Apocalypse, de Cigarettes After Sex, suena en este reverso romántico de la problemática del amor robótico con fecha de caducidad que ya se planteaba en Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Más preocupada de lo emotivo que de lo tecnológico, la película desaprovecha el potencial de su premisa en aras de una taciturna y estilizada languidez hacia el reencuentro sentimental. Posee, no obstante, cierto encanto, aunque resulta mucho más interesante por lo que apunta que por lo que cuenta.