Cary Grant, «bastante perjudicado», en una divertida secuencia, repleta de amor maternal, de este clásico de acción, suspense y comedia que sirvió de arquitectura estilística (y algo más) para la saga James Bond.
Reflexiones desde un rollo de celuloide
Cary Grant, «bastante perjudicado», en una divertida secuencia, repleta de amor maternal, de este clásico de acción, suspense y comedia que sirvió de arquitectura estilística (y algo más) para la saga James Bond.
Amigo mío, vamos mal: veo ése trozo y ya me dan ganas de repasarla -una vez más- y me acuerdo que esa buena pieza formaba parte de un grupo -bastante selecto, justo es decirlo- de películas que en la «uni obligaron a ver» con vistas a un examen o prueba o como se diga ahora. Y por lo que me contaron, a nadie gustó: todos se aburrieron con ella (cada uno en su casa) y me parece que ni siquiera la vieron entera.
Cuando me contaron la propuesta no me podía creer que tuvieran tanta suerte: ¡ver cine para pasar una prueba!. Pero cuando me aseguran que a nadie del grupo o clase o como se llamen los que hacen un mismo crédito (ya tiene coña la terminología) no le ha gustado y se han aburrido como almejas, mi incredulidad se convierte primero en pasmo y luego en pánico…..
En fin: ahora entiendo porqué de una película de coches a toda leche y hostias por doquier son capaces de hacer hasta siete secuelas….
Un abrazo.
p.d.: ¿Te has sentado, ya? Laura era otra de la lista…… que tampoco gustó……
El mundo se va a la mierda, mi querido Josep, es la única conclusión posible que saco de lo que me cuentas. La especie se diluye entre la mediocridad general de las series de televisión, los vídeos de youtube y los mensajes de 140 caracteres. Dentro de poco, nadie será capaz de ver nada que no sea un spot publicitario.
Te preguntaría por esa lista, pero es un martes-lunes y no quiero deprimirme más… 😉
Un abrazo
¡¡¡Totalmente de acuerdo!!!