Una deliciosa, romántica comedia que se abre y cierra en clave de fantasía y que al mismo tiempo evoca con nostalgia no exenta de filo los modos de vida de la sociedad neoyorquina de finales del diecinueve. Un exquisito ejercicio de Lubitsch y su única película en color. Y naturalmente, resulta un placer renovado volver sobre ella, más aún, quizá, en estas fechas.
¡Feliz Navidad!
Gracias, Teo. Efectivamente, es uno de esos títulos que permiten asistir a todos aquellos pequeños detalles que constituyen el conocido «toque Lubitsch». Quizá algo acaramelada de más, vista hoy, pero poseedora de una magia indudable. De entre todas sus maravillas, me quedo con Charles Coburn. Me encantan ese tipo de personajes de la comedia americana, ese viejo gruñón fumador de puros que va soltando sentencias inapelables cada dos frases.
Pedazo regalo navideño, mi querido y adorado Alfredo.
Beso
Hildy
Ya sabes, mi querida Hildy. Por estas fechas, los gordos y barbudos no podemos evitar hacer regalos… 🙂
Un beso grande, y felices fiestas.
Una deliciosa, romántica comedia que se abre y cierra en clave de fantasía y que al mismo tiempo evoca con nostalgia no exenta de filo los modos de vida de la sociedad neoyorquina de finales del diecinueve. Un exquisito ejercicio de Lubitsch y su única película en color. Y naturalmente, resulta un placer renovado volver sobre ella, más aún, quizá, en estas fechas.
¡Feliz Navidad!
Gracias, Teo. Efectivamente, es uno de esos títulos que permiten asistir a todos aquellos pequeños detalles que constituyen el conocido «toque Lubitsch». Quizá algo acaramelada de más, vista hoy, pero poseedora de una magia indudable. De entre todas sus maravillas, me quedo con Charles Coburn. Me encantan ese tipo de personajes de la comedia americana, ese viejo gruñón fumador de puros que va soltando sentencias inapelables cada dos frases.
¡Felices Fiestas!