6 comentarios sobre “Mis escenas favoritas: J. F. K.: caso abierto (J. F. K., Oliver Stone, 1991)”
Es una obra enrevesada, tediosa y aburrida que intenta paliar las paranoias de Stone a base de rellenar la cinta con actores de renombre. Muchas escenas de diálogos que no conducen a ninguna parte, muchas escenas donde los actores están sentados en un banco de un parque; hoy saldrían con unos vasos de cartón y mucho café. Ahora se ven a los actores americanos pillados in fraganti por la calle con esos vasos en la mano. Eso sí, la fotografía es excelente. Oliver Stone se basa, para esta película, en el excelente libro de Jim Garrison “JFK, tras la pista de los asesinos”; obra amena donde la haya, eso sí, quizá ya algo anticuada por los descubrimientos que se han ido produciendo a lo largo de todos estos años, pocos, pero sí algunos. También Don Delillo tiene una obra excelente titulada “Libra”; un exhaustivo trabajo de investigación sobre Lee Harvey Oswald. Me parece que los archivos secretos no podrán ser revelados hasta dentro de unos años, aunque tengo mis dudas de lo que dirán oficialmente sobre todo lo que hay allí metido, no sé, quizá no sea para tanto. Me puedo imaginar al que será Presidente: un Donald Trump ciborg, rodeado de militares y gente experta. Abren la caja y sale un payaso de resorte y mucho, pero que mucho confeti, y la canción “Happy Birthday To You” cantada por Marilyn Monroe. Y esto derivará de nuevo a otro mundo alternativo. Lo dijo Walter Benjamin: «América es sobre todo una gran payasada».
De estos americanos me lo espero todo; bueno, y todos los que no lo son.
Pues mira, a mí esta película me gusta mucho. En enrevesada, cierto, y por momentos morosa, pero no me parece ni tediosa ni aburrida. Sí me parece espantosa toda la subtrama doméstica de Garrison, con su mujer (la Sissy Spacek) dándole la chapa todo el rato. Tal vez me gusta porque ese periodo de la historia del mundo me apasiona. Pero es que, además, una secuencia tan larga como la que comentas, de Donald Sutherland y Kevin Costner en el Lincoln Memorial de Washington, que dura más de un cuarto de hora, me parece colosal. Muy por encima de otras películas políticas de Stone, y con un reparto estupendo, aunque no permite lucimientos.
Hola Alfredo!
Recuerdo perfectamente aquella sala llena hasta la bandera y en un absoluto silencio. Hace mucho que no la veo, creo que en su momento me parecio muy buena. Me pondre con ella una de estas noches.
Saludos!
Para un servidor, por lejos la mejor película de Oliver Stone. Al contrario de lo que le pareció al compañero Francisco, a mí JFK nunca me aburrió, incluso las varias veces que pude verla. Es un relato apasionante, que mantiene siempre la tensión y que cuenta con la gran baza de una edición y fotografía prodigiosas, sobre todo aquellas partes que se muestra en blanco y negro. Más allá de lo que cuenta, que puede ser más o menos real o ficticio (hasta el propio director lo reconoció y dijo que fue adrede), seguramente lo que le importaba era tratar de despertar la conciencia del público norteamericano, al que toda la vida le han vendido miles de mentiras de parte del gobierno de turno.
Es cierto que parece enrevesada, y es probable que existan diálogos y situaciones sin resolver, pero estoy seguro de que eso es parte de la estrategia del director para plasmar en el espectador esa sensación de incertidumbre que ha dejado desde siempre el asesinato de JFK, sus motivaciones, las implicancias, y las circunstancias que lo rodearon, de las cuales probablemente nunca se sepa toda la verdad.
La secuencia del juicio donde Garrison (Kevin Costner) «rompe» la cuarta pared y le habla directamente a la cámara, seguramente es toda una declaración de intenciones de parte de Stone. Una gran película y probablemente uno de los mejores thrillers políticos de la historia del cine.
Estoy completamente de acuerdo Dr. Brown. Se nota que Stone llevaba madurándolo durante años, trabajándolo y resistiéndose hasta que llegara el momento oportuno de hacer exactamente aquello que quería hacer. Naturalmente, es irregular, cómo no va a serlo, pero alcanza momentos sublimes.
