Merecido recuerdo a uno de los más grandes compositores del cine, Miklós Rózsa (1907-1995). El músico húngaro se ubica dentro de la tradición postromántica, con un desbordante poder melódico, contrapuntístico y cromático propio de la tradición musical húngara de compositores como Béla Bartók o Zoltán Kodály, a lo que se une una suntuosa orquestación de pompa y fanfarria al más puro estilo wagneriano. Es la influencia de Wagner la que condiciona su forma de abordar la música cinematográfica: uso del leitmotiv para personajes y situaciones, y de la melodía continua. En el cine compuso música para Alfred Hitchcock, William Wyler, Michael Powell, Richard Thorpe, Joseph L. Mankiewicz, Fritz Lang, Mervyn LeRoy, George Sidney, Billy Wilder o Anthony Mann. A continuación, algunas de sus más características partituras, una detrás de otra y sin cortes publicitarios.
Este músico lo tengo incluido en mi colección de bandas sonoras. Mira, muchas mañana pongo en mi equipo de música un cd de la banda sonora que me apetece en ese momento. Te puedo jurar que hasta el café me sienta mejor. No sé, el otro día con toda esa mierda del fútbol, los petardos, los perros y los niños no tuve más remedio que ponerme la banda sonora de La gran evasión. ¿Qué tenían aquellos compositores? Ahora introducen una canción para los títulos de créditos finales, o peor aún, introducen muchos temas ya conocidos que duran un par de segundos. Creo que en una de las partes de Spiderman introducen la canción Raindrops Keep Fallin’on My Head de Dos hombres y un destino, cuando el imberbe camina por la calle con muy buen rollo.
Abrazos
Mira, pues no conocía ese dato de Spiderman, pero ya me parece suficiente para echar la pota…
Aquella música, aquellos músicos, poseían la capacidad de evocar. Su música tiene tanto poder que de inmediato visitas la película con los ojos de la memoria en cuanto escuchas una melodía o reconoces un acorde, y al mismo tiempo las imágenes, una fotografía, son indisolubles de la música que tú sabes que los acompaña. Quizá esa es la clave, el acompañamiento. En general, el gran cine de antaño poseía piezas musicales con un valor musical autónomo; hoy, en la gran mayoría, se trata de meros acompañamientos, o de exaltación de la cacharrería, según el caso.
Abrazos