Ayer unos extraños seres me llevaron al pasado. Esta mañana he estado en el presente y para mañana me han dicho que me llevarán hacia el futuro. No creo que compre un pavo para regalárselo a alguien. Es más, ni se me pasa por la cabeza. ¿Quién puede desear que alguien se coma un pavo? Estoy comprando turrón de chocolate, rosquillas de vino y gambas frescas para que puedan hacerlas a la plancha. Y nada de pavo. El gaznate de un pavo es de lo más repugnante. El fantasma del futuro me ha confesado (el hijo de p…) que él también odia el pavo. Entonces… ¡para qué coño se están molestando en hacerme cruzar tres tiempos de lo más absurdo!
¡Feliz Navidad! mi querido amigo. Y nada de Qué bello es vivir, a lo sumo, los villancicos de Manolo Escobar, que alegran el ánimo.
El pavo forma parte de una dieta sana y equilibrada, y todas esas mierdas, salvo en navidad, que se rellena de montones de cosas prohibitivas para nuestras arterias.
Anoche vi los primeros minutos de ¡Qué bello es vivir! No me extraña que en su día fuera un fracaso, y que Capra tuviera que vérselas con el comité de Actividades Antiamericanas. Al final se convirtió en un clásico navideño porque las teles podían pasarla gratis debido a un error burocrático relacionado con la gestión de los derechos, y todos hemos terminado picando el anzuelo. No sé, tal vez fue culpa de los fantasmas. O igual de Manolo Escobar. Hace poco, con toda esta mierda de crisis identitaria que vivimos, alguien me envió una fotografía: aparecía el careto de Manolo Escobar, sonriente, tocado con una boina al estilo del Che Guevara, con una bandera de España como fondo, y la leyenda: «Manolo vive, la lucha sigue». Vivimos rodeados de fantasmas.
Si es que con Groucho… ¡cómo no vamos a reírnos estas fiestas! Pero esas risas… nos pueden durar y durar y durar… y entrar con ellas en 2018 y seguir, y seguir, y seguir. La risa tiene buenos poderes… ¡Mássss madera!
La risa, mi querida Hildy, es la mejor terapia. Cual Woody Allen en Hannah y sus hermanas, pienso que estos hermanos son el mejor reconstituyente para los ánimos decaídos… Bueno, entre otras cosas.
Feliz salida y entrada de año, mi querida Hildy. Que venga con muchas películas.
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Ayer unos extraños seres me llevaron al pasado. Esta mañana he estado en el presente y para mañana me han dicho que me llevarán hacia el futuro. No creo que compre un pavo para regalárselo a alguien. Es más, ni se me pasa por la cabeza. ¿Quién puede desear que alguien se coma un pavo? Estoy comprando turrón de chocolate, rosquillas de vino y gambas frescas para que puedan hacerlas a la plancha. Y nada de pavo. El gaznate de un pavo es de lo más repugnante. El fantasma del futuro me ha confesado (el hijo de p…) que él también odia el pavo. Entonces… ¡para qué coño se están molestando en hacerme cruzar tres tiempos de lo más absurdo!
¡Feliz Navidad! mi querido amigo. Y nada de Qué bello es vivir, a lo sumo, los villancicos de Manolo Escobar, que alegran el ánimo.
Fuerte abrazo.
El pavo forma parte de una dieta sana y equilibrada, y todas esas mierdas, salvo en navidad, que se rellena de montones de cosas prohibitivas para nuestras arterias.
Anoche vi los primeros minutos de ¡Qué bello es vivir! No me extraña que en su día fuera un fracaso, y que Capra tuviera que vérselas con el comité de Actividades Antiamericanas. Al final se convirtió en un clásico navideño porque las teles podían pasarla gratis debido a un error burocrático relacionado con la gestión de los derechos, y todos hemos terminado picando el anzuelo. No sé, tal vez fue culpa de los fantasmas. O igual de Manolo Escobar. Hace poco, con toda esta mierda de crisis identitaria que vivimos, alguien me envió una fotografía: aparecía el careto de Manolo Escobar, sonriente, tocado con una boina al estilo del Che Guevara, con una bandera de España como fondo, y la leyenda: «Manolo vive, la lucha sigue». Vivimos rodeados de fantasmas.
Abrazos, y ¡Feliz Navidad!
Huy, los zapatos de este Papá Noel me recuerda a los de alguien…
¡Feliz Navidad para todos!
¿Solo los zapatos?
¡Felices fiestas!
Venga, lo mismo digo. A disfrutar de estas fiestas y a ver buen cine. A mi tambien me llego lo de Manolo….jeje
Saludos!
Felicidades!
Si es que con Groucho… ¡cómo no vamos a reírnos estas fiestas! Pero esas risas… nos pueden durar y durar y durar… y entrar con ellas en 2018 y seguir, y seguir, y seguir. La risa tiene buenos poderes… ¡Mássss madera!
Beso
Hildy
La risa, mi querida Hildy, es la mejor terapia. Cual Woody Allen en Hannah y sus hermanas, pienso que estos hermanos son el mejor reconstituyente para los ánimos decaídos… Bueno, entre otras cosas.
Feliz salida y entrada de año, mi querida Hildy. Que venga con muchas películas.
Besos