa de un parque de segunda. Tiene filmes interesantes, otros que son menos conocidos que merecería un repaso, y otros que son la leche. La de Norris; El templo de oro, es para descojonarse, y no hay que olvidar que este director le salvó la vida a Charles Bronson por allá los ochenta, haciendo una buena cantidad de películas donde las historias se repitían como el ajo: “Me han matado a la familia. Criminales; lo tenéis ahora clarito conmigo”. Las pelis de aventura del viejo Thompson no se sostienen, a excepción de Los cañones de Peperoni (es mucho peor Fuerza 10 de Peperoni). Recuerda Las minas del rey Salomón (hablamos el otro día de ella con unas buenas risas), o El oro de Mackenna, ya ves para Los cañones… la música de Tiomkin, para El oro… José Feliciano. No sé cómo pudo ver la película el hombre para ponerle música, en fin, le pasó lo mismo a Steve Wonder con La mujer de rojo. Ay, el viejo Thompson, ya ni te cuento nada sobre la Batalla en el planeta de los simios y La rebelión de los simios, pero lo que te digo, amigo, tiene otras menos conocidas que no están tan mal, además de contar con estupendo actores y actrices.
Yo emparejo a este hombre con John Guillermin, pero Thompson es un pelín mejor.
Un fuerte abrazo.
Yo añadiría a la lista a John Frankenheimer. De su obra, lo bueno es muy bueno, pero lo malo… Ay, lo malo…
De El oro de MacKenna tenía mejor recuerdo de cuando era chaval (de Telly Savalas, sobre todo: ¿quién iba a pensar que un griego y un egipcio coincidieran en un western?), pero cuando la volví a ver, uf, con Feliciano cantando «Butre, butre», que yo pensaba que era una alabanza de Butragueño, el del Madrid…
Y sí, el peperoni puede ser un cañonazo en los bajos…
Abrazos