Seis destinos (Tales of Manhattan, Julien Duvivier, 1942)

6 comentarios sobre “Seis destinos (Tales of Manhattan, Julien Duvivier, 1942)

  1. Que tal Alfredo!
    Creo que estamos ante una de esas pequeñas joyitas (quizas sobra el diminutivo…) de la que poco se suele hablar. Un reparto magnifico y unas historias entrelazadas con el frac de por medio. Quizas sea la de Edward G. Robinson la que mas me gusta, aunque hay que reconocer que esa escena de Hayworth y Boyer en el pabellon de caza tiene un punto entre misterioso y excitante.
    Por cierto, hay una duda que no acabo de resolver con el paso de los años. El momento en que Laughton entra en el teatro podemos ver el cartel anunciador con obras de Bach, Debussy, Mozart y Wagner. Bien, pues precisamente en el 54:50 suena una sintonia que me resulta tremendamente familiar, creo que la he oido a modo de entradilla o careta quizas de algun estudio o productora, no estoy seguro.
    Un saludo!

    1. Correcto, lo utilizó Lauren Films durante un tiempo. Es el Perpetuum Mobile, de Johann Strauss (hijo). De vez en cuando suena en el Concierto de Año Nuevo (no este año, por ejemplo).

      La película, como todas las que se construyen con episodios, me parece desigual pero interesante.

      Saludos!

  2. Qué casualidad! Esta peli la he visto por primera vez hace tan sólo unos días. No me parece una gran película pues para mí está algo descompensada debido a algún episodio poco interesante; el último el que menos, hasta diría que me parece un poco sonrojante, y el episodio protagonizado por Henry Fonda y Ginger Rogers (en algunos planos de esta actriz la encuentro un parecido tremendo con Melanie Griffith, de verdad) empieza muy bien pero, a medida que avanza, comienza a desinflarse para terminar de manera bastante inverosímil. Pena, porque la película, a mi juicio, tiene un episodio brillante (el de Edward G. Robinson y George Sanders), otro magnífico (el primero, protagonizado por Boyer, Mitchell y Hayworth) y uno estupendo – aunque termina de manera un tanto convencional – que es el de Laughton y Lanchester.

    Saludos!!

    1. Es lo que comentaba más arriba, que las películas de episodios, en general, suelen caracterizarse por su desigualdad. Falta equilibrio, es normal. En casos como este, el reparto es un aliciente, aunque el hecho de que esté compartimentada en capítulos que no tienen que ver uno con otro hurta el placer de la interacción, pongamos, entre Rita y Laughton, o entre este y Robinson. Ahí habría mucho que rascar, pero precisamente es la idea de la película la que nos lo quita.

      ¡Saludos, y buen año!

  3. Entre las modas que han ido apareciendo en el cine a lo largo de su historia, está la guadianesca de los films de episodios. El que ahora comentamos consta de cinco (pese a la alusión en el título castellano al número original que incluía un breve sketch interpretado por W. C. Fields y que fue eliminado en el montaje final) y adopta, en función de lo que nos cuentan en cada capítulo, distintos tonos narrativos, que van de la comedia al melodrama. Si bien el nivel de interés varía de uno a otro, algo inevitable en este tipo de películas segmentadas, el perfecto acabado de la cinta y su nutrido reparto de estrellas, fueron valores seguros que servían para eliminar en buena parte el riesgo de salir defraudados de la función. Pero, vamos, confieso que a mí las películas de Julien Duvivier nunca me han enganchado de manera especial.
    Un saludo.

    1. Aquí están los seis pasajes, incluido el de W. C. Fields. En cualquier caso, a Duvivier siempre habrá que reconocerle el haber dado el toque definitivo al noir, el fatum.
      Saludos.

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