-Oiga, ¿qué clase de música tienen aquí?
-Oh, de las dos clases: country y western.
Eso responde la dueña de un garito de carretera donde The Blues Brothers se detienen una noche de sábado, usurpando la actuación de otro grupo, con el único interés de hacer caja. Allí se ven obligados a complacer a un exigente público del Medio Oeste, poco receptivo al soul, interpretando la banda sonora de la teleserie Rawhide, la misma que puso a Clint Eastwood en la órbita de Sergio Leone.
Genial esta peli; siempre me levanta el ánimo 😎
¡¡¡Qué público!!!¡¡¡Dan mucho, mucho miedo…!!!¡¡¡Madre mía, si no se les complace!!!
¡Hoy a pasarlo bien con estos granujas listos!
Beso
Hildy
Ese público podría haber salido de cualquiera de nuestros campos de fútbol. Por decir algo… Votantes de Trump, probablemente.
Besos
Que tal Alfredo!
Coincido con el comentario de noteclavesilustracion, tiene algo especial que te da un subidon. No se, es como una especie de conjunción planetaria, una peli como esta no les sale otra vez.
Saludos!
Desde luego que no. Sobre todo ahora… Fíjate que intentaron continuarla hace unos pocos años y salió un bluf… De todos modos, las complicaciones del rodaje a causa de las adicciones de Belushi fueron tremendas. No fue la cosa como parece…
Saludos!
Existe ahora un fenómeno que me atrae muchísimo, amigo Alfredo, y es la nostalgia por el cine de los ochenta. Ahí tenemos series como Sranger Things o la última película de Spielberg, Roady Player One, y no te lo pierdas, acaban de publicar la novelización de Los Goonies por James Kahn, el tipo que novelizó la trilogía de La guerra de las galaxias y En busca del arca perdida. No se vayan todavía hay más. En la película Mr. Holmes, vemos a Ian McKellen viendo una película de Sherlock Holmes en blanco y negro, Y ¿quién es el que hace de Sherlock Holmes? ¡Nicholas Rowe! ¡Vingo! ¡El que hizo de Holmes joven en El secreto de la pirámide!
¿Sabías que fue Spielberg quien acabó con la carrera de Landis? Pero esto es otra historia.
Abrazos mil.
¡Vingo! no es una falta de ortografía. Ya te contaré. Viene de otra paranoia de los ochenta.
Más abrazos,
Jajajaja… Creo que todo eso de la nostalgia de los ochenta no significa otra cosa que una veta de negocio. Los niños de entonces, adultos hoy, con dinero en el bolsillo y con unas vidas de mierda pagan lo que haga falta para retrotraerse a aquellos tiempos en que su memoria traidora les convence de que en algún momento llegaron a ser felices. La gran trola de la memoria y la nostalgia. Mentira cochina pero lucrativa.
Abrazos