Nueva entrega de mi sección en el programa La Torre de Babel, de Aragón Radio, la radio pública de Aragón, en este caso dedicada al cine de aventuras: capa y espada, veleros y naufragios, hallazgos arqueológicos, exploración y conquista…
Reflexiones desde un rollo de celuloide
Mira que llegaba a gustarme las pelis de aventuras de niño, pero a medida que las iba viendo iba leyendo a los grandes autores de las grandes aventuras del siglo XIX. Hoy, la mayoría de estas pelis han envejecido de lo lindo. Sin embargo, sigo hincando el diente a Verne, Conrad, Kipling, Stevenson, Burroughs, Haggard, Melville, London, etc. Ay, si pudieras leer un exquisito librito de tan solo 85 páginas publicado en Acantilado titulado «Los náufragos del Batavia (Anatomía de un desastre), de Simon Leys. Por cierto, hablando de Haggard. Mira que llega a ser cojonuda su novela «Las minas del rey Salomón», y sin embargo, sus versiones cinematográficas dan para echarse unas risas. Stewart Granger parece surgido de un logotipo de barbería de años ¡ah! Chamberlain introducido en una olla de barro y rodando por las laderas pecadoras. Me parece que hay uno del año trreinta y siete y otra de 2004.
Un fuerte abrazo, amigo.
Pues no te pierdas la de 1937: uno de los negros del poblado se marca unos números góspel que quitan el hipo. Creo que aguantan mejor estos autores que Salgari o Sabatini.
Tomo nota del libro, sinvergüeza. Qué poco caso me haces… 🙂
Abrazos
Muy interesante tu reflexión sobre la infantilización del género de aventuras a partir de los ochenta; me refiero a eso de que, anteriormente, el héroe era un cínico y después ha pasado a ser beatífico. Y también me quedo con la explicación final que das sobre el porqué ya no mola en la actualidad.
Gracias, Carlos. Esto viene a propósito de lo que comentaba en un programa anterior, cosas que ya no se pueden hacer en el cine porque la tecnología, la vida y la percepción del público han cambiado. No es el único género en que ocurre, ya comentaremos alguno más.