Muy curioso, e ilustrativo, escucharle hablar de soluciones técnicas a los problemas planteados en sus rodajes. La magia del cine es posible por tipos como él. El digital no puede competir.
Admito que siempre me ha gustado mucho las películas de «decorados», ay, esos maravillosos decorados que formaban parte de la magia del cine. Es imposible decir aquí todas las películas de las cuales el decorado era más vital que los mismos actores. Como no puedo evitarlo diré por ejemplo Callejón sin salida (1937), de William Wyler o Ciudadano Kane, entre un millón. Verás, hoy el digital, según los expertos, ha dado veracidad al asunto, pues nanay de la china, porque en la mayoría de los casos la cosa es más fría y ridícula que un videojuego de Oriol Junqueras haciendo de comecocos. Los gráficos informáticos son todos iguales, desde las vistas aéreas de las ciudades de El señor de los anillos de Jackson, a las ciudades de las putas nubes de Star Wars, es lo mismo. Rivendel visto desde arriba es igual que la ciudad de Mos Eisley tras el nuevo formateo de Papada Lucas. Joder, tio, todo eso crea Alzheimer. El decorado era todo un arte. Aquellas maravillosas fotografías del viaje de Butch Cassidy, Sundance Kid y la guapa profesoras Katharine Ross, están realizadas en los restantes decorados de My Fair Lady de Cukor! Amo los decorados y a sus artistas. Todo lo que podría dar todavía los decorados. Es imborrable aquella escena de Sunset Boulevard del viejo Billy donde William Holden y Nancy Olson están intentado hablar de amor junto a aquellos decorados de una calle con los focos apagados. Sí, el gran Gil Parrondo. Me imagino cómo se ha sentido Garci al saber de la noticia. En uno de sus libros cuenta una anécdota absolutamente maravillosa cuando Gil y Garci iban en un coche y pasaron, al azar, sobre cierto pueblo que…
Jejeje… Cómo te has callado en el punto crítico, ladrón…
Antológica la referencia a Junqueras en plan comecocos. No podré quitarme esa imagen de la cabeza la próxima vez que lo vea… Oh, y Papada Lucas, cuánto lo extrañaba…
Esa Roma antigua de Cinecittà, por ejemplo. O la ciudad del Oeste que se construyó en Tucson y en la que se rodaron tantos y tantos buenos westerns. O esa calle de Moscú construida a las afueras de Madrid, con línea de tranvía propia y edificios completos en los que se rodaban interiores… O esa China madrileña para Nicholas Ray… O el cartón-piedra de La venganza de don Mendo… Estoy contigo, al digital se le ven las costuras más que al trabajo artesano. No creo que haya otro ejemplo de tecnologías que han sustituido a otras no por cuestión de calidad, sino por rapidez y presupuesto.
… Hay otro modo de mirar las películas tras la dirección artística… y Gil Parrondo lo demuestra con su filmografía.
Beso
Hildy
Y además siempre prefirió la denominación española para lo que él hacía, decorador, aunque era mucho más que eso, un inventor de mundos.
Besos
D. E. P. Un amante del cine.
Muy curioso, e ilustrativo, escucharle hablar de soluciones técnicas a los problemas planteados en sus rodajes. La magia del cine es posible por tipos como él. El digital no puede competir.
Admito que siempre me ha gustado mucho las películas de «decorados», ay, esos maravillosos decorados que formaban parte de la magia del cine. Es imposible decir aquí todas las películas de las cuales el decorado era más vital que los mismos actores. Como no puedo evitarlo diré por ejemplo Callejón sin salida (1937), de William Wyler o Ciudadano Kane, entre un millón. Verás, hoy el digital, según los expertos, ha dado veracidad al asunto, pues nanay de la china, porque en la mayoría de los casos la cosa es más fría y ridícula que un videojuego de Oriol Junqueras haciendo de comecocos. Los gráficos informáticos son todos iguales, desde las vistas aéreas de las ciudades de El señor de los anillos de Jackson, a las ciudades de las putas nubes de Star Wars, es lo mismo. Rivendel visto desde arriba es igual que la ciudad de Mos Eisley tras el nuevo formateo de Papada Lucas. Joder, tio, todo eso crea Alzheimer. El decorado era todo un arte. Aquellas maravillosas fotografías del viaje de Butch Cassidy, Sundance Kid y la guapa profesoras Katharine Ross, están realizadas en los restantes decorados de My Fair Lady de Cukor! Amo los decorados y a sus artistas. Todo lo que podría dar todavía los decorados. Es imborrable aquella escena de Sunset Boulevard del viejo Billy donde William Holden y Nancy Olson están intentado hablar de amor junto a aquellos decorados de una calle con los focos apagados. Sí, el gran Gil Parrondo. Me imagino cómo se ha sentido Garci al saber de la noticia. En uno de sus libros cuenta una anécdota absolutamente maravillosa cuando Gil y Garci iban en un coche y pasaron, al azar, sobre cierto pueblo que…
Abrazos
Jejeje… Cómo te has callado en el punto crítico, ladrón…
Antológica la referencia a Junqueras en plan comecocos. No podré quitarme esa imagen de la cabeza la próxima vez que lo vea… Oh, y Papada Lucas, cuánto lo extrañaba…
Esa Roma antigua de Cinecittà, por ejemplo. O la ciudad del Oeste que se construyó en Tucson y en la que se rodaron tantos y tantos buenos westerns. O esa calle de Moscú construida a las afueras de Madrid, con línea de tranvía propia y edificios completos en los que se rodaban interiores… O esa China madrileña para Nicholas Ray… O el cartón-piedra de La venganza de don Mendo… Estoy contigo, al digital se le ven las costuras más que al trabajo artesano. No creo que haya otro ejemplo de tecnologías que han sustituido a otras no por cuestión de calidad, sino por rapidez y presupuesto.
Abrazos