Recordadísimo fragmento de Los caballeros las prefieres rubias (Gentlemen prefer blondes, Howard Hawks, 1953), con Marilyn Monroe opositando a icono fundamental del siglo XX y de la historia del cine. Una comedia musical de enredo, escrita por Charles Lederer a partir de una novela de Anita Loos.
Ay, amo a Anita Loos, y no solo por sus maravillosos libros, sino también cómo era. Cuando entre las mujeres de la clase media no estaba de moda llevar el pelo corto, ganarse la vida escribiendo, beber, fumar, coquetear con los hombres, hablar con toda franqueza de sexo, Anita Loos realizaba normalmente varias de esas cosas, si no, todas, y con frecuencia al mismo tiempo. Dada su apariencia de niña pequeña e inocente, resultaba casi imposible creer que era la autora de tantas historias osadas y «sexy», y de las frases de doble sentido y las respuestas llenas de picardía que contribuyeron uno de los mayores atractivos de su obra. Todo lo que escribió resulta refinado y «chic», lo que es perfectamente lógico, ya que lo «chic» es casi el único valor y la única forma de vida de la Loos. Pongamos de ejemplo Los caballeros las prefieren rubias. Desde su aparición, en 1925, se han hecho más de cien ediciones de la misma, y se ha visto traducida a 14 idiomas, incluyendo el chino. Los chinos también las prefieren rubias, como todo el mundo, no te jode. En un mensaje final a sus amigos, les pedía que su funeral se celebrase «con risas y no con lágrimas». Su último deseo se vio cumplido, y los salones funerarios Campbell, situados en la elegante Madison Avenue, se llenaron de risas cuando grandes celebridades de los escenarios y la pantalla comenzaron a contarse recuerdos y anécdotas divertidas. Pero ninguna de ellas superó en ingenio a Helen Hayes, amiga y colaboradora de la Loos, quien se limitó a decir: «Más vale que el cielo sea «chic», o Anita Loos lo convertirá en el infierno.» Es de lectura obligada sus maravillosas memorias titulada “Adiós a Hollywood con un beso”, y la dulce Marilyn decía: «Hollywood es un lugar en el que te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma. Lo sé porque rechacé con bastante frecuencia la primera propuesta y acepté demasiadas veces la segunda.»
Y Howard Hawks que decía en el maravilloso “Hawks según Hawks”, de Joseph McBride:
Cuando rodábamos “Tener y no tener”, Jules Furthman escribió una presentación para Lauren Bacall: era una forastera en un sitio extraño, y le robaban el bolso. Me dijo: “¿Qué te parece?” Yo dije: “Jules, no me gusta nada… Si hay algo que no soporto, es una chica que deja que le roben el bolso.” Me dijo: “¡Dios mío!, ¡es una gran escena, hijo de puta!” Y se fue, y escribió una escena en la que ella robaba una cartera.
Bueno, así era Furthman. Tenía una capacidad increíble para pensar en formas nuevas de hacer las cosas.
Y nada más, amigo mío. Es lo que tenía el cine cuando el cine existía todavía. Ahora, algunos me dicen que no me gusta el cine porque ya no voy a las salas comerciales.
Buen finde y fuerte abrazo.
Gente de otra pasta, mi querido amigo. Gente con vida, con personalidad, con cosas que decir y que contar. Cuánto se echa de menos eso. Ahora todo gira en torno a aquello que definió a la perfección Sidney Lumet: «el trauma del patito de goma». Todo es pose, todo es corrección política y moralina. No hay nada auténtico, ningún sentimiento verdadero, ningún rasgo de carácter que sea natural. Todo es representación de algo, pero sin un ápice de autenticidad en ese algo. Ver a Dean Martin haciendo de sí mismo en Bésame, tonto tiene más verdad dentro que todo el cine de Hollywood del siglo XXI.
Qué tiempos, amigo. Como diría Falstaff, «las cosas que hemos visto».
Abrazo enorme. Disfruta del finde.
Me encanta Marilyn, me encanta Hawks.
Qué manera tan divertida de contar una historia, tanto ritmo, tantas chanzas malintencionadas y todo en hora y media, como quien no hace nada. Uno se para a pensarlo y se percata que hay ahí una profesionalidad en todos los ámbitos, desde el último decorador al que ordena acción y revisa el montaje. ¿Y cuando el viejo Cobunr se la queda mirando y le dice: usted no es tan tonta como pensaba…?
En fin, que ya hace demasiado tiempo que no veo a Marilyn ni algo de Hawks: habrá que remediarlo; ya me gustaría ir al cine para ello, ya, pero nos conformaremos con lo que tenemos… que no es poco.
Un abrazo.
Un tipo que hace una obra maestra, al menos, en cada género, no es cualquier cosa. Un tipo tan particular, además. Una película de Hawks siempre es un festín.
Un abrazo
Que tal Alfredo!
Diria que esa oposición la saco con nota. ¿Dirias que es mejor cantante que actriz?
Saludos y feliz finde!
No. Ni siquiera diría que es una buena cantante. Resultona, sale arosa de lo suyo, pero no es una gran cantante. Por otro lado, como actriz apenas tuvo ocasión de demostrar los límites que hubiera podido alcanzar. Es lo que tiene que te encasillen para siempre.
Saludos, y buena semana.
Que no, que no todo el mundo las prefiere rubias…que a mí me gustan más las ardientes y morenas, ¡leñe, ya!
Yo estoy en contra de toda discriminación, del tipo que sea.