Cine de verano: Toma el dinero y corre (Take the Money and Run, Woody Allen, 1969)

12 comentarios sobre “Cine de verano: Toma el dinero y corre (Take the Money and Run, Woody Allen, 1969)

  1. Es una película llena de gags excelentes, desternillantes. El viejo Woody en embrión. Veintiocho años después volvería a realizar un filme compuesto de gags: “Desmontando a Harry”. Son películas maravillosas donde cada espectador recuerda la historia que más gracia le ha hecho. Como se trata de Woody, uno no puede quedarse con una sola historia. Hay humoristas que son unos pelmazos porque en toda una película solo se puede rescatar algo, no sé, las películas de Rowan Atkinson (Mr. Bean) o las de Mel Brooks, por poner algunos ejemplos. Pero cuando hablamos de “Toma el dinero y corre” o “Desmontando a Harry”, cualquiera se pone a hablar del gag que más le ha gustado y acaba hablando de todos.

    En “Toma el dinero y corre”, siempre menciono la famosa escena del atraco donde Woody lo dice por escrito en un papel. La frase está llena de faltas de ortografías y los empleados del banco… en fin, ya lo sabemos. Pero también está esa tortura de introducir a un tipo en un agujero y con él a un vendedor de seguros… Y paro ya porque acabaría hablando de toda la peli.

    Ay, no sé si te has enterado de cómo lo han recibido en el país vasco. En Oviedo se habla de quitar su estatua. En Estados Unidos jamás cayó bien. Ahora Europa; cuando toda ella está infectada de fachas, el viejo continente ya no se representa como cultura. De made in Spain, mejor me callo. En Texas ha habido un tiroteo al más puro estilo western. Woody: 83 años. Un gran puñado de obras maestras. Cuando se muera y pase unos años, el viento y las bolas de rastrojos sobre su tumba, todo el mundo lo reclamará. Se volverá a poner la estatua en Oviedo. En el país vasco se inventarán “el montadito Woody”. En Estados Unidos seguirán pegándose tiros. Y en made in Spain… dejémoslo estar.

    Abrazos mil

    1. Sí, me enteré, los mismos que aplauden y vitorean a los asesinos se manifiestan contra una persona de la que no se ha probado delito alguno. El mundo se va a la mierda.

      Mejor quedarse con las ocurrencias del amigo Allen. ¿Qué me dices de la pistola de jabón? En fin, el humor es una cosa demasiado seria para dejárselo a cualquiera. Y si no, fíjate en las comedias que defeca el cine español en los últimos lustros, producidas por canales de televisión (especialmente Telecinco y Antena 3, además de algunas autonómicas como la de Aragón, por ejemplo). Por favor, hacen buena a la bazofia.

      Abrazos

  2. Visto ahora, el primer largometraje de Woody Allen es una especie de borrador en el que van esbozán­dose de manera más o menos inconexa algunas de las constantes y obsesiones que conformarían su obra posterior. En cualquier caso, se trata de un film muy irregular, sin apenas estructura narrativa y sobrecargado de gags, algunos en verdad excelentes (los visuales, con influencias de Tashlin y Lewis, y la brillantez de los verbales, de clara inspiración grouchista).

  3. Aunque reconozco lo irregular e imperfecto de la propuesta, esta película me parece una de las más simpáticas y divertidas de la producción más puramente humorística de Allen.

    La idea del falso documental me parece acertadísima y la imagen de los padres avergonzados, disfrazados para ocultar su identidad, símplemente una genialidad. La escena de la banda de música, del atraco, del intento de fuga con la pistola, etc… todas ellas divertidísimas e innolvidables.
    Curiosamente también me gustó bastante Zelig de 1983, la cual fue rodada nuevamente como un mockumentary.

    saludos.

    1. Muchas gracias, por tu comentario, Jesús. Zelig me parece una de las cimas de una década tan irregular y, en general, negativa para el cine de Hollywood como los ochenta, y uno de los mejores títulos de entre los muchos excelentes de Allen.

      Saludos.

