Mis escenas favoritas: Los sobornados (The Big Heat, Fritz Lang, 1953)

El célebre momento de la cafetera hirviente protagonizado por Gloria Grahame y Lee Marvin en este impagable clásico del film noir dirigido por Fritz Lang en 1953.

 

4 comentarios sobre “Mis escenas favoritas: Los sobornados (The Big Heat, Fritz Lang, 1953)

  1. Querido Alfredo, has dado con una de las películas que amo. Fritz Lang es uno de mis directores de cabecera (pocos como él han cultivado tanto mi mente y me han enseñado tanto de la condición humana y del mundo que nos rodea). Su cine continúa tan vigente que resulta aterrador (esa masa social espoleada y enfurecida, el falso culpable del que Hitchcock tomaría buena nota, la tecnología como arma invasora en nuestras vidas, las redes de espionaje, la corrupción en todas y cada una de sus fornas, la ineluctabilidad del destino, la exploración que hace del mal…).
    Esta película reúne como pocas la gran mayoría de las constantes de su cine y, en clave de noticiario pero sin renunciar al expresionismo, dota de un gran realismo la historia para contar las secretas (o no tanto) relaciones entre mafia criminal y estamento policial mientras pone en primer plano a unos personajes que se verán arrastrados al abismo. Venganza, amor imprevisto y unidireccional, salvación y redención. ¿Alguien da más?
    Grandiosa secuencia, dos actores que me enamoran y un director que se las sabe todas para una película imperecedera.

    Besazos. No te imaginas cuánto me has alegrado el día.

  2. Caramba… Me alegro mucho, muchas gracias.

    Esta secuencia proviene, además, de una que comparten Gloria Grahame y Glenn Ford en la habitación del hotel. Absolutamente grandiosa. Lang es el mejor diseccionador de sociedades que ha dado el cine. Si desmontó el nazismo desde el minuto uno de su llegada al poder (Mabuse), o incluso antes (M), en cuanto llegó a América, y durante 20 años (con sus baches, como Guerrilleros en Filipinas, por ejemplo, película totalmente alimenticia) se dedicó a hacer lo mismo con los Estados Unidos, lo que le granjeó no pocas dificultades. El mismo año de su estancia en Hollywood,1956, se marcó dos obras mayores de la talla de Mientras Nueva York duerme y Más allá de la duda. Y es lo que tú dices, le saca el tuétano a cada situación hasta que revela el panorama social que la genera, la consiente y la perpetúa. Un maestro.

    ¡Besos! Me alegra alegrarte.

  3. Totalmente de acuerdo con los dos respecto a Lang y sobre esta secuencia, que casualidad entre casualidades, por dos peticiones muy diferentes, he hecho que esta semana varias personas la vieran.
    Las películas de Lang me han entusiasmado siempre y mi amor eterno quedó afianzado hace muchos, muchos años cuando me enamoré sin remedio de Solo se vive una vez. A partir de ahí Lang solo me ha ofrecido un deleite tras otro, pese a su universo pesimista. Hay varios hitos que no olvido: la visión de M, lo que he disfrutado siempre con el dúo de cine negro Joan Bennett y Robinson (Perversidad y La mujer del cuadro) y la oportunidad de descubrir en pantalla grande y con orquesta en directo una de sus películas mudas: Spione.
    Besossss
    Hildy

    1. Y no nos olvidemos de una de las más maravillosas películas de aventuras y de iniciación de todos los tiempos, Los contrabandistas de Moonfleet. Todo Lang vale su peso en langostinos.

      Besos

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