Val Waxman (Woody Allen), un cineasta de culto con «excelentes» dotes diplomáticas para manejarse en eso del desamor en esta divertida secuencia de Un final made in Hollywood (Hollywood ending, Woody Allen, 2002). Una cinta etiquetada como menor por la mayor parte de la crítica que a la vista del nivel medio de la comedia en los últimos lustros (retornos al universo de Mariano Ozores o simplezas interpretadas por cuarentones que dan vida a treintañeros que se comportan como quinceañeros) merece reconsideración en la trayectoria de su autor y en especial dentro del conjunto del cine de su tiempo.
Solo la he visto una vez: en su estreno. Y recuerdo que me pareció genial lo del director ciego… Como años después me pareció brillante el cantante de ópera en la ducha en una película que no fue muy querida… No puedo evitarlo, me hace reír.
Beso
Hildy
Esa película que citas no la quiero ni yo… Salvo ese momento, realmente brillante.
Esta, en cambio, me hace reír cuando oigo que se trata de una comedia menor. ¿Menor que quién?
Besos