Esta desaprovechada comedia de 1965, que gira en torno a la obsesión por el sexo de un conocido playboy y director de una revista de moda parisina (Peter O’Toole) y del psiquiatra que lo trata (Peter Sellers), tuvo una consecuencia inesperada: su guionista, cuando comprobó cuánto había cambiado el resultado final respecto al argumento, los personajes y los diálogos que él había diseñado, tomó, desencantado, irritado, la decisión de volver al cine únicamente cuando tuviera garantizado el control total del material y el acabado absoluto del proyecto. Su nombre: Woody Allen.
Una decepción, teniendo en cuenta el nivel de los nombres implicados en la producción (además de Allen en el guion y de O’Toole y Sellers encabezando el reparto, Romy Schneider, Howard Vernon, Ursula Andress, Capucine, Paula Prentiss o Richard Burton en papeles de diversa importancia, con el gran Burt Bacharach en la música y United Artists en la financiación). Queda el recuerdo de algunas buenas situaciones y diálogos, algo de vergüenza ajena y la canción de Tom Jones.
Curioso…
🙂 Qué escueto…
Me acuerdo bien: esta y Casino Royale, dos castañas cuyo único interés, para adolescentes de la época, residió en las gráciles féminas que aparecían: por lo demás, peñazos totales.
Luego, con el tiempo, supimos que Woody andaba por ahí, de letras…..
Una pena, en ambos casos, porque había posibilidades….
De la canción, decir que entonces me pareció «vieja» y no ha conseguido remontar por muchos años que han pasado… 😉
Eso sí: en las radios de entonces, cada dos por tres…..
Un abrazo.
Las películas de sketches, con reparto coral y todo eso… Nunca han funcionado bien. Aunque, claro, para un montón de gente estas cosas son hoy «cine de culto». En estos casos suele ser mucho más interesante la trastienda que lo que se ve, por lo general fallido, plomizo, desangelado, sin puñetera gracia.
Abrazos.
… últimamente la filmografía de Romy Schneider me persigue o yo la persigo a ella. Por cierto, es curioso que esta comedia esté protagonizada por dos mujeres con vidas trágicas como la propia Romy… y Capucine. Bueno, sus compañeros también tuvieron una vida de lo más compleja: Peter O’Toole y Peter Sellers… ¿Tanto ser trágico…, hizo que esta comedia fuera más fallida todavía?
Beso
Hildy
Bueno, es posible… Aunque hay un gran historial de cómicos muy poco graciosos en sus vidas personales. Es casi un lugar común. En cuanto a Romy… Cuenta, cuenta esa persecución 😀
Besos
Hola Alfredo!
Estaba pensando en esas peliculas a las que nos referimos con aquello de «han soportado muy mal el paso del tiempo», diria que esta nacio con ese problema, la verdad nunca me ha gustado. Incluso la canción de Tom Jones (y mira que me gustan sus temas…) me resulta floja.
PD.- Prometo no volver a confundirme con tu nombre…
Saludos!
Esta no ha superado ni el nacimiento. Abortada desde su concepción. Un horror, una lástima.
No te preocupes, hombre 🙂
¡Saludos!
Es de esas películas, que como bien dices, «de sketches, con reparto coral y todo eso…», pero vistas hoy, parece que tienen más gracia, cuando hoy la gracia no se ve por ningún lado. Además está Tom Jones, un tipo que nunca me cayó mal, incluso en los setenta, con toda la pelambrera del pecho, la cadena de oro, los pantalones de campana, el movimiento de la cadera y todo eso. Buena voz, qué digo, grandísima voz. El viejo Tom se supo vender por el lado más hortera, pero nadie puede negar su vozarrón. Vendió millones de discos y salió en la poco comprendida peli de Tim Burton, Mars Attacks! y otros cameos, como en la serie El príncipe de Bel Air. Creo que Pussycat, como aquel descerebrado Casino Royale, se ajusta mucho mejor a los tiempos que nos ha tocado vivir, amigo mío. Incluso El mundo está, loco, loco, loco, se me antoja ahora pura filosofía trascendental, esa cosa que practica David Lynch. En fin.
Abrazos
Probablemente eso es cierto, estas películas se ajustan más a nuestro mundo, o a una generación anterior (estoy pensando en los Marx), que al periodo en que vieron la luz. El peor pecado que puede cometer una comedia es no tener ni puñetera gracia, entonces lo cómico deriva en patético, y el interés en vergüenza ajena. Yo me entretengo ahora viendo estas cosas porque no pienso en términos de argumentos, secuencias, escenas, etc.; me lo paso bien mirando pequeños detalles, iluminación, colocación de los actores, gestos, miradas, voces… Con algo hay que pasar el rato.
En fin, qué te diría yo de Tom Jones… Acabo de hacer dos viajes de cinco horas en coche escuchando a los payasos de la tele una y otra vez, así que no sé qué hubiera dado por tener a mano un CD de este pecholobo…
Abrazos