–El Gran Jefe Blanco habla por muchas lenguas. ¡Todas ellas mienten! Cuando el soldado blanco hace una matanza de indios dice que ha ganado una batalla. Pero cuando el indio gana una batalla, el soldado blanco dice que el indio ha hecho una matanza de blancos.
==============================
-¿Qué demonios hace un negro entre los sioux?
-Me cogieron prisionero y me quedé con ellos.
-¿Cuál es tu nombre?
-Ahora me llamo Esclavo Negro Escapado del Infierno Blanco.
-¿Y antes?
-Solo Sam…
(guion de Jack DeWitt y Sidney Salkow)
No recuerdo mucho esta película. Sé que sale el puto Toro Sentado, el jefe de los putos Sioux, el puto general Custer y todo eso. Lo del negro no lo recuerdo. Que pocos actores de color intervinieron en las películas del lejano Oeste. Y eso se nota ahora cuando volvemos a verlas. Qué bien está el gran Woody Strode en “¿Quién mató a Liverty Valance?” O en “Los profesionales”. Luego todo se quiso arreglar y volvieron a confundirlo todo. Un Richard Pryor desfasado o un Denzel Washington en el remake de “Los siete magníficos”. Y ya ni te hablo cuando vimos (por desesperación), “Asesinato en el Orient Express” del vikingo Kenneth Branagh. Allí metieron con calzador al actor de color Leslie Odom Jr., como general. Y si los rumores son ciertos, el próximo James Bond será de color. Y, sin embargo, el gran novelista de color Chester Himes está completamente olvidado y no se le ocurre a nadie realizar películas de los dos magistrales personajes creados por el viejo Himes: los detectives de color de Harlem; Ataúd Ed Johnson y Sepulturero Jones. Quizá se haga, pero a la inversa. Serán interpretados por Brad Pitt y Matt Damon. Quizá un biopic de Louis Armstrong será interpretado por Willem Dafoe. Quizá otro biopic de Frank Sinatra será interpretado por Forest Whitaker. Joder, qué lío tío.
Abrazos mil.
Querido Paco, la película sobre los personajes de Himes existe, y se titula Cotton Comes to Harlem (Ossie Davis, 1970). ¿Cómo lo sé? Porque la vi justamente ayer. Muy entretenida.
Hay más negros en el Oeste. Sidney Poitier, por ejemplo, cuya primera película como director fue un western, precisamente. Y Jim Brown, que protagonizó la primera secuencia de sexo interracial del cine con Raquel Welch. Y alguno más ha habido…
Creo que Idris Elba ha perdido la carrera para ser Bond. Tal vez una mujer vaya antes que él.
Abrazos
Sí, ya lo sé, amigo Alfredo. Algodón el Harlem es una espléndida novela en la que se basa la películas de 1970 de Ossie Davis y protagonizada por Godfrey Cambridge y Raymond St. Jacques. Tuvo una secuela. Y también tenemos la exitosa y setentera Shaft que tuvo un remake la mar de cutre en el 2000 haciendo de sobrino de Shaft, Samuel L. Jackson. Y también los que apuntas. Yo me refiero a la repercusión que es más bien nula, casi sin importancia. De Poitier siempre nos quedará sus películas de ámbito racial fuera del western: ¿Adivina quién viene esta noche? Rebelión en las aulas, En el calor de la noche y Fugitivos. El tema es de lo más interesante, amigo mío. Ahora, para resarcir problemas y olvidos pretéritos se está llevado a cabo otro extremo que raya el ridículo. No sabía eso de Idris Elba perdiendo la carrera para ser Bond y que tal vez una mujer vaya antes que él. (¿Bruce Willis disfrazado de mujer y cubierto de betún?). El problema radica en que deberían crear un personaje de color a la altura de Bond y no poner a Bond como negro. Es como si decidieran hacer una película de Sherlock Holmes interpretado por Whoopi Goldberg. No es cuestión de racismo, faltaría más, pero coño, la cosa no es así. Ahí tenemos el bodrio de todos los bodrios habidos y por haber: la mierda de película basada en la saga de Stephen King «La torre oscura». El personaje principal está inspirado, ya en los años setenta, en Clint Eastwood. Pues bien, vuelve a salir el bueno de Idris Elba. No es el personaje, ni mucho menos. Parece más bien, un tipo salido de los campos de algodón repartiendo leña por eso. En fin, creo que es un buen tema de debate no exento de polémica. Lo dejamos para cuando nos volvamos a ver.
Más abrazos.
