Se cumplen 50 años de esta extraordinaria parábola de ciencia ficción, y de su apoteósico final, imitado después hasta la extenuación en secuelas y emulaciones.
Reflexiones desde un rollo de celuloide
Se cumplen 50 años de esta extraordinaria parábola de ciencia ficción, y de su apoteósico final, imitado después hasta la extenuación en secuelas y emulaciones.
Siempre que la veo, me digo lo mismo, no se puede negar: ¡¡¡es un buen final!!
Beso
Hildy
Quién iba a pensar entonces que luego Charlton Heston haría casi el mismo viaje… 🙂
Besos
Siempre que veo este vídeo, me digo lo mismo:un día, me ondré el dvd y la veré entera, de principio a final y averiguaré si erré cuando decidí, hace cincuenta años, pasar de ella….
Un abrazo.
Mecachis en la mar, Josep. Que últimamente me dices mucho eso de que has pasado de ver cosas que no pueden pasar sin ser vistas, aunque no te gusten. Como vaya yo por tu casa, te reordeno la estantería pero ya… 😀
Abrazos
Sin embargo en la novela de Pierre Boulle no tiene este final, lo cual empalidece ante esta película. Es curioso esto del cine. Hay películas míticas solo por su final, como también como también las hay por su principio. No se puede enumerar todas aquí, amigo mío, pero recuerdo, por ejemplo, Harper, investigador privado de Jack Smight. Por cierto, fue Paul Newman quien recomendó al director que se le pusiera una hache al apellido del personaje creado por Ross MacDonald: Lew Archer. Según el criterio de Paul, en el cine no podía tener repercusión un apellido como «Archer». No seré yo quien le reproche esto. Todavía seguimos echando de menos a Paul. ¿Por dónde iba? Sí, Jack Smight entregó la película al productor y ese tipo gordo con puro (ya no existen esos tipos), le dijo que filmara unas escenas para colocar los títulos de crédito. Smight se le ocurrió filmar a Paul Newman levantándose de la cama y haciéndose un café en aquella destartalada cocina. Sinceramente, me parece una maravilla. Y eso fue, precisamente lo que hizo que la película tuviera un éxito arrollador.
Abrazos mil.
Fíjate que yo he leído que en realidad fue porque Newman era supersticioso, que pensaba que las películas tituladas solo con una palabra que empezara con H le habían funcionado bien (además de Harper, el título en inglés, están Hud, y Hombre, por ejemplo). En fin, da igual.
¡El tipo recoge el filtro de la cafetera del cubo de la basura!
Abrazos