La otra revolución del 68: películas que cambiaron para siempre la ciencia ficción en La Torre de Babel, de Aragón Radio

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Nueva entrega de mi sección en el programa La Torre de Babel, de Aragón Radio, la radio pública de Aragón, en este caso dedicada dos películas que, hace cincuenta años, cambiaron para siempre el género de la ciencia ficción en las películas.

10 comentarios sobre “La otra revolución del 68: películas que cambiaron para siempre la ciencia ficción en La Torre de Babel, de Aragón Radio

      1. Pues mira que lo pense y no me acordaba de ella. Lo cierto que ese inolvidable final me dejo bastante impactado siendo niño. Muy interesante el programa. Lo escuche de madrugada lloviendo a mares…jeje
        Saludos!

  1. Todavía funciona. Algo anticuado en la puesta en escena, pero la versión de Tim Burton, que es mucho más reciente, es mucho más vieja.

    Radio y lluvia, excelente combinación. ¡Saludos!

  2. Hoy sí que he podido escuchar todo lo del reproductor, amigo Alfredo. No sé si ha sido mis oídos, mi paranoia o las extrañas interferencias que se han producido mientras escuchaba, muy de ciencia ficción. Interferencias de origen extraterrestre o algún monolito oculto que trata de decirnos algo. En fin, que escucho a Gonzalo Tena con unos cantos gregorianos de fondo. Luego se escucha La estaca de Lluís Llach, luego una voz femenina anunciando “cruceros fantásticos”, pero no matiza si son marítimos o interestelares, a cargo de El Corte Inglés. No sé si conoces la descacharrante obra literaria de ciencia ficción del escritor inglés Douglas Adams; pues bien, todo esto podría ser el arranque de una de sus novelas. Y no te lo pierdas, cuando tú empiezas a hablar sobre las connotaciones políticas e ideológicas dentro de las películas de ciencia ficción se oye ¡un coro de niñas cantando! ¡Para Flipar!

    Bromas aparte, gran intervención respecto al cine de ciencia ficción. El cine, ignorante en casi todo lo que toca respecto a la literatura, tuvo muy claro, desde el principio, que este género necesitaba de grandes decorados y efectos especiales. Méliès con ese viaje a la luna que nada tiene que ver con la obra de Verne, aunque se inspira en ella, introduce espectáculo visual para atraer al público sobre este nuevo invento. Fritz Lang en Metrópolis despliega todo lo que puede dar la técnica del decorado y efectos especiales. Ahí se instaura el mito de la ciencia ficción. Este género literario que ya tenía la mayoría de sus pautas en el siglo XX no fue leído por ningún director de cine, de ahí que siempre se tenga en cuenta las naves espaciales, los extraterrestres, los robots y los mundos exóticos. La ciencia ficción cinematográfica pagaría bien caro por ello. Pero bueno, esto es otra cosa a lo que te quiero comentar aquí.

    La novela El planeta de los simios, de Pierre Boulle no cuenta con ese final de la película, que es precisamente lo que la hizo famosa. Por lo tanto, me gusta más la película que la novela. 2001 es una película, a mi juicio, que pone fin a todas las películas de ciencia ficción porque el listón que deja Kubrick es demasiado alto. La única respuesta a esta gran película es la que hace Andrei Tarkousky con Salaris, lo cual quiere decir, que es la respuesta rusa. Dentro de la nave de 2001 todo es muy aséptico, muy limpio, muy ordenado, pero en Solaris el desorden y la suciedad más una tripulación que ni sale de sus compartimentos ensimismada en su pasado y sus seres queridos. Aquí tenemos otra gran propuesta, pero nadie la siguió. Luego vino Papada Lucas y sacó a todos sus muñecos de peluches del armario y los metió en un parque temático galáctico. Lo demás, ya lo sabemos, mi querido amigo. Solo una cosa más. Cuando en los ochenta se infantilizó la ciencia ficción cinematográfica, la literaria se hizo adulta e interesante con autores como Dan Simmons, C.J. Cerryh, Robert L. Forward… es decir, que eran autores que venían vía Arthur C. Clarke entre otros, y no de esos que escribían sobre extraterrestres feos que venían a este puto mundo para recoger macetas.

    Abrazos mil.

    1. Jajajajaja… No puedo evitar la carcajada en cuanto asoma Papada Lucas…

      Me gusta eso de que con 2001 se acabó todo. Yo también lo pienso. Después solo ha venido una emulación más o menos camuflada. Fíjate en Interestelar, que muchos llaman obra maestra y no sé qué más… Lo bonito de todo esto es el rodeo, lo que los autores se complican la vida para hablarnos de nosotros mismos.

      Por cierto, observo que no dices nada de mi sintonía de introducción. Qué raro, con el buen ojo musical que tú tienes…

      Abrazos

  3. Si te digo lo de siempre, al final pensarás que sólo soy un «bienqueda»; pero si te lo digo, es que lo siento: ha sido superinteresante.
    Por cierto, ¿han recortado el tiempo o es que se me ha pasado muy rápido?

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