  4. Buenos días a todos:

    Hablar hoy de Woody Allen destila por lo general una cierta melancolía. ¿No os parece? Todo lo que le viene sucediendo en los últimos años ha ensuciado su imagen, su prestigio y hasta el propio visionado de sus obras maestras. No es que quiera abrir un debate moralista al respecto, pero es que resulta un poco inevitable. En el mundo este tan bizarro en el que vivimos la gente parece que ha perdido un poco la sensatez. No hay más que ver quien gobierna el mundo. Yo no sé si Woody Allen es culpable o no. Desde luego, si lo es, merece todos los castigos y penas que puedan recaer sobre él sin ningún género de dudas, incluso el escarnio público generalizado. Sin embargo, a mi lo que más me duele de todo este asunto es lo poco que dice de nuestra sociedad el hecho de que el escarnio ya haya surtido efecto y no haya posible marcha atrás de ningún tipo, pese a que los hechos no se hayan dirimido como debe ser, en un tribunal y con testimonios bajo juramento emitidos desde todas las partes implicadas y valorados y ponderados ante un juez o un jurado sensato y justo. No sé, Todo me parece muy precipitado. Dicen por ahí (una amiga mia me lo dijo el otro día, y es una visión muy generalizada que se da ante este asunto) que «no tiene ningún sentido que su hija, Dylan, se haya inventado todo esto….Eso no tendría ningún sentido.» No digo yo que la hija adoptiva de Allen se haya inventado nada, pero ¿y si hubiera distorsionado un poco los hechos? A ver. No es que yo quiera exculpar a Allen de sus posibles responsabilidades o incluso delitos, como si fuera un fan fatal empeñado en salvarle a toda costa. Pero es que en este caso concreto yo veo cosas muy, muy extrañas. En primer lugar, todo el mundo, TODO el orbe planetario, tiende por inercia a considerar a Allen culpable basándose en los prejuicios generalizados sobre la relación que el neoyorquino viene manteniendo con Soon Yi desde hace casi treinta años. Cuando se destapó todo aquello, se vertieron muchos infundios y se destiló mucha inquina. Puede que la actitud de Allen no fuera la ´mas correcta, pero las cosas se sacaron increiblemente de quicio. Soon Yi y Allen no hacían vida familiar corriente porque ella era ahijada de Mia Farrow y Andre Previn (su anterior marido), y porque Woody y Mia no vivían juntos. Por otro lado, pese a la diferencia de edad, Soon Yi ya estaba muy entrada en la edad adulta (tiene más edad incluso de la que se cree, porque llegó sin papeles desde su país asiático de orígen, por lo que muchos incluso presumen que tiene más edad de la que se dice…..).

    Pero una cosa sí es cierta. Mia Farrow, pese a que no se suele hablar mucho del papel que juega en toda esta cuestión, se volvió loca loca de celos, y enfermó de odio mortal hacia Allen. Eso es un hecho que a veces se olvida y que convendría recordar. Porque aquí se dan factores muy extraños. Tan extraños como que el New York Times destapó toda esta historia con el apoyo del hijo natural de Woody Allen, que, lejos de intentar guardar las formas ante tan delicado asunto, se diría que lo utilizó de manera arribista para medrar en la profesion, prestándose incluso a hacer un uso sensacionalista y amarillista de tan polémica historia. Algunos podrían decir: «¿Y por qué no dudais tanto de Harvey Weinstein?» Pues precisamente porque el caso de Weinstein era «vox populi» en Hollywood y porque una vez destapado, enseguida muchas de las acosadas perdieron el miedo y las denuncias siguieron en cadena. Cosa que no ha pasado con Allen. No quiere eso decir que Allen no abusara, pero los pederastas también suelen ser reincidentes, y el caso es que no han salido más casos, lo que podría ser (no digo que lo sea forzosamente) un dato significativo…….

    En fin. No quería convertir esto en un debate sobre moralidad pública y privada. El caso es que necesitaba hacer esta reflexión por un hecho que me sucedió ayer. Resulta que este domingo estaban echando una película con Diane Keaton en La 1 . Entonces, recordé una cosa muy cachonda que Woody Allen decía sobre ella. Decía: «Diane Keaton cree en Dios. Pero Diane Keaton también cree que la radio suena porque hay gente pequeñita dentro hablando….» Siempre me partí de risa con esa ocurrencia. Pues bien, se la conté a mi hermana, y en su cara apenas asomó una sonrisa tímida y leve. Una de esas sonrisas que parecen más bien que delatan que te duele la cara o algo parecido, porque parecía que ella no se atrevía a reir, o porque no le hacía maldita la gracia, porque eso, era una broma que había parido Woody Allen, el Pederasta ¿comprendeis? Que, aunque le pareciera graciosa, parece que se reía contra su voluntad o algo así, pero sin aspavientos, por el «qué dirán….» No es cosa que le pase solo a mi hermana. Creo que le pasa a la mayoría de la gente. Y es algo muy triste. Si la cosa fuera materia juzgada y probada lo comprendería. Pero tal y como se han dado las cosas, me parece algo un tanto triste e incluso injusto en este momento dado de la historia personal de ese hombre.

