Travis Bickle, 26 años, delgado, curtido, el solitario consumado. En apariencia es apuesto, incluso guapo; tiene una mirada firme y tranquila y una sonrisa que desarma, que brilla como por arte de magia, iluminándole todo el rostro. Pero detrás de esa sonrisa, alrededor de los ojos oscuros, en las mejillas demacradas, podemos ver las manchas ominosas causadas por una vida de miedo íntimo, de vacío y soledad. Parece haber llegado vagabundeando de una tierra en la que siempre hace frío, de un país cuyos habitantes apenas hablan. La cabeza se mueve, la expresión cambia, pero los ojos permanecen siempre inmóviles, sin parpadear, perforando el espacio vacío. Travis entra y sale a la deriva de la vida nocturna de Nueva York, como una sombra oscura entre otras sombras más oscuras. Pasando desapercibido, sin motivos para que nadie se fije en él, Travis parece fundirse con su entorno. Lleva vaqueros de jinete, botas de cowboy, una camisa a cuadros del Oeste y una desgastada cazadora del ejército con un parche en el que se lee «King Kong Company 1968-1970». Despide olor a sexo: sexo enfermizo, reprimido, solitario, pero sexo al fin y al cabo. Es una fuerza bruta masculina, que empuja, hacia dónde, no se sabe. Si se le observa más de cerca, se descubre lo inevitable. No se puede tensar la cuerda indefinidamente. Al igual que la tierra se desplaza hacia el sol, Travis Bickle se encamina hacia la violencia.
Del guion de Paul Schrader.
Que tal Alfredo!
Al leer este magnifico texto me estaba acordando de hace unos años en un viaje a Londres, estava de visita por el Camden Town y me puse a buscar esa cazadora militar que llevaba De Niro en la pelicula, me tire un buen rato pero di con ella, me deje una pasta (mi mujer no estaba muy convencida…jeje) y me la lleve puesta, olia a barracon que no veas. La guardo a modo de fetiche, aunque a saber a quien pertenecio…
¿Que podemos decir a estas alturas de esta magnifica pelicula? Pues eso, que es una maravilla…
Saludos!
Tú estás casado con una santa…
Mira, pues dentro de algunas semanas voy yo por allá, ya me pasarás la referencia 😀
La película tiene mucha miga, más incluso de la que parece.
Saludos
… y da un mal rollo increíble.
Su cambio de imagen con cresta incluida… Ya ni te cuento.
Es un ser solitario.
Siempre está en tensión.
La violencia habita en su interior, estalla.
Sus ojos no ven el mundo que él quisiera…
Beso
Hildy
PD: ¡peliculaza!
Pocas veces se ha visto una radiografía tan precisa y acertada de nuestro tiempo. Absolutamente precursora. No sé qué habría sido de Travis en la era de las redes sociales…
Besos
Los nerviosos y metálicos compases del tema musical de la secuencia inicial de Taxi Driver indican claramente que la película va a resultar amenazadora. En la calle, una densa nube de vapor brota del suelo y deja la pantalla en blanco. Como surgiendo de la nada, un taxi amarillo atraviesa la inquietante cortina de vapor y humo pasa a cámara lenta. La música en off se pierde a lo lejos en armonías graves, el fantasmal taxi desaparece y tras él la nube vuelve a cerrarse. Dos ojos negros aparecen en primer plano, acompañados por un melodioso tema de jazz. Miran a uno y a otro bajo la luz vacilante de las farolas, como observando el entorno. Son los ojos de Travis Bickle, un taxista neoyorquino que terminará convirtiéndose en el ángel vengador.
Estamos en pleno y genuino auge del cine americano de los setenta. Luego vendría Chewbacca, los ewoks,
los gremlins, Howard: el nuevo héroe y todo se fue a la mierda para siempre. Creo que Travis se equivocó en quererse cargar a los malos de la película. Si se hubiera decantado por los nuevos directores…
Abrazos mil.
Jajajaja… Cierto. Pocas películas hay sobre América como esta desde un intimismo tan devastador. Qué soledad, qué pérdida del rumbo, qué incapacidad para reencontrarse. Como en las grandes obras maestras, aquel que quiere destruirse, por un golpe de azar involuntario y contrario a sus deseos, se ve encumbrado, salvado, aplaudido. Aunque al final percibimos que es un paréntesis momentáneo, que no tardará en volver a ser él mismo, a perderse y buscar una salida que no existe.
Abrazos