Un puro gozo esta larga conversación, estructurada en ocho partes, entre dos de los grandes cineastas europeos, que coincidieron juntos en El desprecio (Le Mépris, 1963).
Reflexiones desde un rollo de celuloide
Un puro gozo esta larga conversación, estructurada en ocho partes, entre dos de los grandes cineastas europeos, que coincidieron juntos en El desprecio (Le Mépris, 1963).
Un deleite absoluto. Cuánto se aprende de esta gente. Nuevamente quiero darte las gracias por haberme dado a conocer esta entrevista hacia un gigante del cine. Ay, si en las televisiones emitieran este tipo de reportajes… una menda vería la tele, jajaja.
Mira, si algo bueno tiene para mí el tubo catódico es que (a excepción de los canales de cine de pago y poco más) lo que hacen es ahuyentarme de verla.
Besos!
Ya lo decía Groucho Marx: «considero la televisión muy educativa; en cuanto alguien la enciende, me marcho a otra habitación a leer un libro».
Besos
¡Exacto!
A mí también se me quitan todos los males, tanto viendo gran cine como leyendo buena literatura; hasta con una buena comida o asistiendo a charlas con eruditos. Como si se me regenerasen cuerpo y neuronas.
Me hubiese gustado mucho, de haberlo sabido, haber podido asistir a esa charla de cine y arquitectura que mencionaste en otra reseña. Si alguna vez das alguna en León y sitios aledaños, me encantaría saberlo.
Besos.
Pues no tengo nada previsto en León próximamente, por desgracia. No conozco la ciudad, y muy poco la provincia, pero, de momento, el bolo se queda en Covarrubias, que no es exactamente un lugar aledaño… Tal vez, si la promoción del libro se dispara… Pero lo dudo, que la cosa está muy mala…
Besos
Imperdible. La ví cuando me documentaba para mi doble entrada de Lang. Todavía, hoy, es moderno.
Un abrazo.
Hay otra de William Friedkin magnífica. Te haces un programa doble con estas dos y se te quitan todos los males.
Abrazos