6 comentarios sobre “In memoriam: Gene Wilder

    1. La verdad, hacía mucho que estaba fuera de juego. La cosa ha sido pocas semanas después de Arthur Hiller, el hombre que unió a Wilder y Richard Pryor (otro que tal…). Como ocurre tantas veces con los cómicos, tras las risas había mucho tormento.

  1. Los productores te introdujeron
    con falca en
    Bonnie y Clide, y después
    quisiste saber Todo sobre el sexo (y flipaste).
    ¡Sillas de montar calientes! ¡y una taza
    de chocolate, Willy Wonka!
    Harto de todo esto te convertiste en
    El jovencito Frankenstein, pero
    te hizo sombra la joroba cambiante de Marty Feldman
    ¡ni los ojos de Bette Davis!
    Te hiciste Principito y después en
    El hermano más listo de Sherlock Holmes.
    Cogiste El expreso de Chicago y fuiste
    El mejor amante del mundo.
    Los seductores: Richard Pryor y tú
    en los ochenta.
    Rabinos y pistolas y
    Locos de remate.
    Jo, lo que llegamos a sufrir con
    La mujer de rojo y la pastosa canción de
    Stevie Wonder que cabreado gritaba:
    ¡No me chilles que no te veo!
    Te deseamos una Terrorífica luna de miel
    y todos fuimos a parar al País de las Maravillas.

    Me acerqué a ti en tu lecho de muerte.
    No tenías el maldito Alzhéimer,
    solo un poco de asco a este mundo
    y quisiste olvidarlo por completo.
    Te dije que me dijeras algo, y
    me dijiste: «Empiecen la revolución sin mi».

    Todo esto lo he dicho esta mañana ante su tumba. Como colofón he dicho que su pelo era a lo Punset y que tenía un ligero parecido a Matías Prats. Que su careto y expresión parecía estar siempre consternado, como que no acababa de creerse lo que pasaba a su alrededor y lo que le pasaba a él. De repente, ha entrado en el cementerio una mujer de rojo con minifalda, un ventilador de batería en la mano y un radio cassette ¿Que coño está pasando? Nos hemos dicho todos los que estábamos allí. La tía pone en marcha el equipo de música y oimos I Just Called to Say I love You, cantada a dúo por Wonder y José Feliciano. Acciona el ventilador y se lo pone entre las piernas y su corta falda se levanta. No llevaba braga. Todos hemos bailado, al fin y al cabo. Incluso el cura, que hoy se ha librado de mi dedo corazón junto a su nariz.

    Descansa en paz.

    Abrazos, amigo.

  2. Su rostro está unido a mi infancia… y no precisamente por Willy Wonka, sino por sus películas de Richard Pryor o por La mujer de rojo.

    Luego he visto El jovencito Frankenstein o Los productores.

    Me apetece ver alguna vez una película que hizo junto a Harrinson Ford y con uno de mis directores de cabecera, Robert Aldrich, El rabino y el pistolero.

    Su cara me transmitía ternura, ganas de que no le pasara nada malo, a pesar de sus locas aventuras… y me recordaba al hermano feo del prota de un anuncio de colonia muy viejo, que se llamaba Darling, que salía un tío de rizos…

    Beso
    Hildy

    1. Oh, yo también recuerdo ese anuncio de colonia…

      Él contaba que había empezado a actuar como cómico para su madre: después de sufrir un ataque al corazón, el médico le dijo que no la disgustara porque podría matarla, y después que procurara hacerla reír. Ahí contaba Wilder que descubrió que podía ser capaz de divertir a la gente.

      Un tipo que caía bien, sin duda.

      Besos

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