Es una obra enrevesada, tediosa y aburrida que intenta paliar las paranoias de Stone a base de rellenar la cinta con actores de renombre. Muchas escenas de diálogos que no conducen a ninguna parte, muchas escenas donde los actores están sentados en un banco de un parque; hoy saldrían con unos vasos de cartón y mucho café. Ahora se ven a los actores americanos pillados in fraganti por la calle con esos vasos en la mano. Eso sí, la fotografía es excelente. Oliver Stone se basa, para esta película, en el excelente libro de Jim Garrison “JFK, tras la pista de los asesinos”; obra amena donde la haya, eso sí, quizá ya algo anticuada por los descubrimientos que se han ido produciendo a lo largo de todos estos años, pocos, pero sí algunos. También Don Delillo tiene una obra excelente titulada “Libra”; un exhaustivo trabajo de investigación sobre Lee Harvey Oswald. Me parece que los archivos secretos no podrán ser revelados hasta dentro de unos años, aunque tengo mis dudas de lo que dirán oficialmente sobre todo lo que hay allí metido, no sé, quizá no sea para tanto. Me puedo imaginar al que será Presidente: un Donald Trump ciborg, rodeado de militares y gente experta. Abren la caja y sale un payaso de resorte y mucho, pero que mucho confeti, y la canción “Happy Birthday To You” cantada por Marilyn Monroe. Y esto derivará de nuevo a otro mundo alternativo. Lo dijo Walter Benjamin: «América es sobre todo una gran payasada».
De estos americanos me lo espero todo; bueno, y todos los que no lo son.
Abrazos mil.
Pues mira, a mí esta película me gusta mucho. En enrevesada, cierto, y por momentos morosa, pero no me parece ni tediosa ni aburrida. Sí me parece espantosa toda la subtrama doméstica de Garrison, con su mujer (la Sissy Spacek) dándole la chapa todo el rato. Tal vez me gusta porque ese periodo de la historia del mundo me apasiona. Pero es que, además, una secuencia tan larga como la que comentas, de Donald Sutherland y Kevin Costner en el Lincoln Memorial de Washington, que dura más de un cuarto de hora, me parece colosal. Muy por encima de otras películas políticas de Stone, y con un reparto estupendo, aunque no permite lucimientos.
Abrazos
Hola Alfredo!
Recuerdo perfectamente aquella sala llena hasta la bandera y en un absoluto silencio. Hace mucho que no la veo, creo que en su momento me parecio muy buena. Me pondre con ella una de estas noches.
Saludos!
Que sea una noche larga… 😉
Saludos
Para un servidor, por lejos la mejor película de Oliver Stone. Al contrario de lo que le pareció al compañero Francisco, a mí JFK nunca me aburrió, incluso las varias veces que pude verla. Es un relato apasionante, que mantiene siempre la tensión y que cuenta con la gran baza de una edición y fotografía prodigiosas, sobre todo aquellas partes que se muestra en blanco y negro. Más allá de lo que cuenta, que puede ser más o menos real o ficticio (hasta el propio director lo reconoció y dijo que fue adrede), seguramente lo que le importaba era tratar de despertar la conciencia del público norteamericano, al que toda la vida le han vendido miles de mentiras de parte del gobierno de turno.
Es cierto que parece enrevesada, y es probable que existan diálogos y situaciones sin resolver, pero estoy seguro de que eso es parte de la estrategia del director para plasmar en el espectador esa sensación de incertidumbre que ha dejado desde siempre el asesinato de JFK, sus motivaciones, las implicancias, y las circunstancias que lo rodearon, de las cuales probablemente nunca se sepa toda la verdad.
La secuencia del juicio donde Garrison (Kevin Costner) «rompe» la cuarta pared y le habla directamente a la cámara, seguramente es toda una declaración de intenciones de parte de Stone. Una gran película y probablemente uno de los mejores thrillers políticos de la historia del cine.
Estoy completamente de acuerdo Dr. Brown. Se nota que Stone llevaba madurándolo durante años, trabajándolo y resistiéndose hasta que llegara el momento oportuno de hacer exactamente aquello que quería hacer. Naturalmente, es irregular, cómo no va a serlo, pero alcanza momentos sublimes.