La Guerra Fría resumida en poco más de diez minutos. Una de las más inspiradas comedias del gran Billy Wilder.
Reflexiones desde un rollo de celuloide
La Guerra Fría resumida en poco más de diez minutos. Una de las más inspiradas comedias del gran Billy Wilder.
Buen, como bien sabes, mi querido Alfredo, aquí me has tocado la fibra, y no la óptica esa de los cojones que pasa por debajo del asfalto de mi calle para tener una conexión a Internet más rápida. Yo no sé lo que es bueno o malo académicamente hablando, es más, le pueden dar por el culo a todo lo académico y a la inopia cinéfila. Lo único que puedo decir cuáles son los directores y las películas que me gustan, y uno de ellos es el viejo zorro. Mira, es una de esas cosas que no te hacen sentir tal mal al pertenecer a la especie humana.
El viejo zorro rompió con esta película varios records de velocidad: nadie sabía hablar con más rapidez que James Cagney; nadie podía transformarse con más rapidez de comunista a capitalista; y ninguna película se ha adelantado con tanta velocidad a la realidad. Puto Billy. Aquí el escenario es Cataluña dividida… perdón, he sufrido un lapsus, el Berlín dividido. Por cuarta vez, tras Cinco tumbas al Cairo, Berlín Occidente y Testigo de cargo, otra película más que habla de Alemania y de los alemanes. Por última vez, C.R. MacNamara es representante de Coca-Cola en Berlín. Vive en una constante borrachera de Coca-Cola, no deja de tener ideas nuevas, proyectos nuevos – y en el fondo no es más que un cero a la izquierda. Su mujer le regaña, sus hijos no le toman en serio, y sus proyectos fracasan casi siempre. Y ahora le persigue hasta la mala suerte. MacNamara es un buen americano, y por eso se hace dueño de la situación. Primero engaña al bolchevique, luego a la administración rusa y germano-oriental, finalmente a su jefe – y constantemente a sí mismo. Si el viejo zorro no es dios, apaga y vámonos.
Un, dos, tres no es precisamente de un humor sutil, pero sus bromas toscas son tanto más eficaces. Pero pocas veces un héroe de la comedia se ha visto tan cruelmente tratado como el gran James Cagney. Aquí aparece uno que está convencido de ser el más activo, y sin embargo no hace más que correr desaforadamente tras los acontecimientos. Algo semejante debió sentir el viejo zorro. Con El apartamento había ganado todo lo que se podía ganar, y ahora tenía que correr tras su propio éxito.
Últimamente me increpan por beber en exceso Ribera del Duero cuando veo en exceso las películas del viejo zorro. Ya sé que esto no hace daño a nadie, pero me dicen que cuando ya estoy completamente borracho le pido a Moustache que me llene la copa.
Abrazos mil.
Querido Paco, a mí me encantan las ironías que tiene a veces la casualidad. Para mí hay tres McNamara que son como la santísima trinidad, tres en uno: el McNamara de James Cagney, el secretario de defensa de los Estados Unidos cuando gobernaba Kennedy, y el jugador de baloncesto que se metía dentro de la piel de Chewbacca en la saga original de Star Wars. Todo encaja como un puzle sideral.
Esta película es seguramente la más veloz tras Luna nueva de Hawks (1940), y la que ostenta el título hasta hoy. El retrato que hace Billy de su país de origen, de su transformación antes, durante y después de la guerra es de una lucidez y de una acidez memorables. Al alcance de muy pocos. Qué digo de muy pocos. Solo de uno.
Citas sus continuos fracasos… El cierre de la película es, en ese sentido, maravilloso.
Ay, qué suerte tenemos de haber conocido y sabido apreciar estas cosas, amigo mío.
Abrazos
Que tal Alfredo!
Otra de esas joyas que has visto y que vuelves a ver y donde el entretenimiento esta garantizado. A veces siempre recurrimos a lo de «es que en cada visionado descubres un matiz nuevo», pero es que es absolutamente cierto. Acertada la observación de Francisco Machuca (simpatico su comentario…jeje) sobre la velocidad con la que habla Cagney. Tremendo ese taconeo del empleado al que se le escapa su antiguo adn… Magistral de principio a fin, y ese final es de 10.
Saludos!
Entretenimiento… inteligente, diría yo. Más que nada, para diferenciarlo del simple pasatiempo. La película es una joya, contiene tantos detalles, tanta riqueza, que analizarla al completo es un trabajo de Hércules. Una bofetada política, ideológica, social y cultural. Una de esas películas que hacen del cine el arte más importante del siglo XX.
Saludos.