6 comentarios sobre “Hollywood prohibido (pre-code)”
Todo lo que nos ha dejado en cine durante su corta vida da para trabajar en ello durante siglos. Su historia, su imposible historia nos hará estudiar, revisar, reflexionar, pensar, rescatar, imaginar y recordar todo un mundo oficial y no oficial sobre ese arte que se recoge (o recogía) en un rollo de celuloide). Joder, y pensar que han desaparecido miles y miles de latas descompuestas por el polvo de nitrato da escalofríos, amigo. Poseo una lista oficial de películas que ya no tienen su negativo, lo cual quiere decir que jamás se volverán a ver en una pantalla. La lista solo se puede leer cuando estás muy cabreado con el mundo y te da igual que desaparezca todo él, pero si la lees cuando tienes la sensibilidad a flor de piel o cuando crees que aquella chica te da la posibilidad que salgas con ella a tomar una copa y te prometa amor pero sin bodas, hijos, hipotecas, coches y comidas con su familia, es entonces cuando el varapalo pega fuerte.
Con prohibición o sin ella el cine avanzaba imperturbable hacia las pantallas de cualquier rincón del mundo. Hoy, lo prohibido es hacer buenas películas. ¿Y las obligaciones? Vete a un centro comercial con doce o veinte salas de cine. Observa, simplemente observa. Es entonces cuando a uno le sale el gran censor que lleva dentro: prohibir hacer esa clase de cine, los cartelones como armarios y rebajar el hedor de las palomitas que lo impregna todo. En esas condiciones ya no te crees ni de que te salga esa clase de chica inexistente.
Ay, Paco… El cine -y el amor de las chicas, o de ciertas chicas…- nace y muere con la ilusión. Vivimos en un mundo sin ilusión, y lo que es peor, que no sabe ya reconocerla ni apreciarla, todo devorado por las magnitudes cuantificables, la falsa equiparación entre el «más» y el «mejor». Qué horror de mundo, qué horror… Te cuento que cuando era más joven pensaba que daba pena morirse, aunque fuera de muy muy viejecito, por la cantidad de cosas que uno se iba a dejar aquí, libros que se escribirían y películas que se harían. Hoy ya no pienso eso, ni que decir tiene.
Interesante y exhaustivo informe. Me recuerda lo de la ficción pulp. spicy stories, que también fueron reguladas por un código. Gente que no tiene nada mejor que hacer.
Lo del antiheroe, lo del criminal más simpático que la ley, es algo que ha sobrevivido.
Bueno, aunque en este caso sea producto de la época, la censura y la autocensura, con código explícito o no, es algo vivo y presente. Ahora mismo Hollywood se censura tanto o más que entonces, aunque no haya Código, y sobre la base de planteamientos tanto o más peregrinos. Empezando por la censura económica, sin ir más lejos.
Todo lo que nos ha dejado en cine durante su corta vida da para trabajar en ello durante siglos. Su historia, su imposible historia nos hará estudiar, revisar, reflexionar, pensar, rescatar, imaginar y recordar todo un mundo oficial y no oficial sobre ese arte que se recoge (o recogía) en un rollo de celuloide). Joder, y pensar que han desaparecido miles y miles de latas descompuestas por el polvo de nitrato da escalofríos, amigo. Poseo una lista oficial de películas que ya no tienen su negativo, lo cual quiere decir que jamás se volverán a ver en una pantalla. La lista solo se puede leer cuando estás muy cabreado con el mundo y te da igual que desaparezca todo él, pero si la lees cuando tienes la sensibilidad a flor de piel o cuando crees que aquella chica te da la posibilidad que salgas con ella a tomar una copa y te prometa amor pero sin bodas, hijos, hipotecas, coches y comidas con su familia, es entonces cuando el varapalo pega fuerte.
Con prohibición o sin ella el cine avanzaba imperturbable hacia las pantallas de cualquier rincón del mundo. Hoy, lo prohibido es hacer buenas películas. ¿Y las obligaciones? Vete a un centro comercial con doce o veinte salas de cine. Observa, simplemente observa. Es entonces cuando a uno le sale el gran censor que lleva dentro: prohibir hacer esa clase de cine, los cartelones como armarios y rebajar el hedor de las palomitas que lo impregna todo. En esas condiciones ya no te crees ni de que te salga esa clase de chica inexistente.
Abrazos, amigo.
Ay, Paco… El cine -y el amor de las chicas, o de ciertas chicas…- nace y muere con la ilusión. Vivimos en un mundo sin ilusión, y lo que es peor, que no sabe ya reconocerla ni apreciarla, todo devorado por las magnitudes cuantificables, la falsa equiparación entre el «más» y el «mejor». Qué horror de mundo, qué horror… Te cuento que cuando era más joven pensaba que daba pena morirse, aunque fuera de muy muy viejecito, por la cantidad de cosas que uno se iba a dejar aquí, libros que se escribirían y películas que se harían. Hoy ya no pienso eso, ni que decir tiene.
Abrazos, amigo.
Interesante y exhaustivo informe. Me recuerda lo de la ficción pulp. spicy stories, que también fueron reguladas por un código. Gente que no tiene nada mejor que hacer.
Lo del antiheroe, lo del criminal más simpático que la ley, es algo que ha sobrevivido.
Bueno, aunque en este caso sea producto de la época, la censura y la autocensura, con código explícito o no, es algo vivo y presente. Ahora mismo Hollywood se censura tanto o más que entonces, aunque no haya Código, y sobre la base de planteamientos tanto o más peregrinos. Empezando por la censura económica, sin ir más lejos.
Ay, cómo voy a devorar este documental… ¡Menuda colección!, querido Alfredo.
Beso
Hildy
En nada volvemos a las andadas, mi querida Hildy. Mientras tanto, cosas buenas, para variar… 😁