Música para una banda sonora vital: Fame, de David Bowie

Fame, tema de David Bowie, es uno de los hilos conductores musicales de La casa de Jack (The House That Jack Built, Lars von Tier, 2018), inclasificable película sobre un asesino en serie de la América de los años setenta (Matt Dillon) que aspira a hacer de cada crimen una obra de arte. Curiosamente, se usa en el mismo sentido, aunque de manera fugaz, en Copycat (Jom Amiel, 1995), película sobre el mismo tema, cuyo matarife pretende imitar en sus asesinatos a los grandes asesinos psicópatas de la historia criminal de los Estados Unidos.

6 comentarios sobre “Música para una banda sonora vital: Fame, de David Bowie

  1. Me gustan mucho las historias de psicópatas inteligentes, artistas del crimen, descreídos de la humanidad, cínicos, excéntricos millonarios que emplean su fortuna para destruir parte de un mundo caduco e insoportable. El cine ha dado mucho de esto, pero tocando siempre la parte más tópica donde siempre acaban ganando los “buenos”, es decir, los defensores de la manipulación social. Muerto el canalla con música triunfal y títulos de crédito y todo el mundo, al día siguiente, va feliz a fichar en su trabajo de mierda. El feliz vagabundo se arropa con su raída manta dispuesto a dormir en el portal oscuro. Las finanzas siguen su curso…

    Como me gustaban tanto esos asesinos originales (gracias Jack el Destripador, gracias Hannibal Lecter, gracias Fantomas, gracias Fu Manchú, gracias Dr. Mabuse), me puse a buscar en la literatura historias menos tópicas. Encontré más de lo mismo hasta que cayó en mis manos un tipo italiano muy poco conocido que empezó trabajando en publicidad llegando después al mundo del espectáculo como cómico de cabaret. Ojo al dato, señores: “publicidad y cómico de cabaret”; dos trabajos de por sí donde se adquieren conocimientos amplios sobre nuestra sin par raza humana. ¿Qué más hizo este tipo? Se puso a escribir novelas sobre psicópatas la mar de originales. Asesinos que cogían los cuerpos de las víctimas y los presentaba a la policía como si fuesen performance. Cuerpos cubiertos de pintura como personajes de cuadros surrealistas; cuerpos que adquieren aspectos grotescos imitando a los personajes de la serie de dibujos animados “Carlitos”, y la poli, con todos sus conocimientos, con todos sus laboratorios, rollo CSI, no hay forma de atraparles. ¿Ha leído Lars von Tiers a Giorgio Faletti? Ese es su nombre. Novelas como “Yo mato”, “El tercer lado de los ojos” (genial), “Fuera de un evidente destino” o “Yo soy Dios”, son historias originalísimas sobre este tema. Hace que Norman Bates, Michael Myers, Jason Voorhees, El Cara de Cuero de la “Matanza de Texas”, Ventura Pons y todo el slasher de los ochenta, sean capítulos de cualquier serie de Disney Chanel.

    Abrazos mil y buen finde.

  2. Hombre, viviendo donde vives, no me extraña… 🙂

    Mira, ayer vi un bodrio de película sobre eso que cuentas al principio de tu comentario. Es Viva María!, de Louis Malle (1965), con la Bardot y Jeanne Moreau, y con George Hamilton de mexicano. En fin… Si mantuviera la sección, iría derechita a la tienda de los horrores. Pero, eso sí, tiene dos o tres detalles buñuelianos (el coguionista es Jean-Claude Carrière) que la salvan de la quema: tienen que ver con frailes y con banqueros. En cuanto a estos, cuando los revolucionarios entran en la capital de San Miguel (¿cuántos pueblos latinoamericanos de las películas se llaman San Miguel?), los banqueros salen al balcón del edificio del Banco, con sus chaqués y sus sombreros de copa, a disparar contra las hordas revolucionarias. Al final de la película, sin embargo, después de que hayan triunfado los insurrectos, los mismos banqueros posan sonrientes bajo la estatua erigida a mayor gloria del cabecilla de la revolución. En fin, una peli lamentable salvo los breves destellos surrealistas que contiene.

    Tomo nota (una vez más, brrr…) del amigo Giorgio. ¿No será pariente de Falete? Con ese apellido… Creo que el peor de todos esos que citas es Ventura Pons. Las mata callando…

    Abrazos

  3. Vayamos por parte, amigo Alfredo, que contigo la cosa se desmadra. Yo aquí intentando escribir un comentario sesudo y tú me sales con: «George Hamilton de mexicano» y con Falete. Ja ja ja. Como es viernes solo puedo imaginar que esta noche saldrás de farra con un sobrero mexicano y cantando por Falete.

    La película de Malle es una puta mierda. Estaría bien que abrieras esa «Tienda de los horrores», te lo digo porque yo también podía explayarme a gusto en los comentarios. De allí nació nuestra pasión por películas como «Howard, el nuevo héroe» y esa que dirigió Miliki con el Dúo Sacapuntas. Eso sí, jamás te perdonaré tu cobardía, tunante, por no atreverte a ver «El Ete y el Oto», de los hermanos Calatrava.

    Y has el favor de no meterte más con Ventura Pons. Acaban de inaugurar una expo sobre él. Allí se exhiben todas sus camisas hawaianas y sus lacitos amarillos. Todo muy mono, muy cuco.

    Más abrazos miles.

    1. Muchísimo peor, querido Paco: hoy es el magno acto de presentación en Zaragoza City de El Eco de los Ebrios. Espero que la cosa dé para unas crónicas, aunque ahora mismo estoy demasiado descentrado y ocupado para enviártelas, estas y las pendientes.

      Puede que reconsidere la reapertura de la sección solo por este título, pero esos guiños buñuelianos me resultaron demasiado enternecedores… En fin. Me hago mayor. Tal vez abra una sección propia para Ventura Pons; a esa expo no iría ni de coña.

      Abrazos

  4. Joder. ¡El Eco de los Ebrios! Presentación de presentaciones. Jode, joder, joder. ¡Y yo con estos pelos! Será una noche inolvidable, amigo mío. ¡Qué pasada! Me gustaría estar allí. Ya sabes lo que llego a amar todo tipo de presentaciones. Las presentaciones presentan, ya te digo, un territorio para escribir sobre ellas. Personajes, situaciones, absurdos, surrealismo, cine cómico silente, sueños, pesadillas, vanidad de vanidades, narcisismos y otras eyaculaciones mentales. Creo que los novelistas actuales que se quejan por falta de inspiración deberían acudir a todos estos eventos pero desde la periferia del escritor en ciernes. «El Eco de los Ebrios», joder; el mayor acontecimiento después del estreno de «Lo que el viento se llevó». Pues eso, el simple eco de los ebrios llevado por el viento como bola de rastrojos.

    Ya me contarás. Espero esas crónicas comiéndome las uñas.

    Abrazos

    1. Jajajaja. Estás fatal… Todavía te da tiempo de coger un tren, hombre, si llegas de sobra…

      La más alta ocasión que vieron los siglos; y si no, al tiempo. Espero poder recopilar sucedidos y anecdoctarios varios con los que llenar las noches de invierno…

      Abrazos

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