    Y en cuanto a «Toma el dinero y corre», junto con «Bananas» y «El dormilón» mi película favorita de Allen de aquella primera época. Una máquina bien engrasada para hacerte reir a pleno pulmón. Dice el neoyorquino que para él hacer estas películas con gags encadenados era lo más fácil del mundo. Que para él está chupado. No es del todo consciente de que el 99,9% de los guionistas de comedia de este planeta matarían literalmente por el simple hecho de que se les ocurrieran tres o cuatro gags como esos, que son de los que marcan época. Porque no es nada común. Por eso Woody Allen dice que, en la escritura de guiones, él prefiere apuntar alto. Y por «alto» se refiere a dramaturgos clásico de peso, como Ibsen en el teatro, o Bergman en el cine («Wonder Wheel» destila cierto saborcillo a Eugene O´ Neill) Pero es una pena que en alguna ocasión no se decidiera a retomar esta línea de comedia desternillante (siempre que le dejaran hacer cine, no como el impresentable de Jeff Bezos, que le canceló ´su contrato…..)

    Un saludo.

    1. Bueno, mientras nadie presente pruebas de nada, para mí la imagen personal de Woody Allen permanece intacta, y la artística, completamente al margen de hojarasca mediática. Dios nos libre de las religiones laicas, y de los «ofendiditos».

      Wonder Wheel me parece la mejor película norteamericana estrenada en España ese año, y una de las cimas de su filmografía. Lástima de Justin Timberlake, que es malo con ganas.

      Saludos

      1. A mi también me gustó mucho Wonder wheel. Kate Winslet esta excelsa y radiante. Pero por eso del escándalo a nadie le llamo la atención. Estaban todos demasiado ocupados preparando la hoguera. De hecho, a mi juicio Allen estaba recuperando bastante el pulso antes de todo el revuelo, porque a mi juicio Cafe Society era también bastante buena. Que opinas?

        Saludos.

      2. No, Café Society no me gustó demasiado, a pesar del gran cierre. No me gustó el protagonista, y la trama me pareció, además de reiterativa respecto a otras películas de Allen, poco sustanciosa. Excepto en el final, que me parece estupendo.
        Saludos.

  5. Pero bueno (sobre «Cafe Society») bien está lo que bien acaba, ¿no? A mi me gustó bastante, la verdad….Pero no solo esa. Aunque para el nivel habitual de Allen, películas como esa, como «Irrational Man», o como «Magia a la luz de la luna» (¿se llamaba así?), o como algunas otras de los últimos años, están claramente por debajo del standard de sus clásicos imperecederos, a mi, personalmente, me pasa una cosa. Aunque muchas de esas, en el «cánon Allen» (digamos, por ponernos pedantes) puntúan a un nivel bajo, si las comparas con todo el resto de la producción cinematográfica internacional que se acaba estrenando en cines durante el resto del año, a mi me sucedía que las de Allen siempre me parecía que estaban entre las tres mejores (o directamente las mejores) de dichos años, dado el bajo nivel que yo vengo observando desde hace un cierto tiempo (quizás demasiado tiempo incluso…..) No sé si a vosotros os pasa lo mismo. Al principio,eso que decían de que todo el talento se estaba desplazando a la televisión, me parecía un poco tópico, pero la verdad es que hay muchas series televisivas que en calidad son infinitamente superiores al «mainstream» cinematogáfico actual. A mi, las dos últimas series que más me han impactado son «The Young Pope» (irónicamente genial) de Paolo Sorrentino, y ahora estoy bastante hechizado por «The Crown» (la primera temporada era bastante «patata», demasiado centrada en formulismos monárquicos del tipo «¿Me arrodillo tú o convendría que antes lo hicieras tú?», pero posteriormente se centra más en la política, y resulta muy fascinante, tanto por los guiones, como por las interpretaciones, como por el maravilloso diseño de producción…..).

    Nada más.

    Saludos.

    1. Bueno, Café Society me parece incluso muy inferior a esas… Ciertamente, un Allen menor suele ser mejor que la mayoría de las cosas.

      En cuanto a las series de televisión, no me interesa el formato, y no estoy nada de acuerdo respecto a su presunta superioridad al cine. En absoluto.

      Saludos

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