Jajajaja… Hablando de Clint, ayer, por fin, vi Mula. El viejo (nunca mejor dicho) Clint de siempre, para lo bueno y para lo malo.
No sé muy bien en qué consiste la cagada de Idris Elba; creo que hizo algún tipo de comentario en redes o se rescató algún mensaje suyo del pasado que le generó algún tipo de problema de reputación (mensajes machistas, o tal vez contra el personaje, o contra el cine alrededor de Bond) que le han hecho perder posiciones. Lo último que supe es que andaban intentando meter una mujer como Jaimita Bond. El caso es que, mientras surgen este tipo de especulaciones, el rodaje del Bond 35 continúa (a duras penas, como todos los últimos, que están llevando a MGM al borde de la quiebra) y se busca al sustituto de Daniel Craig, para lo cual ya se barajan algunos nombres.
Entiendo bien lo que dices. Orson Welles hacía aquellos montajes de Shakespeare con actores negros en los años treinta, Macbeth en Haití y esas cosas. Entonces tenía un sentido muy concreto; ahora no tiene ninguno. Creo que nos estamos agilipollando mucho con eso de la descontextualización y la multiculturalidad. Es como poner un Quijote chino o finlandés, bajo el pretexto de la universalidad. Menuda gilipollez: la cualidad real de universalidad está en que un manchego hable a un chino de cosas que a este le importan, no que un chino haga de manchego para que los chinos intenten comprender a un manchego. En fin, ya sabes a qué me refiero.
Efectivamente, no es racismo. Es, simplemente, huir de la corrección política para no devaluar las historias.
Abrazos
Que por cierto, en Shaft, ese cartel de un concierto de Raphael… Jajajaja…
Hombre, Raphael tiene también su papel en una de las películas de Álex de la Iglesia. Raphael es un genio. Y no lo niegues, tunante. Nos reímos un montón con aquel anuncio de Navidad con la Caballé más los sucesivos montajes piratas que circulan por la red. Raphael es el que lleva, posiblemente, la peluca y dentadura postiza más cutre de la historia. Es un escándalo este hombre. Si hubiese nacido en EE.UU., sería el icono de las series televisivas americanas (cameos) y papelillos en pelis, tipo «Mars Attacks!» Así que un respeto. Y si lo untan de betún, hasta podría hacer un biopic de Sammy Davis Jr.
Tú lo has dicho: «Efectivamente, no es racismo. Es, simplemente, huir de la corrección política para no devaluar las historias». La multiculturalidad está haciendo perder el norte al arte. Ahora tenemos en Barcelona una exposición de la obra de Vincent van Gogh en 3D y a tamaño gigante, como las ofertas de las hamburguesas del centro comercial tras salir de ver una película de Ventura Pons. En esta exposición las marujas con sus juanlanas y la prole pueden introducirse dentro de los cuadros de este pobre hombre. Por lo visto, salen encantados. Las marujas dicen que se van a comprar una reproducción para colgarlo en el comedor que hará juego con el tapizado del sofá. El juanlanas dice a la vez que se lo va a recomendar a su «jefe de sección». Los churumbeles solo salen con hambre. Quieren ir al McDonald’s. Por cierto, ¿cómo he llegado hasta este tema? No lo entiendo. El inicio de todo ¿no era Toro Sentado?
Más abrazos.
Los caminos a los que puede llevarte Raphael son inescrutables. Lo que es no saber retirarse a tiempo… Supongo que es de esa gente que si se retira, la palma en cuatro días. Temo que le suceda lo mismo a Eastwood, aunque su Mula no me ha convencido mucho. Prefiero, no obstante, que haga y haga películas a que se quede en su casa vegetando. Tal vez le salga alguna obra mayor que nos calle la boca a todos los que pensamos que mejor habría hecho retirándose en 2008. No sé si el biopic que protagonizaría Raphael sería de Sammy Davis Jr. o más bien de Al Jolson.
Vi un reportaje de esa exposición en un telediario, mientras me comía unas lentejas. Están de moda esas gilipolleces de interactuar con las exposiciones, como si no bastara, si lo expuesto es bueno y digno, con dejarse imbuir por lo que son el arte y los objetos, como si se necesitase algo más (algo táctil, o manipulable), como si hubiera que establecer una jerarquía entre los sentidos que pusiera siempre el tacto en el número uno. No sé para qué. Tenemos otros cuatro. De todas formas, mejor meterte en la cama de la habitación de Arlés que te hagan probar a cucharadas la pintura…
No sé qué opinaría Toro Sentado de todo esto, pero, probablemente, él no se contentaría con un tajo a una oreja.
Abrazos